Los alaveses que optan a 'Árbol y Bosque del Año': una encina centenaria y un castañar
La encina centenaria de Artziniega y el castañar de Apellaniz optan a este importante premio
Un árbol y un bosque alaveses optan a los premios 'Árbol y Bosque del Año', organizados desde 2007 por la ONG Bosques sin Fronteras. Este concurso destaca "los interesantes árboles y bosques singulares de nuestro territorio como un importante patrimonio natural y cultural que deberíamos apreciar y proteger", explica la organización.
En la edición 2025 que se celebra en estos momentos, Álava tiene un gran protagonismo, con la encina centenaria de Artziniega y el castañar de Apellaniz optando a dos de los 3 premios del concurso.
"En este concurso, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad de los árboles o los bosques sino la historia y la relación con las personas y el territorio", asegura la organización. "Buscamos árboles y bosques que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio".
Puedes votar por ellos aquí:
Historia de la encina de Artziniega
La encina está tan vinculada a la historia de Artziniega que figura en el escudo del municipio. En su entorno, junto a un antiguo pozo, se reunía la Junta de Ordunte, compuesta por los pueblos de Sojoguti, Retes de Tudela, Mendieta y Santa Coloma, para dirimir asuntos comunes como el aprovechamiento de los montes y pastos.
Tiene más de 500 años, aunque no se conoce su edad exacta. Hasta los primeros años del siglo XX, bajo ella se remataban los impuestos para la entrada de ganado en el Ferial de la Encina, cada 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de Nuestra Señora.
Cuenta la leyenda que una pastorcilla encontró una imagen de la virgen escondida en una encina de este entorno; en otra versión de la leyenda, se dice que fue la propia Virgen la que apareció sobre la encina.
Importancia del árbol
"Por su valor histórico y su excepcional porte, esta gran encina, una de las mayores de Euskadi. Fue declarada Árbol singular en 1995. Gracias a ello, goza de un régimen especial de protección. Se desconoce la edad exacta de la encina, pero sí se sabe que la devoción a la Virgen de la Encina se remonta, al menos, hasta el siglo XII", destaca la organización del concurso.
La Virgen de la Encina fue declarada por las Juntas Generales copatrona de Álava en 1812. "Por tanto, además de su importancia natural y patrimonial, tiene un valor religioso y de representación institucional", añade.
El Castañar de Apellaniz
Se tiene constancia de plantaciones de castaños realizadas en Apellániz en 1762 y en 1848, esta última, de planta procedente de un vivero de Oñati (Gipuzkoa). Aunque gran parte de los castaños tienen un porte adecuado para árboles de 175 a 260 años, algunos de ellos, los más cercanos al pueblo, son realmente excepcionales en tamaño y seguramente tengan en sus raíces unos cuantos centenares de años más.
Abundan los pies de 5, 6 y 7 metros de perímetro y algunos de más de 8 metros. Las plantaciones de castaños se promovieron en su día por la Diputación Foral de Álava como complemento para los pueblos en los duros inviernos alaveses.
El terreno lo cedió el concejo de Apellániz para la plantación, es decir, es público. Los árboles sin embargo son privados. Cada vecino y vecina conoce su árbol y se heredan generación tras generación.
En su día, un guarda contratado por el pueblo cuidaba de que sólo las familias propietarias pudieran aprovechar la cosecha. Cada hogar recogía únicamente sus castañas, siempre antes del 1 de noviembre, momento en el que cualquier persona podía entrar en el monte a recoger las sobras. El ganado, que se introducía más tarde, daba cuenta de las castañas de menor calidad.
Importancia del bosque
El castañar de Apellaniz, con 13 hectáreas es el mayor y mejor conservado de Euskadi con gran diferencia. Se sitúa en el interior del Parque Natural de Izki, declarado en 1998.
Izki forma parte demás de la Red Natura 2000, como ZEC y ZEPA. Este bosque se encuentra catalogado como 'Zona de especial Protección', por considerarlo un área de interés de conservación, paisajística y cultural.
Cada año, a mediados de octubre, Apellaniz organiza la Fiesta de la Castaña. Se trata de un evento donde recoger y degustar castañas, y conocer el entorno y los proyectos de conservación y recuperación que se están desarrollando allí.
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