¿Cómo frenar conductas violentas en los campos de fútbol alaveses?
La Federación Alavesa de Fútbol ha desarrollado un protocolo pionero y participa en el programa Deportivity
Las amenazas, insultos o conductas xenófobas son una realidad en los campos de fútbol y fútbol sala alaveses. No se libra nadie de padecerlas (árbitros sobre todo) o realizarlas: jugadores, entrenadores y la grada. Lo ocurrido el sábado en el encuentro entre el CD Lakua y el Indautxu de la Liga Vasca Juvenil ha levantado, una vez más, todas las alarmas.
Comportamientos que no ocurren a diario ni en todos los partidos. Pero que, de un tiempo a esta parte, cobran más protagonismo. Un goteo lento que salpica y erosiona los cimientos de este deporte. Bases que, en buena medida, componen clubes humildes y deportistas y árbitros menores de edad. ¿Cómo frenar estas conductas violentas?
Protocolo para atajar violencia verbal
En la Federación Alavesa de Fútbol son muy conscientes de esta situación, y trabajan con denuedo para, en la medida de lo posible, intentar atajarla y erradicar estos comportamientos. Así, en 2022 nació un protocolo pionero que entró en vigor el pasado marzo.
Desde entonces, todas las categorías federadas del fútbol alavés y del deporte escolar lo aplican en casos de violencia verbal. Entendida esta como el "insulto, amenaza grave y las manifestaciones racistas, xenófobas, sexistas e intolerantes proferidas de forma continuada".
¿Qué pasos se adoptan?
-Detención del partido: el árbitro lo parará y comunicará al responsable de orden (si no existe, al delegado de campo) lo que ocurre. Ese responsable advertirá a las personas de su comportamiento, bien por megafonía, bien de forma personal, y les pedirá que depongan su actitud.
-Suspensión temporal del partido: si la violencia verbal continúa o no se ha advertido a sus responsables, el árbitro suspenderá temporalmente el partido e invitará a los equipos a retirarse a los vestuarios.
Mientras, se repetirá el primer paso, advirtiendo el cese de la conducta de violencia verbal. Y, si esta persiste, se requerirá la presencia policial.
-Suspensión definitiva del partido: Si no se les pudiera expulsar o, tras aplicar las medidas anteriores, nuevos espectadores reprodujeran estas conductas, el árbitro suspenderá por completo el encuentro.
Tendencia "peligrosa"
"La Federación de Balonmano también lo ha adaptado y hablamos con Diputación para implantarlo en todo el deporte escolar", explica Kepa Arrieta. El protocolo surgió tras escuchar las valoraciones de los árbitros alaveses, que en otras ocasiones, también han sufrido agresiones.
"Están sufriendo mucho. Cada vez existen más situaciones de violencia verbal en las gradas y, para que no fuera algo normal, surgieron estas pautas", indica el presidente de la Federación Alavesa de Fútbol.
Arrieta ha condenado con "contundencia" lo ocurrido en el campo municipal de Sansomendi. Y confirma que se trata de una tendencia "peligrosa". "Los clubes reconocen que igual siempre ha existido, pero que cada vez es más llamativo y se repite más: sobre todo los insultos, no tanto las agresiones", apunta.
En esa línea de atajar la situación, forman parte también del programa Deportivity junto a Fundación Vital, Diputación alavesa y Escuela Vasca del Deporte. Un proyecto para la competición cadete.
En él, los árbitros miden y evalúan el comportamiento de futbolistas, cuerpo técnico y afición en todos los partidos de temporada. Además, en cada encuentro, los entrenadores hacen lo propio con el equipo contrario y también hacia el público.
Con todos los datos, si la tendencia es negativa o una conducta se repite 2-3 veces, entran en juego los talleres. De prevención, intervención y, en casos más complicados, a pie de campo.
En esa línea se enmarca también ‘Kirolalde’, del Gobierno Vasco. Un comité contra la violencia en el deporte para partidos de Tercera División, Liga Juvenil y Cadete. En su caso, tiene en cuenta las evaluaciones arbitrales. En 4 años han sido 546 los partidos analizados. Y la pasada temporada, el índice de deportividad alcanzó un sobresaliente 8,93.
Sanciones y más control
Además de la concienciación y sensibilización, Arrieta plantea la posibilidad de sanciones "contundentes". Claro que solo podrían aplicarse a quienes estén federados, en este caso, en el fútbol. Es decir, que tengan licencia: árbitros, entrenadores, jugadores, delegados...
El resto de conductas violentas o agresivas, si proceden de gente ajena, son más complicadas de atajar. Por ello, tras lo ocurrido en el campo municipal de Sansomendi, han intensificado las reuniones con el Ayuntamiento para ver cómo abordar este enfoque.
Porque a esas instalaciones, al ser públicas, puede entrar cualquiera. El club de fútbol no puede controlar su acceso ni, ante un problema de estas características, expulsar a la gente. "Estamos viendo si existen otras alternativas para que los propios clubes puedan tener más control", desvela Arrieta.
"Reflejo de la sociedad"
Además, la Federación Alavesa de Fútbol estudia adelantar una campaña de sensibilización en la que estaban trabajando: "como no había pasado nada últimamente, la semana pasada estábamos con ello, pero ahora, tendremos que sacarla antes".
También Diputación pretende sacar en enero una iniciativa enfocada a "sacar el insulto, faltas de respeto y hechos no violentos de las gradas".
Pese a toda su implicación, o quizá precisamente por la misma, Arrieta es un tanto escéptico: "No sé si con una campaña u otra se puede solucionar. Esto va más a un nivel interno, es un reflejo de la sociedad. Lo vemos en la calle, donde las peleas están a la orden del día".
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