Garoña da más argumentos a sus detractores

27 marzo, 2012

El pasado sábado el Ogueta se llenó en una reunión que puso una vez más negro sobre blanco la exigencia de que Garoña cierre. Una exigencia que se ha vuelto a incrementar tras la decisión del Gobierno de prorrogar su vida útil. Decisión que aún no se ha confirmado oficialmente, pero que todo indica que […]

El pasado sábado el Ogueta se llenó en una reunión que puso una vez más negro sobre blanco la exigencia de que Garoña cierre. Una exigencia que se ha vuelto a incrementar tras la decisión del Gobierno de prorrogar su vida útil. Decisión que aún no se ha confirmado oficialmente, pero que todo indica que el cierre previsto para 2013 se aplazará previsiblemente hasta 2019.

Sin embargo, la central sigue dando día tras día nuevos argumentos para su cierre. El último el que tuvo lugar este mismo lunes, cuando se ha producido una parada automática en el reactor dentro de unas pruebas que se estaban realizando y que habían provocado un descenso previo de la potencia. Esta parada no ha llegado a ser ni siquiera un susto, ya que la parada se ha producido precisamente para evitar cualquier riesgo y se ha solucionado todo posible problema.

Este argumento de la seguridad es el que esgrimen quienes se oponen al cierre de la central. Los sistemas de prevención nunca han fallado. Pero quizás haya que decir que, en el caso de que algún día fallen, las consecuencias pueden ser importantes.

Pero entre los pronucleares también hay cada vez más gente que se posiciona en favor del cierre de Garoña. El problema está en que España dejó de construir nucleares en 1987, con lo que la más joven, la de Trillo, está cerca de cumplir el cuarto de siglo.

En España la energía atómica supone casi el 20% de la producción total de energía, y parece que por el momento no existe interés en el impulso de las energías alternativas, debido a su elevado coste. Porque el coste económico de producir energía nuclear es más barato que otras fuentes de energía. Pero los riesgos asumidos son muy elevados.

Y tras el terremoto de Japón la sensación que dejan estas centrales es de mayor inseguridad. En Vitoria la ola de gente que se posiciona en contra de Garoña aumenta día tras día.  En el PP Javier de Andrés y Javier Maroto han mostrado su malestar en público por su cierre.

Y el pasado sábado 228 colectivos sociales, culturales y sindicales se unieron para pedir su cierre. La principal razón que esgrimen para ello es, precisamente, que está ya caducada.