El robo del samurai

3 febrero, 2014

Desde hace siete años un Samurai presidía la entrada a la Cuchillería Ferreiro, ubicada entre la Plaza de España y el Banco de España. Una de las cuchillerías con más historia de la ciudad, y que regenta Aingeru en la cuarta generación del negocio. Ese maniquí, ataviado con armadura de samurai y rebautizado como Dimitri, se […]

foto @elmadrugadorRV

foto @elmadrugadorRV

Desde hace siete años un Samurai presidía la entrada a la Cuchillería Ferreiro, ubicada entre la Plaza de España y el Banco de España. Una de las cuchillerías con más historia de la ciudad, y que regenta Aingeru en la cuarta generación del negocio. Ese maniquí, ataviado con armadura de samurai y rebautizado como Dimitri, se había convertido en objeto de los focos, en el exterior de una cuchillería ya de por sí singular. Ubicada junto al Bar La Unión y bajo la Calle Mateo de Moraza, el samurai recibía a los clientes, pero también a muchos turistas y vitorianos que se han fotografiado con ella.

Aingeru trajo a Vitoria la armadura completa de Samurai desde Inglaterra, junto a un pedido de espadas de Tai-Chi. No tenía intención de vender la armadura, sino tan sólo exponerla en el exterior. Y así fue, en un armazón de madera. Sin embargo, Dimitri desapareció el jueves a mediodía, tal y como han desvelado hoy Iván Pascual y Roberto Flores en El Madrugador de Radio Vitoria.

Según contaba  esta tarde Aingeru a GasteizHoy, todos los días dejaba el maniquí en el exterior durante la hora de comer, y fue en ese momento cuando, el pasado jueves, alguien aprovechó para llevársela. Al volver a abrir la tienda a las 4 de la tarde Dimitri ya no estaba. En un principio Aingeru pensó que se trataba de una broma y hasta el sábado no decidió denunciarlo. Quien se la llevó tuvo que hacerlo a plena luz del día, con la furgoneta aparcada en zona peatonal o en doble fila en Olaguibel.

Aingeru estaba precisamente pensando en renovar la estructura interior del Samurai, que había quedado algo estropeada fruto del paso del tiempo. Pero de momento deberá esperar. La armadura y todo su soporte se encuentran en paradero desconocido. Aingeru asegura que si el objetivo es venderla como chatarra el ladrón no podrá obtener mucho dinero por ello.

De momento Dimitri ya no está. La cuchillería sigue en su sitio, pero esa esquina se ha quedado sin la ausencia del exótico Dimitri.