Estrellas en la Noche: así nació el transformismo en Vitoria
Lumagorri recuerda al grupo que en los 80 y 90 visibilizó al colectivo LGTBI desde la lucha en los escenarios
Las plumas, las lentejuelas y las batas de cola volvieron este miércoles a la Kutxi. Y lo hicieron a lo grande, como en los 80 y 90, en una mirada a la nostalgia, de la mano de las estrellas que brillaron en aquella época. La asociación Lumagorri homenajeó en Bibat a los primeros transformistas de Vitoria: Estrellas en la Noche. Un grupo de hombres y mujeres que durante los 80 y 90 llenó salas, bares y otros escenarios de Vitoria-Gasteiz y otras provincias.
José, Juan y Belén, tres de sus integrantes, recordaron de la mano de Iñaki Elorza todos y cada uno de los momentos vividos como Estrellas en la Noche. "En el escenario nos liberábamos. Ahí cogíamos el papel que realmente nos gustaba hacer, ahí me encontraba a mí mismo", recalca Juan.
Lucha en la calle y en el escenario
Porque Estrellas en la Noche nació de la lucha, de un grupo de 18 activistas LGTBIQ+ (hombre y mujeres) que, en los 80, alumbró un colectivo por entonces muy oculto y que sufría aún la violencia física: "Poníamos mesas a la entrada de la Kutxi y venían a pegarnos los de Fuerza Nueva", recuerda Juan.
Jose, Juan y Belén recordaron la lucha gay y lésbica de aquellos años: "Las mujeres en Vitoria, especialmente las lesbianas, han sido siempre más luchadoras que los chicos". Y entre esos nombres destacaron el papel luchador de ALA (Asociación de Lesbianas de Álava), de Gaytasuna y de Mariví.
Porque ser gay o lesbiana en los 80 "se vivía bastante mal", recuerda Juan. Aunque el amor propio y la seguridad de ser quienes eran les hizo romper barreras: "Yo soy como soy y hago lo que quiero hacer para ser libre en cada momento: nadie me tiene que decir cómo ir...", habla Juan. Esa lucha en el escenario y en la calle ha permitido que, hoy en día, haya "cosas que ya se han normalizado".
En los 80 Vitoria-Gasteiz estaba despertando, y Estrellas en la Noche ayudó a levantar esta ciudad desde el escenario. Porque la noche era ese momento en el que Vitoria bullía, donde eran aceptados y desde dónde reivindicaban su presencia en la sociedad alavesa.
"El público entendía. Y, si no, se lo hacíamos entender", recuerda Jose, que ironiza diciendo que en aquella época a ellos Vitoria les olía a Nardo y bata de cola. "Las parejas salían de fiesta para vernos a nosotros".
Estrellas en la Noche brilló en los bares de Vitoria, en Elefante Blanco y en muchas otros escenarios de Vitoria y regiones cercanas
Elefante Blanco fue su escenario principal. La mítica sala de Plaza San Antón acogió al grupo en muchas de sus fiestas: allí celebraban el Orgullo, Carnaval y otras fiestas reivindicativas. También actuaron en muchos bares de Zaramaga, en cotillones y en muchas fiestas de pueblos y ciudades vecinas. Su espectáculo llegó también a todos los Centros de Mayores de Vitoria-Gasteiz de la mano de Sirimiri. Incluso recuerdan la fiesta del Orgullo que se celebró en los 90 en el Machete.
Variedades y picardía
Juan recuerda que Estrellas en la Noche "era un espectáculo de variedades. Tocábamos todos los géneros, revista, canciones musicales, canciones de discoteca, canciones picarescas, porque la picardía nos gustaba". Juan reconoce que les gustaba meterse con el público, "especialmente con los machitos que de repente nos gritaban maricón. Muchas veces ese 'machito' venía a pedirnos disculpas al finalizar la actuación".
Estrellas en la Noche no solo tiraba de playback, porque sus actuaciones iban más allá de la imitación: "Era un continuo espectáculo. Hacíamos de bailarines y, poco después, nos vestíamos de mujeres". Entre sus profesores destacaban Félix Petite o Concha Torres, que había sido coreógrafa del Teatro de La Zarzuela.
Por el grupo pasaron muchos artistas, tanto hombres como mujeres. Compatibilizaban Estrellas en la Noche con sus empleos como camareros, bingueros, escaparatistas, comerciantes... El grupo siguió hasta 1998, cuando los dos últimos integrantes se reconvirtieron en Kali2.
Fidel, Tino o Alberto son algunas de esas estrellas nocturnas que hoy brillan desde el cielo. "Demasiada gente se quedó en el camino", recordaba Juan emocionado. Fidel era precisamente quien elaboraba los trajes. Trajes que han vuelto de nuevo a los escenarios en los últimos años, gracias a La Polaka y Thais.
Homenaje a Sejo
El acto de Lumagorri concluyó con un reconocimiento a Sejo Carrascosa, histórico activista LGTBIQ+. Un integrante activo de numerosas asociaciones y que, desde su fundación, ha sido también parte activa de Lumagorri.
Un evento que, como recordó Klaudia Ugarte (presidenta de Lumagorri), no es un simple homenaje ni un recuerdo al pasado. El evento "no es un punto y aparte, es un aquí estamos". Y como tal lo ejemplificaron, al contar las actuaciones de Andrigina y con Celeste Poliester. "Los focos se pueden apagar, pero una estrella nunca se apaga, siempre está dentro de ti", concluían.
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