"El Ayuntamiento convirtió Errekaleor en un barrio insalubre para que nos fuéramos"

1 septiembre, 2017

Un exvecino de Errekaleor denuncia que se siente "estafado" por el Ayuntamiento: "Me echaron de mi hogar porque necesitaban derribar el barrio y no lo han hecho"

Portal donde "todavía vivía algún vecino".

Gabriel García residió con su hijo durante doce años en Errekaleor, donde compró en julio de 2000 un piso que abandonó "a regañadientes" en diciembre de 2012. Las fotografías que ilustran este artículo, realizadas por él mismo, están fechadas en octubre de 2011, no mucho antes de marcharse.

Ahora tiene 59 años y, si el Ayuntamiento no hubiese expropiado su vivienda para recolocarle en Arkaiate hace cinco, "nunca habría abandonado el barrio. A esas edades, ya tenía pensado pasar allí lo que me quedaba de vida. Yo vivía muy bien en Errekaleor". Este vecino acusa directamente al Ayuntamiento de realizar durante años 'mobbing inmobiliario' para que los vecinos se fueran del barrio.

García critica que Errekaleor siga aún hoy en pie: "Si no lo tiran abajo, considero que el Ayuntamiento nos ha robado nuestras casas. Me echaron de mi hogar porque, según decían, necesitaban derribar Errekaleor. Y todavía no lo han hecho. Me siento estafado".

Este vecino recuerda con una mezcla de indignación y nostalgia cómo era Errekaleor en el año 2000: "Me sorprendí mucho al encontrar en Vitoria un barrio tan tranquilo. Parecía un pueblecito. Los niños de 4 ó 5 años estaban sueltos por las calles y jugaban sin ningún tipo de peligro, porque casi no había tráfico. La carretera termina en Errekaleor y las únicas personas que solían circular en coche por el barrio eran sus residentes. Además, tiene mucha zona verde".

Ya entonces "se oían rumores de que el Ayuntamiento planeaba desalojar a los vecinos. Inicié alguna reforma en mi casa y entonces recibí una notificación oficial que me aconsejaba no solicitar licencias de obras porque ya existía un plan con respecto al barrio", señala García, que formó parte de la plataforma vecinal contra el derribo de Errekaleor.

El Ayuntamiento pretendía en un principio construir chalés en Errekaleor y negó cualquier ayuda para reparar las viviendas

Las humedades por capilaridad a causa de la lluvia son el "mayor problema" que presentan los edificios del barrio. Antes de la expropiación los vecinos contactaron con "varias empresas que nos garantizaron una correcta reparación de nuestras viviendas y, especialmente, de las fachadas. Nos decían que no había ningún problema en impermeabilizarlas para evitar las filtraciones de agua".

Sin embargo, el Ayuntamiento "aseguró que no merecía la pena arreglarlas. Y también negó cualquier ayuda" en este sentido.

Argumentó que "salía más barato derribarlas y levantar otras nuevas". Por entonces, "pretendían construir en Errekaleor chalés adosados y viviendas unifamiliares. Hubiese sido un pelotazo urbanístico tremendo".

Las viviendas vacías pasaron a ser propiedad de Ensanche XXI y se convirtieron en auténticos vertederos

En esa época, "había mucho tejemaneje inmobiliario, sobre todo por parte del Ayuntamiento, que es el que más gana con todo esto al ser el dueño del suelo". Y "al principio, ninguno queríamos irnos. Luego, poco a poco nos fueron medio convenciendo, medio obligando".

  • Mobbing inmobiliario del Ayuntamiento

García denuncia: "Hemos sufrido mobbing inmobiliario. Las viviendas deshabitadas pasaron a ser propiedad de Ensanche XXI, por lo que entiendo que esta sociedad urbanística municipal era la encargada de mantenerlas en ciertas condiciones, aunque estuvieran cerradas".

