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Lust and Sound. B Movie in West-Berlin
Situémonos. 1961. El Muro no sólo divide físicamente a Berlín, sino que además convierte a Berlín Occidental en una isla dentro de la RDA (socia de la Unión Soviética). La (RFA) República Federal (socia de EE.UU.) no va a ceder su parte, pero tampoco va a invertir en el desarrollo de una ciudad desconectada del resto de la "Gran Alemania". Las inversiones llegan a Baviera, Frankfurt, Bonn y Colonia... Pero Berlín Occidental sigue cayéndose a pedazos. No hay industria, no hay trabajo, y buena parte de los edificios son las ruinas que quedaron tras la guerra. Al tratarse de una ciudad dentro de otro país, allí no se hacía la mili, así que muchos alemanes de la RFA se mudaban a Berlín en cuanto terminaban el instituto para librarse del servicio militar. Si a eso sumamos la permisividad con el movimiento okupa y la existencia de la Universidad Libre, se entiende fácil cuál era la identidad de Berlín en esos años.
En 1978 las cosas tampoco habían cambiado tanto. El Muro sigue en pie. En ese año, desembarca en Berlín el británico procedente de Manchester, Mark Reeder, obsesionado con la escena musical alemana... y los uniformes. Reeder no tardó en sumergirse en una escena artística en la que todo valía y todo estaba aún por hacer, y lo hizo con algo que hoy día sería imposible: armado con una cámara con la que iba grabando cada concierto, cada juerga, cada exposición y cada rincón de la ciudad.
Además de las juergas, la noche, la lujuria... El británico va más allá, y se esfuerza por mostrar la cara menos hedonista de la ciudad: la de las protestas violentas, los desalojos o la burocracia para cruzar la frontera.
Tras el Doku-Mental, nos acompañará en el coloquio:
- Itsaso Gardoki, profesora de alemán en la HEOI de Gasteiz y testigo de excepción del Berlín que se refleja en el Doku-Mental.
