Fracking Ez vuelve a pedir un estudio de impacto ambiental

1 febrero, 2012

La plataforma insiste en que el Gobierno Vasco sortea la legalidad, pero el estudio sería necesario con algunos pequeños cambios

La plataforma Fracking Ez Araba ha vuelto a exigir hoy al Gobierno Vasco que se realice una evaluación de impacto ambiental antes de arrancar con la exploración de los pozos de gas en Álava. Desde la asociación aceptan el informe encargado por la Unión Europea a una consultora privada, en el que se asegura que la legislación actual es suficiente para regular la fractura hidráulica. El Gobierno Vasco aseguraban ayer que con esta decisión Bruselas respaldaba su postura.

El Gobierno Vasco es uno de los socios de la empresa que se encargará de estudiar, mediante perforación, la viabilidad de los pozos. El sondeo costará 100 millones de euros, de los cuales el Gobierno Vasco invertirá 43 millones. El resto lo harán Heyco y Cambria Europe, dos empresas ampliamente cuestionadas por sus políticas medioambientales. Las valoraciones desde el ejecutivo autonómico deben entenderse por tanto como parte interesada en la exploración.

Pero desde la plataforma han vuelto a insistir hoy en que el Gobierno Vasco ha sorteado la legalidad para evitar una declaración de impacto ambiental. Lo ha hecho por varios frentes. Por un lado, la compañía que realizará las exploraciones redujo el número de pozos. Por otro lado, la legislación vasca es mucho más garantista y, de no haber afectado los pozos a Burgos, el informe de impacto ambiental habría sido necesario. Al mismo tiempo, el informe será necesario cuando sea el turno de la explotación de los pozos. Sin embargo, la única diferencia en la explotación y la exploración está en el destino final del gas obtenido, según Andrés Illana.

La infraestructura necesaria es la misma, por lo que no se entiende que en unos casos sea necesaria y en otros no. Según han denunciado desde la plataforma contra el fracking, la empresa que gestionará los pozos ha realizado un informe medioambiental de 200 páginas  que no permite alegaciones.

El informe dado a conocer por la Unión Europea considera, por tanto igualmente válido el actual marco jurídico para este tipo de exploraciones que para las tradicionales mediante absorción en bolsas.

El fracking es una técnica que se utiliza para la extracción de gases que, por su ubicación no se pueden obtener con las técnicas tradicionales de bombeo, lo que en un principio parecía que se iba a traducir simplemente en un encarecimiento notable de los costes. Sin embargo, esta técnica puede provocar afecciones al ecosistema y al subsuelo. El mayor riesgo reside precisamente en que el subsuelo de toda la llanada alavesa es un gran acuífero, que podría verse afectado por las extracciones.

Para separar el gas de la roca, la técnica obliga a perforar verticalmente primero y luego horizontalmente. Una vez alcanzado el gas, se inyecta agua a presión, acompañada por productos químicos ‘secretos’, que permiten al gas ser liberado, ascendiendo en forma gaseosa a la superficie, donde finalmente se aprovecha.

El mayor problema es que algunos de los compuestos utilizados en dicha técnica son tóxicos. Una vez en el subsuelo, éstos compuestos pueden pasar fácilmente a los acuíferos subterráneos, alcanzar los cultivos y llegar a la cadena trófica, con el consecuente riesgo para la salud de personales y animales.

Jornadas

La plataforma ha convocado unas jornadas sobre el fracking que tendrán lugar el próximo sábado en el Museo de Naipes. En ellas se darán algunos datos que hoy han dado a conocer, provenientes de diversas fuentes. Entre ello se denuncian los riesgos de esta técnica para la salud. Según un estudio de la Cornell University de Itaca, entre el 3,6 y el 7,9% del gas aque se extrae acaba evaporado a lo largo del proceso. Además, en algunos casos se ha denunciado la contaminación del agua de acuíferos subterráneos. En el caso de Álava, la Llanada se encuentra precisamente sobre una importante reserva de agua.

Además, denuncian que el área total que ocupa el permiso Enara comprende más de 75.000 hectáreas. Recuerdan que el fracking empezó a desarrollarse hace una década en EEUU, y que desde entonces hay numerosas moratorias y prohibiciones en numerosos países. Así, en Francia y Bulgaria se ha prohibido, mientras que hay moratorias en Canadá, Suiza, Sudáfrica o Alemania. En Inglaterra se suspendió tras encontrarse una posible relación entre las exploraciones y dos terremotos que hubo en una zona cercana.