Asteguieta insiste en su rechazo a la familia Manzanares-Cortés

25 enero, 2018

Los vecinos insisten en que la familia es "conflictiva" y se preguntan por qué Alokabide les concedió esta vivienda

Este sábado los tractores volverán a recorrer las calles de Vitoria-Gasteiz. Es la manera que los vecinos de Asteguieta tienen de visibilizar su lucha: quieren impedir que la familia Manzanares-Cortés se aloje en su pueblo. La misma familia que ocupó una vivienda en Abetxuko, procedentes de Ollerías.

Las ventanas de Asteguieta dejan ver numerosas pancartas. Se colocaron a los pocos días de que un hombre llegase al pueblo diciendo: "Van a venir Los Pichis a vivir aquí". Fue el 26 de noviembre (el mismo día de las elecciones a concejos). Los que hablaron con él aseguran que se trataba del propio Pedro Mari Manzanares.

Una situación que, aseguran los vecinos, generó inquietud pero, al mismo tiempo, extrañeza: ¿Por qué anunció su llegada pero no se presentó como tal? "Tenemos la sensación de que los Manzanares-Cortés no quieren venir a Asteguieta", asegura el portavoz de la plataforma. Sin embargo son las instituciones las que han adjudicado a la familia esta vivienda, y no pueden renunciar a ella dado que perderían derechos adquiridos.

  • ¿Por qué en Asteguieta?

La vivienda cuyo alquiler gestiona Alokabide es de un banco: fue embargada a su anterior propietario. Es la única vivienda de Alokabide (sociedad pública de alquiler) en Asteguieta: "A Asteguieta no le interesaba antes Alokabide. Cuando un vecino intentó poner en alquiler la vivienda a través de esta sociedad, Alokabide lo rechazó", sostiene Juan Guerrero.

La vivienda está dentro del programa Bizigune. El hecho de que en la familia Manzanares Cortés haya menores, y que estén viviendo en el C-Mas, ha provocado que se acelere la concesión de una vivienda. La adjudicación se realizó, pero el ataque a la vivienda (que los vecinos condenan) paralizó el traslado de la familia. Por ahora siguen en el C-Mas y en la vivienda aún no se han reparado los desperfectos.

Este lunes patrullas de la Ertzaintza junto con seguridad privada y una carpintería acudieron a intentar colocar la puerta, pero no encontraron a nadie que les abriese, y al carecer de orden judicial no pudieron acceder al inmueble. Sin embargo, esta presencia les lleva a pensar que las instituciones siguen en su intención de alojar en esta vivienda a la familia.

Asteguieta es un pueblo de poco más de 200 habitantes. De ellos el 16% son inmigrantes de fuera de la UE, el 18,9% son mayores de 65 años y otro 18,5% son menores. Insisten en que desde hace años también viven en el pueblo familias de etnia gitana: "No somos racistas".

Los vecinos del pueblo han mantenido reuniones con el Ayuntamiento, con el ex alcalde José Ángel Cuerda, con el viceconsejero de vivienda y con otros colectivos y personas que han intentado mediar. "Tenemos miedo no: lo siguiente", asegura Juan Guerrero y el grupo de vecinos que se ha congregado tras detectar la presencia de este periodista. No se creen las palabras de los políticos y lamentan su falta de empatía.

Insisten en que se trata de una familia "conflictiva". Ponen como ejemplo la situación de tensión acumulada durante varios meses en Abetxuko, los incidentes en Ollerías o la constante presencia policial en el entorno de la Calle Santo Domingo. En estos lugares viven miembros de Los Bartolo y Los Pichis. "Ya sufrimos a los Bartolos cuando vivían en la Avenida de Los Huetos y no los queremos". Su temor no es la llegada de la familia Manzanares-Cortés: "Es que detrás va a venir todo el clan con ellos".

Al mismo tiempo reflexionan sobre la idoneidad de que Asteguieta sea el mejor sitio para la integración de una familia: "No tenemos colegio, no tenemos panadería, ni bar", asegura. Este sábado los vecinos volverán a la calle: quieren hacerse oír y volverán con sus tractores. Mientras tanto la familia Manzanares-Cortés  sigue en el albergue municipal y la vivienda a la espera de ser rehabilitara.