Álava produce ya el 7% de la electricidad que consume

El 7% de toda la energía que consumimos en Álava se produce en el territorio. Es decir, dependemos completamente de la producción exterior y así ha sido siempre. Hasta hace unos años, la generadora eléctrica más cercana era Garoña, en Burgos, pero esta cerró definitivamente en 2017. Por lo que si un día nos quedásemos aislados, nos quedaríamos sin electricidad. Y es que Álava produce poca energía, pero hay una buena noticia: todo lo que se genera aquí es renovable. Y cada vez producimos más, gracias entre otras cosas a la eliminación del famoso 'impuesto al sol'.

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Álava destaca por su generación hidráulica en la central hidroeléctrica de Sobrón y por su generación eólica en los parques de Badaia y de Elgea-Urkilla (creados en 2006 y 2000). Además, la generación fotovoltaica coge peso gracias a los 24MW instalados en la recién inaugurada planta de Ekian, que puede alcanzar una producción anual para abastecer las necesidades eléctricas de unas 15.000 familias. A Ekian se le sumará otra instalación fotovoltaica que construirá Iberdrola a partir de 2022 y que podrá abastecer a la mitad de los hogares alaveses.

Planta fotovoltaica Ekian

Además de las instalaciones ya mencionadas, hay más de 10 minihidráulicas, alrededor de 50 minieólicas, más de 10 instalaciones de cogeneración, 1.000 instalaciones fotovoltaicas y 400 solares térmicas. Según datos del EVE, la energía que producimos en Álava es mayor cada año; en 2010 se produjeron 667GWh y los últimos datos de 2018 (antes de activar Ekian) arrojan una cifra de 934GWh.

El consumo interior bruto en Álava en un año es de 13.449GWh. Teniendo en cuenta que por el momento producimos 934GWh, aún nos queda mucho para no tener que depender de otras provincias.

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Autoproducción

"El autoconsumo está en plena expansión”, explican desde Goiener, cooperativa de generación y consumo de energía renovable: "Este último año están sucediendo cambios importantes".

En Goiener tienen otra visión de la generación: “No se trata tanto de hacer grandes centrales, sino de autoproducir”. Es decir, cada uno instala placas solares en su casa y produce su propia energía. Lo que no puede consumir lo vierte a la red y obtiene una recompensa en la factura. “La vivienda tiene que seguir conectada a la red, pero solo para casos puntuales”, explican.

"Las empresas instaladoras de placas solares no dan abasto". Desde que se quitó el famoso ‘impuesto al sol’ la gente se ha animado y "se están haciendo muchísimas instalaciones estos meses”, cuentan.

Pero hay que fijarse en Europa para conocer cuál será la tendencia de los próximos años. “Ahora ha empezado el autoconsumo colectivo. Una serie de consumidores se asocian a una única instalación y la energía se reparte en un bloque de viviendas, pequeños pueblos, viviendas cercanas, etc.”. En este caso, Goiener afirma que el desarrollo se dará desde lo rural a lo urbano. “Álava tiene un potencial tremendo porque tiene pueblos muy pequeños que son perfectos para el autoconsumo colectivo”, explican.

Álava estudiará el potencial energético de cada pueblo para buscar su autoabastecimiento

De hecho, durante el próximo año, la Diputación Foral de Álava pondrá un marcha un estudio sin precedentes. Estudiará pueblo a pueblo su capacidad energética y además, conocerá el tipo de energía que podría producir cada uno. Con ello, se seleccionará una localidad, de entre 200 y 500 habitantes, donde se desarrollará un proyecto piloto. Su objetivo es conocer si es capaz de ser autosuficiente energéticamente y no depender tanto de estar conectado a la red.

Y es que, según esta cooperativa, “el ejemplo tiene que venir por parte de las instituciones. Deberían instalar placas en las ikastolas, piscinas, frontones... Viendo ejemplos, la ciudadanía se animará a dar el paso”.