Sin embargo, "se convirtieron en auténticos vertederos. Así lo pudieron ver representantes del Ayuntamiento en la visita que hicieron al barrio en octubre de 2011". En ese encuentro, los vecinos les enseñaron el interior de las viviendas vacías, que estaban muy degradadas. "Había porquería por todas partes y bombonas de butano abandonadas. En muchas casas entraron a robar y se llevaron todo lo que pudieron, como radiadores, calderas, etc. Aquello estaba destrozado".

Las viviendas deshabitadas se llegaron a alquilar de manera ilegal

"El Ayuntamiento nos aseguró que no quería okupas en las casas vacías. Por eso, cuando entregábamos las llaves de nuestra vivienda firmábamos un documento que contenía una claúsula opcional donde se especificaba que habíamos dejado los accesos tapiados antes de irnos. Pero en vez de aceptar esa condición, podíamos autorizar al Ayuntamiento para que se hiciera cargo de tapiar los domicilios abandonados. Todos optamos por esto último, que era lo más sencillo", explica.

Pero tanto los ladrones como los okupas "lo tenían muy fácil para acceder a las viviendas, como se ha podido comprobar. En la mayoría de la casas sólo tapiaron las ventanas de la planta baja".

En el portal con el acristalamiento de la puerta destrozado de la imagen "todavía vivía algún vecino". Al igual que en el piso de la ventana tapada parcialmente con un plástico que da a las escaleras del portal.

"Como el cristal desapareció, el vecino que aún residía en esa altura puso ese plástico para que no entrara el agua de lluvia y se colara dentro de la vivienda". Mientras García vivía en Errekaleor, incluso "llegó al barrio un ciudadano de origen subsahariano que se aprovechaba de sus compatriotas y les alquilaba las viviendas abandonadas. Pero se le denunció y le echaron".

Los gatos criaban y morían dentro de los domicilios abandonados, que estaban plagados de ratas

"Algunos ladrones derribaban los muros de ladrillo que tapiaban las puertas para poder acceder a las viviendas, que se quedaron abiertas. Se metían los gatos, que criaban y morían allí dentro. También estaban plagadas de ratas. La dejadez del Ayuntamiento convirtió Errekaleor en un barrio insalubre. Y las instituciones no hicieron nada para solucionar esta situación, que afectaba seriamente a la calidad de vida de los vecinos que seguíamos viviendo allí".

En 2012, en el barrio de 192 viviendas "permanecíamos una veintena de vecinos. De hecho, cuando yo me marché, en mi portal se quedó una persona mayor durante bastante tiempo porque no le gustó el piso que le ofrecía el Ayuntamiento".

"Que las viviendas vacías de mi bloque estuvieran en estado de ruina y tener que convivir con gatos muertos y ratas fue definitivamente lo que me hizo tomar la decisión de marcharme de Errekaleor y aceptar la oferta del Ayuntamiento".

A la pregunta de si el "total abandono" al que fueron sometidas las viviendas vacías de Errekaleor fue una estrategia del Consistorio para obligar a los últimos residentes del barrio a abandonar sus casas cuanto antes, García responde con rotundidad. "Sí, a los representantes del Ayuntamiento se lo dije claramente: esto que hacéis aquí es mobbing inmobiliario".

"Mantenéis el barrio así de forma intencionada para obligarnos a irnos y que no vayamos a pelear al Ayuntamiento. Se mosquearon conmigo y me dijeron que no les podía acusar de eso. Y es cierto que no lo puedo demostrar, pero es lo que pienso", recalca. Además, durante la pasada legislatura el bus dejó de entrar en Errekaleor, la recogida de basuras era cada vez menos habitual y se cerraron algunos espacios comunes.

