Fracking: el 'Maná' de Álava, prohibido en Francia y Nueva York

14 noviembre, 2011

La sorpresa y expectación con la que la sociedad alavesa acogió la noticia de los yacimientos de gas en sus lindes va tornándose en preocupación conforme avanzan las jornadas. El departamento de Industria del Gobierno Vasco sigue sin aportar datos, más allá de los que ofreció en Estados Unidos. Lo que preocupa a la sociedad […]

La sorpresa y expectación con la que la sociedad alavesa acogió la noticia de los yacimientos de gas en sus lindes va tornándose en preocupación conforme avanzan las jornadas. El departamento de Industria del Gobierno Vasco sigue sin aportar datos, más allá de los que ofreció en Estados Unidos. Lo que preocupa a la sociedad alavesa y, sobre todo, a las organizaciones ecologistas, es la técnica que se empleará para extraer el gas, incrustado en la roca, y denominada Fracking.

Su ubicación impide utilizar las técnicas tradicionales de bombeo, lo que en un principio parecía que se iba a traducir simplemente en un encarecimiento notable de los costes. Sin embargo, esta técnica, denominada fracking, puede provocar afecciones al ecosistema y al subsuelo. El mayor riesgo reside precisamente en que el subsuelo de toda la llanada alavesa es un gran acuífero, que podría verse afectado por las extracciones.

Para separar el gas de la roca, la técnica obliga a perforar verticalmente primero y luego horizontalmente. Una vez alcanzado el gas, se inyecta agua a presión, acompañada por productos químicos 'secretos', que permiten al gas ser liberado, ascendiendo en forma gaseosa a la superficie, donde finalmente se aprovecha.

El mayor problema, según asegura el biólogo Jon Ruiz de Infante, es que algunos de los compuestos utilizados en dicha técnica son tóxicos. Desde las empresas que lo explotarán se asegura que no se utilizarán todos ellos, pero no concretan cuáles. Una vez en el subsuelo, éstos compuestos pueden pasar fácilmente a los acuíferos subterráneos, alcanzar los cultivos y llegar a la cadena trófica, con el consecuente riesgo para la salud de personales y animales.

Tal es el riesgo que, como recuerda Ruiz de Infante, miembro de Equo, esta técnica está siendo cuestionada en muchos países, hasta el punto de que Francia la llegó  a prohibir el pasado uno de julio. Incluso en EEUU existe un fuerte debate sobre la utilización de dicha energía, con una moratoria existente en estados como Nueva Jersey, Maryland o Nueva York . Las posibles concesiones para la ejecución de dicha técnica están en suspenso a la espera de que se publique en los próximos meses un informe que avale o ignore dicha situación. Las presiones de grupos ecologistas y de las energéticas son muy fuertes por ambos bandos, aunque puede que en las próximas fechas los habitantes de la costa este de EEUU tengan una decisión, sobre la base, en principio, de informes técnicos.

Sin impacto ambiental

Pero, volviendo a España, son varias las decisiones que se han tomado para evitar la declaración de impacto ambiental. Y es que las empresas que trabajarán en el Gran Enara son conscientes de que sus propuestas no pasarían por ese filtro. Por ello, por el momento han decidido reducir a la mínima expresión las perforaciones. Lo que se hará a lo largo de 2012 será tan sólo una prueba, un sondeo, con el que poder establecer la viabilidad de dicho plan. Pero el sondeo costará 100 millones de euros, de los cuales el Gobierno Vasco invertirá 43 millones. El resto lo harán Heyco y Cambria Europe, dos empresas ampliamente cuestionadas por sus políticas.

Parece claro que, sin viabilidad, una empresa extranjera no invertiría 57 millones de euros en unos sondeos. La zona del Gran Enara comprende cuatro comunidades autónomas (La Rioja, País Vascos, Castilla y León y Cantabria), pero por el momento sólo se ha solicitado permiso para actuar en uno de los pozos de la Llanada Alavesa, en el municipio de Vitoria, junto a Subijana. La intención inicial pasaba por realizar hasta 16 sondeos.

La empresa optó por una solicitud para evitar dicha declaración de impacto ambiental. De esta forma, el Ministerio de Medio Ambiente dio el visto bueno a esta técnica, que permitirá alcanzar ese gas que se encuentra a cerca de 4.500 metros de profundidad.

Pero sigue habiendo muchísimas preguntas aún sin resolver. Entre ellas, de dónde se obtendrá el agua para acometer los sondeos. Es necesario inyectar una importante cantidad para poder obtener el gas. El acuífero de Subijana (reserva de agua ante sequías) es la alternativa más viable, dado que el Zadorra obligaba a tomar una decisión a la Confederación Hidrográfica del Ebro. Por otra parte, será necesario construir una balsa de decantación, impermeable, para depositar allí los desechos y los lodos que se obtengan, donde deberán permanecer por un tiempo bastante prolongado.

Una vez se hayan acometido los sondeos, habrá que esperar casi un lustro para conocer la viabilidad de la técnica, así como posibles decisiones de explotación.

A partir de ahí podrían empezar a aprovecharse las reservas encontradas. El lehendakari Patxi López anunció que las reservas de gas equivalen a 5 años de consumo nacional y 60 años de consumo en Euskadi. Estas cifras son, como asegura Ruiz de Infante, "maximalistas". Y es que para obtener todo el gas existente en el Gran Enara, habría que perforar al menos 16 pozos, y aprovechar el 100% de dicho gas, logrando que nada de lo que se extrae se pierda. Esto último parece bastante complicado, ya que parte del gas que se libera de la roca se acaba perdiendo, filtrándose al subsuelo.

Aunque el Ministerio de Medio Ambiente ya concedió la licencia de extracción, desde el Ayuntamiento de Vitoria se ha solicitado un informe para valorar el impacto de dicha técnica, que se realizará en el municipio. Y el próximo pleno municipal se debatirá una moción sobre este asunto, a propuesta de Bildu.

No hay que olvidar que Vitoria será Green Capital en 2012, y ser uno de los pocos municipios de todo Europa (el fracking sólo se realiza ahora mismo en Polonia) que aprovecha esta técnica podría ser una importante mancha en el currículum verde de la Capital de Euskadi.