"Negar que se fabrican armas en Euskadi es como decir que no se fabrican coches"

No, no fabrican rifles de asalto en la tienda de debajo de tu casa. Pero sí, en Euskadi hay empresas dedicadas a la fabricación de artefactos militares. Concretamente más de 100, según denuncia la campaña Armas Eusko Label para la guerra. Esta iniciativa está centrada en visibilizar la cantidad de productos bélicos que se fabrican en la comunidad autónoma y protestar para que dejen de hacerlo.

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Con este fin han elaborado una serie de acciones estas últimas semanas, que iban a culminar el sábado pasado con un mercado muy especial. En él iban a mezclar productos locales que pueden encontrarse en cualquier mercado habitual, como frutas y verduras, con elementos armamentísticos creados en Euskadi. La nieve del fin de semana pasado les obligó a suspender la cita, pero la organizarán próximamente en la capital alavesa.

Los actos anteriores corresponden a un documental estrenado con gran éxito y llamado La guerra empieza aquí, que precisamente trata de la fabricación y exportación de armas existente en Euskadi. También ofrecieron un teatro y dos charlas; una protagonizada por el bombero Ina Robles. Sin saberlo, fue él quién creó el germen de Armas Eusko Label para la guerra. Este bombero se negó a participar en el cargamento de bombas con destino a Arabia Saudí que estaba teniendo lugar en el puerto de Bilbao en 2017.

"A raíz de eso le abrieron un expediente y estuvo a punto de perder su trabajo. Esa acción generó que dejaran de cargar bombas en el puerto en Bilbao, y también la creación de esta campaña", cuenta Albaro Anta, uno de los organizadores. En realidad la iniciativa agrupa más de diez colectivos antimilitaristas, como Ongi Etorri Errefuxiatuak, Gasteizkoak o Greenpeace.

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"Ongi Etorri Errefuxiatuak se dio cuenta de que debía buscar el origen de los problemas de los refugiados. La gente emigra principalmente por la pobreza y las guerras de sus países de origen. En esas guerras hay influencia de nuestra sociedad, estamos implicados en ellas. Concretamente en la fabricación de armas. Tenemos armas fabricadas en Euskadi por todo el mundo", asegura el activista.

En su mayoría son armas acopladas a determinados vehículos de guerra o simplemente piezas de sistemas armamentísticos más grandes. Pero son instrumentos de guerra al fin y al cabo, como explica Anta.

"A Urkullu le preguntaron en cierta ocasión sobre el sector armero vasco, y dijo que no existía dicho sector. Pero en Euskadi ahora mismo se fabrican partes del Eurofighter (caza de combate europeo), del avión A400M (avión de transporte militar), del tanque Leopard, de los blindados Pizarro y Piranha, del sistema de misiles IRIS-T, del helicóptero Tigre... de casi todo menos fragatas y submarinos. Negar que se fabrican armas en Euskadi es como decir que no se fabrican coches".

• ¿Por qué no se conoce esta producción en Euskadi?

Semejante recopilación de vehículos militares podría sugerir que en Euskadi vivimos entre tanques y aviones, pero en realidad muy poca gente se percata de la cantidad de industria armamentística que hay en la región. ¿Quizá por interés de las instituciones y de las propias empresas?

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"Sí que existe cierto interés en ocultar esta información. Lleva muchos años ahí, pero su difusión es complicada y a la gente no siempre le interesa. De hecho, los datos que damos nosotros probablemente estén capados. Decimos que se facturan 500 millones de euros gracias a esta industria y que hay al menos 100 empresas trabajando en ella en Euskadi, pero posiblemente sean incluso más", responde Albaro.

Imagen promocional del documental 'La guerra empieza aquí', de Joseba Sanz, estrenado en Vitoria-Gasteiz

Una de las empresas con mayor actividad en este sector está situada en Vitoria-Gasteiz. Aernnova es conocida por ser una empresa aeronaútica, pero también tiene su apartado militar. Concretamente se encarga del fuselaje (cuerpo) del Eurofighter, entre otros aspectos. "También hay muchas empresas más pequeñas que hacen piezas para Aernnova o para otras compañías. Piezas dedicadas a aparatos militares", añade Anta.

• Álava, cuna de pistolas y minas

En Álava también se fabrican partes de armamento que luego se montan en otras compañías del país, según la campaña antimilitarista. En la provincia, al igual que en el resto del País Vasco, existe cierta tradición de participar en el sector armamentístico.

"Anteriormente en Euskadi había cierta especialización en las armas cortas, como pistolas. Tres empresas se dedicaban a ello: Star en Eibar, Astra en Gernika y Llama en Gasteiz. Esta última estaba ubicada en Gamarra. Las tres cerraron en los 90 y vendían sus armas principalmente a ejércitos y policías. Generaron tanto volumen que después estas armas pasaron al mercado negro y actualmente se usan en los conflictos de países menos desarrollados", explica Albaro. Es decir, ahora mismo hay pistolas vascas y alavesas con 20 años de antigüedad empleándose en países africanos y asiáticos.

Otra gran empresa bélica que operaba en Álava era Expal. Fabricaba minas antipersona, antitanque y de racimo, principalmente: "Cuando Expal cerró aquí muchos trabajadores se trasladaron a Burgos, donde todavía está activa la compañía. Las bombas que fabrican son las que se cargaban en el puerto de Bilbao con destino a Arabia Saudí, pero gracias a las protestas de Ina Robles y de otros activistas han pasado a otros puertos".

• ¿Sería posible detener esta producción en Euskadi?

A pesar de la gran tradición de la industria armamentística en Euskadi, desde Armas Eusko Label para la guerra creen que detener la fabricación de armas no tendría por qué afectar al paro ni al bienestar económico de la comunidad autónoma: "La gran mayoría de empresas vascas que se dedican a esto también tienen producción civil. Podrían dedicarse exclusivamente a ella o explorar otras opciones de mercado", subraya Alvaro Anta.

De hecho, él mismo pone el ejemplo de la empresa española Navantia: "Esta compañía fabrica fragatas para Arabia. Hay estudios que demuestran que si se centrara únicamente en generar energía para los molinos de viento su actividad sería mucho más rentable que haciendo las fragatas. Pero las empresas no contemplan otras posibilidades porque el sector armero es muy sencillo y da mucho dinero. Ponen como excusa el riesgo de perder trabajadores para seguir fabricando armas. Y mientras lo hagan, Armas Eusko Label para la guerra seguirá denunciando la situación".