Fernando destina los 100.000€ de Ahora Caigo a la hipoteca y a un retiro personal

Fernando González de Zárate se hizo el pasado martes con los 100.000€ del programa Ahora Caigo en Antena 3. Lo hizo en un programa especial en el que llegó al centro del plató en el ecuador del programa. Fernando destinará el dinero a "pagar la hipoteca" y a vivir una experiencia de 10 días en un centro de retiro en silencio al sur de la península.

Fernando tiene 40 años. Se había apuntado a Ahora Caigo antes de anunciarse los especiales, pero la productora le ofreció participar en el de Vitoria. Recurrió al traje de blusa de su hermano: "O comprábamos el traje o íbamos de prestado", asegura. Ninguno de los participantes era blusa o neska de cuadrillas. Fernando reconoce que era la primera vez que se ponía el traje: en su presentación emuló uno de los cantos que, en ocasiones, ha escuchado en el paseíllo: "Dónde está la lentilla".

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"Yo vivo la fiesta", reconoce. "Este año he ido a Celedón Txiki y lo que más vivo es el paseíllo de vuelta, pasear por el centro o ver los espectáculos de calle. Antes iba siempre a los fuegos artificiales, pero ahora manda quien manda", en referencia a su paternidad.

Fernando es un "experimentado surfista de la crisis de los 40": "Integro el cuerpo y las emociones en mis clientes". Quizás por eso pidió, antes de la final, un 'ohm' conjunto del público: "Me relaja muchísimo, me conecta con mi cuerpo me desconecta y me ayuda a asentarme".

Aunque el público no era de Vitoria-Gasteiz se fueron conociendo varias de las tradiciones de La Blanca. De hecho, aunque no se vieron en el programa, los concursantes también explicaron a Arturo Valls y al público en qué consisten actos como la Procesión de los Faroles o los fuegos artificiales. Juan (del Rivendel) también corrigió posteriormente a Arturo Valls, que en el programa había dado una explicación no del todo correcta sobre la Casa del Cordón.

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Cada jornada se graban cuatro programas. El especial de La Blanca fue el primero de la tarde y la interacción con Arturo Valls no va mucho más allá del momento de la grabación.

El ganador sufrió especialmente en los duelos con María y con Oscar, pese a que en el programa pudo parecer un duelo más rápido de lo que fue. Un duelo con preguntas complicadas, varias de ellas sobre Vitoria-Gasteiz.

Fernando estuvo a punto de caer por el nombre del primer Celedón: "Sí, pero afortunadamente había seguido las instrucciones de mi mujer y me había documentado". Dijo José Luis Isasi in extremis, gracias al repaso que, durante el viaje, había hecho a las fiestas de La Blanca: "Me estudié un poco la historia de los blusas y de Celedón, y le di vueltas a algunos programas festivos", aunque asegura que no tiene muy buena memoria. Su preparación se completó viendo programas previos: "Todos los días me veía dos programas previos".

Su llegada al programa fue al más puro estilo 10 de agosto: "Estaba ronco, probablemente me enfrié en el vuelo".

Fernando tiene ahora 100.000€, a lo que hay que restar el pellizco de Hacienda (que se lleva cerca del 30%). Pero el próximo martes competirá con otras fiestas patronales por un nuevo premio de 100.000€, en la gran final de estos programas.

Por cierto que las críticas que ha recibido el programa se han repetido en otras fiestas populares, según reconocen otros concursantes en el grupo de Whatsapp: "Suele haber críticas de los trajes, y cada uno ve fallos en sus programas". Reconoce que el traje de Arturo Valls de Celedón "no era el más afortunado", pero aún así recuerda que Ahora Caigo es un show: "Se intenta cuidar al máximo".

En el programa aseguró que el dinero le serviría, entre otras cosas, para ayudarle en su nuevo negocio, hacer un viaje a Asia (él solo) y otro viaje a Nueva York y Riviera Maya con su pareja. Pero ha cambiado de planes. Parte del dinero ha ido a pagar la hipoteca, mientras que otro pellizco servirá para mejorarse a sí mismo: "Iré a unos centros de retiro al sur de la Península: son 10 días de silencio en una parcela en la que no hablas con nadie. Y allí pasan muchas cosas". Una experiencia "muy profunda" con la que busca mejorar en su trabajo: "Me sirve para controlar mis emociones, repercute en mis seres queridos y en mis clientes, y me sirve para ofrecerme mejor en mi trabajo".