FOTOS - El Laberinto pone puertas a Olarizu
A falta de los setos, las esculturas, bancos y puertas recrean ya lo que será el Laberinto de Olarizu
Las campas de Olarizu tienen puertas. Como lo lees. Se las ha puesto el Laberinto, que cada día asoma más completo muy cerca de la entrada por la Avenida de Olarizu. Un espacio de 3.400 metros cuadrados, 3.900 al sumar zonas adyacentes y la plazuela central de acceso.
Allí ya son visibles esculturas, bancos, fuentes, farolas, el trazado interior (con arena granítica) y, por supuesto, las puertas. También la acequia que lo separa, y diferencia, de las campas.
En apenas un mes, las obras han avanzado y casi ultimado el espacio. Lo que aún no se ha colocado son los setos, por lo que el espacio luce aún un tanto desnudo. La previsión es comenzar su instalación a lo largo de esta misma semana. Habrá que ver si los pronósticos de lluvia no retrasan los plazos.
Previsto para primavera
Una vez plantados, aún toca esperar a que los setos arraiguen y cojan la forma que, por lo general, tenemos en mente cuando hablamos de un laberinto. Es decir, de muros que marquen las divisiones y curvas del trazado, y dificulten hallar la salida. Es ahí donde está la gracia.
En total, tendrá más de 6.000 plantas autóctonas colocadas en los setos para impedir la visibilidad. O dificultarla, según quien, ya que su altura será de 1,7 metros. No contará con iluminación, pero sí con verjas, porque su acceso estará limitado solo al horario diurno.
Así que, entre unas cosas y otras, la previsión es que sea en primavera cuando este nuevo espacio lúdico abra sus puertas, nunca mejor dicho.
Los trabajos del laberinto comenzaron el pasado mayo y el plazo para desarrollarlo, setos aparte, era de 6 meses. Aunque en su origen esta instalación generó mucha polémica, sobre todo entre los residentes de la zona, al final su puesta a punto se ha desarrollado con tranquilidad.
En ello ha influido los cambios realizados respecto del proyecto inicial, planteado con 5.000 metros cuadrados. También se desplazó, en teoría unos 30 metros, respecto del límite de la campa, y de las primeras viviendas de la zona.
Otros proyectos
Así, aunque por momentos renqueante, el recinto, anunciado por primera vez en 2018, al final ha salido adelante. No como el otro espacio lúdico pensado en su día para Olarizu. Un parque de tirolinas en el pinar de la Avenida de Olarizu. Incluso, su gestión salió a concurso, con precios y circuito definido. Pero, tras la pandemia, la tirolina se cayó de los planes municipales.
Algo mejor suerte tuvo el anfiteatro vegetal, que vio la luz junto a la campa principal de la Casa de la Dehesa. Se inauguró en 2021, pero desde entonces está infrautilizado. Únicamente se salva en algún evento puntual, como el Araba Euskaraz.
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