Historia de la calle General Álava: comercio, cines, bancos y hasta una fuente luminosa
El tramo final de General Álava se construyó en 1959, con el derribo de un palacio y varias viviendas
El 4 de agosto de 1959 las autoridades locales inauguraron de la fuente luminosa situada en la esquina entre la calle General Álava y Fueros. Esta fuente era el colofón de la prolongación de la calle en el tramo entre Dato y Fueros. Hasta entonces, esta céntrica calle solo llegaba desde la calle San Antonio hasta la calle Dato, si bien la idea de prolongarla venía proyectándose desde hacía años.
En aquel primer tramo destaca, desde su inauguración en 1931, el edificio de Telefónica. Esta casona fue ampliada con una planta superior con el paso de los años para poder concentrar los servicios telefónicos de la ciudad hasta la construcción de las centrales telefónicas de la avenida Gasteiz y Zaramaga en los años sesenta y setenta del siglo XX.
Para abrir el nuevo tramo de la calle fue necesario demoler el palacio de la familia Ortiz de Zúñiga situado entre las calles Independencia y Fueros, así como varios portales situados en la acera impar de la calle Dato.
En aquel nuevo espacio abierto se asentaron entidades bancarias como el Banco Hispano Americano, cuya antigua sede fue demolida para la apertura de la calle. Estuvo temporalmente. hasta la inauguración de su nuevo edificio en General Álava 18, en los bajos que actualmente ocupa la Caja Laboral en la calle Dato.
El Banco Vizcaya también edificó su nuevo edificio de oficinas sustituyendo las antiguas localizadas en la calle San Prudencio. El Banco de Bilbao por su parte, inauguró en 1972 su actual oficina central, en el mismo lugar que venía ocupando desde 1913 tras el derribo del antiguo edificio.
Pero junto con oficinas bancarias, oficiales, medicas o profesionales de diferentes ámbitos, en la calle General Álava también había espacio para el ocio y comercio. Los antiguos cines Astoria (actual Zara) y Gasteiz (New Yorker) le otorgaban vida a la calle más allá del horario de oficina. Comercios como Crevitor o Kolkay o las galerias Itaca y el Pasaje Postas, inaugurado a mediados de los setenta, otorgaban gran vitalidad a la calle.
Con el paso del tiempo la calle fue asentando su carácter de vía principal. Se construyeron nuevos edificios como el de las antiguas oficinas municipales construidas por el arquitecto Miguel Mieg y Enrique Guinea, o el número 10 de la calle General Álava con su escalera central con forma de caracola. Al mismo tiempo, la calle perdió algunos elementos característicos como la fuente luminosa. Se tuvo que eliminar por el incremento del tráfico. Estaba ubicada frente a la también desaparecida librería Linacero, con su característico termómetro.
Con la semipeatonalización, el carácter comercial se vio reforzado. La vía se convirtió en lugar predilecto para tiendas de ropa. El paso del tranvía ha sido la última reforma importante que ha sufrido la calle. En los últimos años General Álava también ha padecido el cierre de algunas de sus tiendas, aunque muchos de ellos han reabierto.