FOTOS - Las cúpulas que decoran Vitoria. ¿Dónde están?
Te mostramos varias de las cúpulas, chapiteles y torres que adornan edificios civiles de Vitoria. ¿Los conoces?
La estampa de las cuatro torres es una de las señas de identidad características de Vitoria-Gasteiz. Pero no es la única del paisaje de altura vitoriano. Son varias las cúpulas, chapiteles y torres que sobrevuelan la ciudad y la decoran desde lo alto de diversos edificios civiles. ¿Dónde están?
Muchos de ellos están recogidos como bien cultural de protección básica, en la categoría intermedia de conservación estructural. Un catálogo municipal que engloba los bienes que merecen protección local por su valor artístico, histórico, arqueológico, paleontológico, etnológico, antropológico, lingüístico, científico, industrial, paisajístico, arquitectónico o de cualquier otra naturaleza cultural. Así lo recoge la Ley 6/2019 de Patrimonio Cultural Vasco.
Pando Argüelles y Casa Fournier
Una de las más conocidas es la cúpula que remata el edificio Pando Argüelles, en la esquina de las calles San Antonio y Manuel Iradier. El arquitecto vitoriano Julián de Apraiz la construyó entre 1911 y 1913. La encargó Casimiro Pando-Argüelles y luce un estilo ecléctico modernista.
Sus miradores en forma de media luna, sus frontones clasicistas y las guirnaldas en la peana de la colorida cúpula, en azul con estrellas rojas, son el foco de todas las miradas.
No muy lejos de allí, también destaca por su elegancia la Casa Fournier, entre las calles Manuel Iradier y Fueros. Heraclio Fournier pidió su construcción a Salustiano Lahidalga en 1866. No solo era casa, también taller, con maquinarias, calderas, zona de blanqueado, barnizado o empaquetado. Su estilo neoclásico recargado lo remata una gran bóveda peraltada y buhardillas muy típicas del París de Napoleón III.
Justo enfrente, en el lugar donde estuvo la fábrica de velas y chocolates Quintín Ruiz de Gauna, y encima del conocido restaurante Casa Felipe, nos encontramos con un edificio de estilo clásico rematado por un chapitel.
Cerca, Fausto Íñiguez de Betolaza erigió en 1900 la actual sede de Emakunde (y antiguo colegio Garibay). De diseño sobrio y limpio, cuenta con dos remates originales en forma de pequeñas cúpulas o linternas.
Más visible resulta la que remata la fachada del edificio Ópera en su entrada por la calle Fueros. Un inmueble que la empresa Vitoriana de Espectáculos S.A (VESA), construyó en 1917 con planos de Cesáreo Iradier.
Afrancesadas y árabes
Otro enclave digno de alzar la vista es el Paseo de Fray Francisco. Allí son varios los edificios que capturan la mirada del viandante. Como la Casa Zuloaga (para muchos Casa Ezquerra), que Rudesindo Zuloaga encargó a Julio Saracibar en 1903. La idea original era construir un hotel y, por su forma y estilo afrancesado con influencias barrocas, recuerda a casas parisinas de la época.
Además del llamativo remate frontal, en su parte posterior, que da a las vías del tren, muestra una torre que recuerda a un castillo.
El mismo arquitecto, Saracibar, fue el artífice en 1900, a pocos metros, de otro edificio singular: Villa María. Hoy acoge al Ilustre Colegio Oficial de Abogados de Álava. Contrasta con el anterior por su estilo más sobrio, también de aires europeos. A lo largo de su siglo largo de vida, ha sufrido varias rehabilitaciones. Eso sí, sin perder la cúpula que, a modo de guinda del pastel, lo decora.
Más llamativa resulta la que remata Villa Sofía, casi pegada a la anterior, y también obra de Saracibar en 1902. Y nada que ver con las anteriores, ya que aquí resaltan sus influencias árabes. Su decoración abundante cuenta con minaretes y vistosos ladrillos naranjas, al estilo de las celosías.
No son las únicas cúpulas destacadas en Vitoria-Gasteiz. Una mirada al cielo por sus calles alumbra otras como las del hotel Ciudad de Vitoria. O varios chapiteles Vicente Goicoechea o en diversos edificios de la calle Los Herrán. Especialmente el del número 23, que data de 1923 y luce una marcada arquitectura vasca. Allí, Román Goicoechea tuvo su taller de muebles, escultura e imaginería. Más tarde, acogería a la Sociedad Recreativa Zaldiaran.
Torres sobrias y medievales
Además de estas cúpulas, son varios los edificios vitorianos que lucen remates en forma de torre. Como la del antiguo Palacio de Justicia, en Olaguibel, y ahora en obras. Edificado en la posguerra, entonces el estilo característico del franquismo era el sobrio neoherreriano, marcado por torres rematadas en chapiteles cónicos o piramidales cuadrangulares terminados en punta.
De la misma época son los edificios, con torres en ambas esquinas, de la calle Ramiro de Maeztu, enfrente de la plaza Juan de Ayala. Los construyó la Obra Sindical del Hogar del Sindicato Vertical. Un tercer ejemplo de aquella arquitectura es el inmueble de Portal de Castilla, 34.
Aunque para torre, la del colegio Vera Cruz. En su origen (finales del siglo XIX) un chalet con un estilo neomedieval imponente que no pasa desapercibido.
La antigua cúpula del Buesa
Y, si de cúpulas hablamos, la más famosa de Vitoria-Gasteiz, y sobre la que más se ha escrito, es sobre la que cubriera primero la Antigua Plaza del Ganado y el Buesa Arena después. Diseñada por Carles Buxadé y Joan Margarit, fue la más grande instalada en Europa.
Su diámetro de 76 metros prolongó su montaje durante seis meses. En 1977 obtuvo el Premio Europeo de Estructura Metálica, además de otros galardones arquitectónicos. En 1990 el edificio se reformó, se instalaron gradas provisionales para los partidos de Baskonia. 8 años después se ampliaría con un izado espectacular de la cúpula, de 360 toneladas.
Sin embargo, en 2011 se retiró porque era imposible elevarla más de lo que ya estaba. Entonces se trasladó a un espacio cercano, ahora con apenas uso.
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