El vuelo interminable del Baskonia que pudo acabar en tragedia

Hace 25 años Baskonia viajó por primera vez en Mosquito, en un vuelo que tuvo todo tipo de problemas

Poster del Taugrés Baskonia 96/97

Poster del Taugrés Baskonia 96/97

El martes 15 de octubre de 1996  Taugrés Baskonia puso rumbo a Gostivar (Macedonia del Norte). La expedición vitoriana que voló en un mosquito de 19 plazas vivió una auténtica odisea por las adversas condiciones climatológicas que condicionaron un viaje que duró 36 horas y pudo acabar en tragedia.

El Baskonia de la temporada 96/97 participaba por sexto año consecutivo en las competiciones europeas organizadas por la FIBA. No lo hacía como vigente campeón de la Recopa de Europa, sino como el octavo clasificado de la Liga ACB. Una posición que le daba acceso a una de las cuatro plazas otorgadas a los equipos españoles para disputar la Korac.

La Copa Korac 96/97

Tras tres experiencias previas en esta competición, (85/86, 91/92 y 92/93), el equipo entrenado por Manel Comas comenzó su temporada europea en la segunda ronda encuadrado en el Grupo E.

Sus rivales fueron:

  • KK Dinamo Vinkovci (Croacia)
  • Go pass Peppinster  (Bélgica)
  • Nikol-Fert Gostivar (Macedonia)

Fue una liguilla de seis jornadas que comenzó el 2 de octubre y finalizó el 20 de noviembre de 1996. El Baskonia superó sin contemplaciones sus dos primeros duelos celebrados en el pabellón Araba. Batió al conjunto croata por 96-60 y a los belgas de Peppinster 87-66.

El primer viaje en 'Mosquito'

La tercera jornada fue la primera salida europea de la temporada para el Taugrés. El destino era Gostivar. Una pequeña localidad de 35.000 habitantes, situada a 65 kilómetros al oeste de la capital de Macedonia del Norte, Skopie. En el lugar conviven diferentes etnias de origen serbio, turco, rumano, y albanés entre otras.

La escasas comunicaciones con esta república ex-yugoslava y la dificultad para aterrizar en sus aeropuertos obligaron a los gestores del Baskonia a diseñar su propio plan de viaje. Se recurrió a una compañía privada madrileña en lugar de viajar en líneas regulares.

La plantilla y periodistas de medios comunicación locales ocuparon los 19 asientos de un pequeño aeroplano, conocido como "mosquito".

La duración prevista del vuelo partiendo desde Foronda era de nueve horas. Incluía diferentes escalas en Barcelona, Génova y Nápoles antes de aterrizar en el aeropuerto macedonio de Ohrid, próximo a la frontera con Albania. La poca autonomía del avión obligaba a llenar su deposito de combustible en cada una de ellas.

  • Gota fría sobre el Mediterráneo 

Superada la primera escala de repostaje en la ciudad condal, un fortísimo temporal de lluvia irrumpió sobre el Mediterráneo antes de tomar tierra en Génova. El avión comenzó a tambalearse a menos de nueve mil metros de altura y las condiciones meteorológicas aconsejaban no continuar con el plan de vuelo programado.

Los pilotos pidieron permiso para tomar tierra en el aeropuerto genovés, pero desde la torre de control se negó el aterrizaje por el temporal. La nave baskonista iba justa de combustible y finalmente lograba la autorización para aterrizar.

Para los propios pilotos las maniobras de aproximación por la inestabilidad del aéreo-taxi fueron sin duda unas de las peores experiencias de su dilatada trayectoria profesional.

Con el susto aún en el cuerpo, la plantilla del Baskonia tuvo que permanecer en Génova y pasar la noche en un hotel. Tampoco las previsiones del tiempo para el día siguiente eran las más idóneas para continuar con el viaje.

Desde Vitoria-Gasteiz, Josean Querejeta solicitó aplazar el partido por causas de fuerza mayor, pero su petición fue denegada por la FIBA. Se mantenía el horario fijado para las siete de la tarde del miércoles 16 de octubre.

Además el organismo internacional advertía al mandamás vitoriano que, si el Taugrés no se presentaba a la hora señalada, perdería su partido por un marcador de 20-0 en contra.

Mapa del periplo baskonista entre Italia y Macedonia del Norte.

De Genova a Bari con escala en Napoles. De Bari a Ohrid en dos jets privados y de Ohrid a Gostivar en autobus.

  • Nueva tormenta y error en el repostaje

A las once de la mañana del miércoles, la expedición alavesa subió de nuevo a su avión para emprender el viaje con destino a Nápoles.

El mosquito efectuó una nueva escala en Bari para echar gasolina y, con el deposito lleno, completar su periplo italiano. Hasta que una nueva tormenta volvía a inquietar a los viajeros dos horas después.

Ya en tierra, el equipo aprovecha para comer y reponer fuerzas antes del último vuelo hasta Macedonia. Pero cuando todo parecía listo para despegar un error en el repostaje inhabilitó al mosquito para completar su viaje.

Foto: Aspecto actual del pabellón Mladost de Gostivar

Foto: Aspecto actual del pabellón Mladost de Gostivar

  • Llegada a Macedonia en dos grupos

Inmediatamente el directivo Alfredo Martínez de Ilarduya, que acompañaba al equipo, inició las gestiones para fletar un jet privado de nueve plazas para dividir al pasaje en dos grupos. Mientras se resolvían los problemas técnicos del avión que había volado desde Foronda y que el club tuvo que pagar en metálico para poder afrontar el último vuelo.

