La lucha del quidditch en Vitoria-Gasteiz

29 enero, 2018

Con tres años de vida, los Gasteiz Gamusins quieren que se incluya esta práctica como modalidad deportiva

Todos los sábados y domingos por la mañana se juntan en Landazuri. Juegan en las campas, con el terreno delimitado por ellos mismos y con los materiales adquiridos con sus bolsillos. Tampoco les ceden un campo municipal para entrenar o jugar los partidos, salvo alguna excepción. Si llueve no pueden evitar el barro, las lesiones por resbalones o por pisar algún agujero en el césped (por ello abandonaron su anterior lugar de encuentro, Salburua). De hecho, en el País Vasco no está ni considerado como deporte.

Pero a esta cuadrilla de jóvenes le da igual. Nada les impide practicar el quidditch. Una actividad que sí, coge su nombre e inspiración del universo de Harry Potter, pero hasta ahí llegan las comparaciones. Sus practicantes no quieren que se les asocie continuamente con el exitoso universo de J.K. Rowling.

"La gente rápidamente te tacha de friki o se burla porque creen que estamos imitando a los libros o algo así. Nada más lejos de la realidad, lo único que hacemos es practicar otro tipo de deporte. De hecho, muchos de nuestros miembros ni siquiera son fans de Harry Potter. Vienen porque tienen curiosidad de probar un deporte nuevo", asegura Marina Salvidea, capitana y fundadora del equipo vitoriano, los Gasteiz Gamusins.

Gasteiz Hoy ya estuvo con el equipo en 2015, poco después de su fundación, para aprender cómo jugaban sus primeros miembros. Casi tres años después, la plantilla ha crecido, aunque siguen necesitando gente (el máximo está en 21 personas, y nunca van a entrenar todos) y el quidditch ha ganado popularidad en todo el país. No obstante, las condiciones en las que desarrollan su afición son prácticamente las mismas.

Al no estar reconocidos por el Gobierno Vasco como deporte oficial, no tienen acceso a subvenciones, instalaciones municipales (excepto pagando) y demás privilegios que sí poseen otros deportes colectivos. Aunque la situación en el resto de la península es similar, la Junta de Andalucía sí que lo ha reconocido como  una modalidad deportiva.

Y es que las reglas del quidditch beben del rugby, del balón prisionero (o balón quemado) y algo del balonmano. El resultado da lugar a dinámicos partidos de siete contra siete. Tres chasers (cazadores) tienen que intentar marcar en los tres aros rivales con una pelota de voleibol (quaffle), mientras dos beaters (golpeadores) tratan de defenderlos neutralizando a los defensores con las pelotas de balón quemado (bludgers). Los defensores también pueden utilizar estas pelotas (hay tres en total) para neutralizar a los atacantes, o bien placándoles al estilo rugby.

Cada equipo también tiene un keeper o guardián, una especie de portero que puede actuar como cuarto cazador en caso de necesidad. El último jugador es el seeker (buscador). Esta es la posición más complicada. Entran en juego en el minuto 17 de partido, al igual que la snitch. Todos los miembros deben llevar una vara de plástico o algo similar sobre las piernas, que añade un grado de dificultad a la hora de atrapar los balones o de moverse.

La snitch es una persona con una pelota de tenis colgada de un calcetín, a modo de cola. La misión de los buscadores es conseguir esta pelota de tenis. Para impedirlo, la snitch puede hacer prácticamente cualquier cosa a los buscadores sin que sea falta, mientras que estos apenas pueden tocarle. El partido no acaba hasta que uno de los dos buscadores se hace con la pelota de tenis, por lo que es normal que supere los 40 minutos de duración, e incluso llegue a la hora de juego.

  • Competiciones oficiales

Al hacerse oficial la Asociación Quidditch España, un equipo debe inscribirse en ella para tomar parte en ligas y torneos oficiales. Actualmente hay una veintena de equipos inscritos. Euskadi también tiene su propia asociación y liga: la Liga Norte. En ella participan los Bizkaia Boggarts, los Blue Gryffins Burgos (admitidos por cercanía) y los propios Gasteiz Gamusins. También se está gestando un cuarto equipo en Gipuzkoa, todavía no oficial. Entre los tres equipos juegan las jornadas de liga durante una fin de semana al mes, en un triangular.

También existen diversas copas a modo de torneos por varias regiones del país. La Copa de España se celebró el pasado diciembre y el equipo vitoriano quedó en octavo lugar. Incluso existe una selección española que se mide a otros combinados internacionales, donde esta afición está aún más extendida. De hecho, la jugadora local Blanca Brenes acaba de regresar de la última convocatoria con la selección. Anteriormente se dedicaba al fútbol, pero los valores del quidditch le hicieron cambiar de deporte.

  • Sin segregación de sexos

Una de las señas de identidad del quidditch es que no distingue entre jugadores masculinos, femeninos o sin identidad sexual a la hora de formar los equipos. Todos los equipos son mixtos y están obligados a mantener un máximo de cuatro jugadores de cada género en el campo. Por lo tanto, no puede haber menos de tres mujeres o de tres hombres de un mismo equipo en el terreno de juego.

"El quidditch es un deporte de contacto, pero fomenta la igualdad. Siempre me ha molestado que en otros deportes haya segregación de sexos; aquí eso no ocurre", aclara Brenes, que solo lleva un año jugando.