Celebra el Carnaval de Vitoria en el antiguo Palacio Otalora-Guevara

Hay fiestas que se viven una vez en la vida. Las recuerdas por el ambiente que sentiste, la atmósfera que se creó... Las recuerdas porque te sorprendieron. El Carnaval de Vitoria es una cita muy esperada y un momento perfecto para buscar experiencias diferentes. Si te apetece vivirlo de otra manera no pierdas detalle a la fiesta de Carnaval que hay preparada en Mi Castillo de Arena. ¡¿Qué no sabes lo que es?! Por fin la historia se alía con la cultura, el arte y el disfrute de los sentidos en nuestra ciudad. ¡Abre los ojos!

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Completa tu disfraz con una máscara y déjate llevar. Mi Castillo de Arena está preparando una fiesta inolvidable para estimular los sentidos. Habrá espectáculos y sorpresas que se alternarán con rapidez. Habrá buen rollo y un 'feeling' especial; todo con el objetivo de que sientas que estás en un lugar mágico viviendo una fiesta poco habitual. Y es que Mi Castillo de Arena busca en Vitoria la atmósfera de Londres o Berlín; el aire de esas fiestas que se celebran en grandes templos con mucho pasado y mejor futuro.

Acceder te costará solo 40€ y tendrás copa de champán de bienvenida y 2 consumiciones incluidas. Disfrutarás de distintas salas temáticas, que se irán abriendo con el avance de la noche y que te ayudarán a descubrir la grandeza de un Palacio del siglo XVII. Las puertas se abrirán a las 23 horas.

• Del Palacio de Otalora-Guevara a Mi Castillo de Arena

El Palacio de Otalora-Guevara, a pesar de su noble nombre, no tuvo una historia fácil. Se estima que el Palacio fue construido en Zurbano sobre el año 1.640. "Se calcula más o menos este año de construcción por la herrería utilizada", comenta Ania, su actual responsable. Por aquel entonces Juan Otalora y Guevara, secretario del Rey Felipe IV, encargó su construcción.

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3 siglos más tarde, la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria compró el edificio con la idea de restaurarlo y convertirlo en Museo Etnográfico. Sin embargo la idea nunca se materializó y el Palacio quedó abandonado durante 40 años. En 1994 el Gobierno Vasco lo catalogó como Bien Cultural, pero no fue hasta el año 2.000 cuando una constructora local lo adquirió para encontrar un nuevo dueño y sacarle rentabilidad. Tampoco en este caso la empresa propietaria logró su objetivo y el Palacio fue de nuevo abandonado.

En el año 2012, cuando el Palacio agonizaba y corría riesgo de derrumbe, fue adquirido por Ania. La vitoriana y su pareja londinense pusieron todo su empeño en devolverle al edificio su esplendor. Tras 3 años de intensa restauración, y tras vencer a las fortísimas lluvias del inicio de 2013 que amenazaron las cabezas de las vigas, el edificio quedó totalmente rehabilitado.

De esta forma el Palacio Otalora-Guevara pasó a ser Mi Castillo de Arena. Un espléndido edificio del S.XVII cuyas estancias hablan por sí mismas. "Tenemos una sala con dos chimeneas, muy poco habitual, que utilizamos mucho para nuestros clientes en invierno. Antiguamente la gente que habitaba el Palacio rotaba de estancias en función de la época del año, lo que da un aire diferente a cada zona", explica con orgullo Ania.

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• Un proyecto moderno en busca de celebraciones exclusivas, arte y tendencias

Mi Castillo de Arena hace referencia a la fragilidad en la que se encontraba el edificio y al mimo con el que transcurrió la restauración. Hoy luce la mejor de sus caras y aspira a ser un referente en Vitoria-Gasteiz.

Situado a las afueras de la ciudad, a 2 kilómetros del Pabellón del Baskonia, el Palacio acoge bodas y celebraciones privadas de todo tipo. Pero aspira a más: "Queremos que sea un espacio dinámico de eventos culturales y artísticos heterogéneos; buscamos grupos que quieran disfrutar de nuestras fiestas aprovechando la privacidad de la zona Vip. Recibimos clientes de todo Europa pero queremos que los alaveses hagan suyo el proyecto y lo disfruten siempre que quieran".

De hecho, en los últimos meses se han realizado dos exposiciones escultóricas de los artistas Koko Rico y Dora Salazar. La próxima novedad será la inauguración de un Gastrobar en la planta baja, que dará todavía más vida al Palacio. "En nada vamos a tener también demostraciones para aprendizaje de esgrima y experiencias como 'Tardes de Té' o pequeños desfiles de moda y shootings fotográficos", desgrana Ania.

Los impulsores de Mi Castillo de Arena posan con los escultores Casto Solano, Dora Salazar y Koko Rico. En los extremos Ania y Bárbaros.

Los nuevos propietarios lo tienen claro: "Para entender la experiencia hay que venir". Y es que cada acto se prepara con pasión para que tenga personalidad propia y nada se parezca a lo visto anteriormente. De ello se encarga la empresa de organización de eventos Una Vez En La Vida, gestionada por Ania y especializada en crear celebraciones en espacios singulares. Mi Castillo de Arena es, sin duda, un lugar especial.