En el primero viajaron Manel Comas y ocho jugadores de la plantilla. En el segundo el resto del equipo y los periodistas Ángel Resa, Satur Vivas, Rafa Muntión y Javier Lekuona, que salieron quince minutos después.

Además se acordó con el conjunto macedonio el retraso del inicio del partido hasta las 21:30 horas. El primer jet llegó al aeropuerto de Ohrid a las 19:30 h y desde allí emprendió un viaje de 100 kilómetros por carretera.

La primera avanzadilla baskonista llegó al pabellón Mladost ya con la ropa de juego puesta a escasos quince minutos para el inicio del partido. La segunda, una hora después, coincidiendo con el descanso del partido en la que iban los jugadores Miguel Ángel Reyes, José Luis Ortún, y Iosu Larreategi, segundo entrenador.

Foto: Omega. Kenny Green en la temporada 96/97

Foto: Omega. Kenny Green en la temporada 96/97

Forjando el Carácter Baskonia

Pese a todas las adversidades sufridas durante las últimas 36 horas, el Taugrés logó una más que meritoria victoria. Llegó al descanso perdiendo por la mínima (40-39).

Manel Comas recurrió a todos sus jugadores para rotar a un agotado equipo, solo el joven Ortún se quedó sin saltar a la pista. Kenny Green (16 puntos) y Carlos Cazorla decidieron el partido.

El alero canario con un triple rompía el empate en el marcador a falta de un minuto para acabar el partido y Green con una canasta y tiro libre fue fundamental para dar la victoria por 72-74. El Baskonia cerraba la primera fase de la liguilla invicto y entero.

Por cierto mes y medio después del partido en Gostivar, el Taugrés Baskonia cerró la liguilla invicto logrando la mayor paliza europea de su historia. Nikol-Fert Gostivar perdió por 45 puntos en el Pabellón Araba (118-73).

Viaje a Jerusalén en la temporada 94/95

FOTO: Viaje a Jerusalén en la temporada 94/95 .Visita a la ciudad jugadores-periodistas David Erice (El Mundo), Pablo Laso, Iñaki Gómez, Paco García (Ayudante de Manel Comas), Kenny Green, Rafa Muntión (Radio Vitoria), Rafa Talaverón, Ramón Rivas, Javier Lekuona (SER) y Satur Vivas (COPE)

Testimonios 25 años después

El 15 de octubre de 2021 se cumplirán 25 años del viaje a Gostivar. Los periodistas Ángel Resa, Javier Lekuona y Satur Vivas recuerdan como vivieron aquellas turbulencias aéreas en el primer vuelo en mosquito del Baskonia.

  • Angel Resa (El Correo)

No nos matamos en aquel viaje de octubre de 1996 a Macedonia dos días seguidos, porque se sabe qué y la pericia de los pilotos del “mosquito”. Noche cerrada en pleno mediodía, rayos en la alas, tambaleo constante del “avión” en el aire durante una hora, aeropuerto de Génova cerrado por el temporal y necesidad de bajar para reponer combustible.

Mi hijo mayor tenía año y medio y estaba seguro de que íbamos a morir. Ahora suena a batallita, con Lekuona, Muntión -el mejor narrador de baloncesto- y Satur Vivas, pero aquello fue espantoso.

  • Javier Lekuona (Ser Vitoria)

Casi nos estrellamos con un avión pequeño debido a un aterrizaje de urgencia en Génova. El piloto lo metió en modo manual por los peligros de la tormenta eléctrica. Fueron 20 minutos de máxima tensión. Eso nos unió especialmente a todos los viajeros de aquel vuelo.

Se puede decir que “resucitamos todos juntos”. La sensación de impacto y muerte segura existió. Sólo faltó golpe final.»

  • Satur Vivas (Cope Vitoria)

Seguramente Manel Comas y yo éramos los más bajitos de la expedición. Pero no los más acojonados. Me impresionó ver el mal rato que pasaron tíos hechos y derechos que superaban ampliamente los 2 metros. Mucho peor que un bloqueo de aquellos que ponía el gran Ramón Rivas o del efecto psicológico que sufrían los que recibían un mate “in your face” de Kenny Green.

Estaban tan cagados como el resto. Fueron 20 minutos interminables. Sinceramente no pensé que saldríamos de aquel infierno. Mi secuela a ese momento de estrés fue una maravillosa “calva” que me salió en plena cara. Durante cerca de 6 meses no me creció pelo en buena parte de mi cara. Un poema.

Por circunstancias del viaje, me tocó compartir habitación con los pilotos. Nunca se habían visto en otra igual. Celebramos nuestro “nacimiento” con una cerveza. 

Desde finales de los 90, el Baskonia fue pionero en volar en aeroplanos similares para sus desplazamientos en la Liga ACB. El club vitoriano formó parte del grupo inversor de la aerolínea ERA que operó desde Foronda.

En las últimas campañas, el ritmo de competición de Euroliga ha motivado que la mayoría de los clubes se desplacen en vuelos privados. En Foronda han aterrizado y despegado los rivales del Baskonia que poco después de finalizar sus partidos en Zurbano han emprendido el viaje de vuelta.