Tuvo que pedir un crédito personal de 35.000 euros para afrontar los sobrecostes derivados del realojo

Errekaleor se construyó en los 50 como un barrio dormitorio que acogió a parte de la población obrera llegada a Vitoria desde otras localidades para trabajar en la floreciente industria de la capital alavesa. Era 'El mundo mejor', donde se levantaron "viviendas baratas". Y fue precisamente el bajo precio de los pisos, unido al "buen ambiente", el motivo de que García abandonara Mondragón y se instalarara en Errekaleor en el 2000.

Por entonces, trabajaba en Eskoriatza y "allí la vivienda era mucho más cara. En los años del 'boom inmobiliario' tampoco era fácil encontrar un piso asequible en Vitoria. Y Errekaleor era el barrio más barato o de los más baratos de la ciudad".

García considera que el fue "uno de los más perjudicados" por la expropiación de viviendas en Errekaleor. "Era de los que menos tiempo llevaba en el barrio. Mientras que la mayoría de los vecinos habían residido allí toda su vida y probablemente ya tendrían el piso pagado".

En este sentido, se vio obligado a "pedir un crédito personal de 35.000 euros principalmente para poder abonar los gastos de escriturado, de cancelación de la hipoteca del piso de Errekaleor, los de apertura de una nueva" sobre la vivienda que el Ayuntamiento le dio a cambio en Arkaiate, etc. "Fue una ruina". También destinó una pequeña parte de ese dinero a amueblar su domicilio actual. "Estaba totalmente vacío. De Errekaleor me pude llevar la cama, algún mueble, el frigorífico y la lavadora".

Una caldera arrancada de la pared.

Además, "según el tipo de hipoteca que escogí para el piso de Errekaleor, debía amortizar los intereses durante los primeros años antes de empezar a pagar el precio de la vivienda. Al final, me fui de allí con la misma hipoteca que ya tenía".

Por eso, en su opinión "todo lo que pagué de hipoteca durante los doce años que viví en el barrio fue dinero tirado a la basura". Cuando abandonó Errekaleor "seguía con una hipoteca de 95.000 euros, a la que se sumó el crédito personal de 35.000 para afrontar los sobrecostes" derivados del realojo.

"El Ayuntamiento exigía a los constructores que algunas viviendas de VPO tuvieran unas características concretas para destinarlas a los vecinos de Errekaleor. Por ejemplo, debían contar con una superficie similar a las que se expropiaron". Para compensar la pérdida patrimonial que supone cambiar un piso libre por otro de protección oficial, "al cabo de unos quince años podíamos vender la nueva vivienda. Y, desde el momento en que la recibíamos, se nos permitía abandonarla y alquilarla".

Me quitaron mi casa para permitir que otros vivan gratis en ella

La primeras explicaciones que dio el Ayuntamiento a los vecinos sobre el porvenir de Errekaleor sostenían que "se debía adecuar el barrio a la futura situación del Anillo Verde. No encajaba en el plan de ampliación de Vitoria, que prevía la expansión de Salburua hasta allí. Estéticamente desentonaba y había que hacer algo con Errekaleor".

Posteriormente, el Ayuntamiento reveló su intención de derribar el barrio. Para ello, a los argumentos iniciales añadió que eran "unas viviendas muy antiguas". En este sentido, señaló que "en teoría no cumplían con la normativa aplicable a las viviendas de nueva construcción". Y que "necesitaban una rehabilitación que resultaría más cara que su derribo".

Aunque "no nos comentaron nada de que hubiera amianto en los edificios ni sufrieran aluminosis". El Ayuntamiento esgrime actualmente informes técnicos que señalan ambos problemas para justificar el derribo del barrio. Se trata de un argumento al que, sin embargo, se oponen algunos grupos municipales. Por otro lado, "la instalación eléctrica sí era deficiente y necesitaba una puesta a punto".

García se muestra ahora a favor de derribar Errekaleor, que es lo que le prometieron. Por tanto, se opone al movimiento okupa asentado en su antiguo barrio. "Me quitaron mi casa para permitir que otros vivan gratis en ella", concluye.