El genio vitoriano que conquista Disney y Netflix

30 noviembre, 2024

Txema Ocio es un guionista vitoriano conocido por las series de animación ‘Lola & Virginia’ y ‘Sandra, detective de cuentos’

Los actores, actrices y directores son las caras visibles de cualquier obra cinematográfica. Pero detrás de cada película y serie hay un amplio grupo de profesionales que trabajan en la sombra, muchas veces sin recibir el reconocimiento que merecen.

Es el caso de los guionistas: las mentes creativas que dan vida a las historias que el público ama. Sin ellos la pantalla sería solo un lienzo en negro.

Uno de estos talentos es Txema Ocio, un guionista vitoriano afincado en Hondarribia. Con más de 30 años de trayectoria, ha dejado su huella en el teatro, el cine y sobre todo, en la animación infantil.

txema ocio

Su talento y creatividad han dado vida a personajes tan queridos como los de 'Lola & Virginia', 'Sandra, detective de cuentos' y 'Lucky Fred', exitosas series de televisión producidas por MB, una productora vitoriana. Estas series se han vendido en más de 95 países y coproducidas con gigantes como Disney, France 3, RTVE y ETB, entre otros.

Un viaje inesperado hacia el mundo del guion

Txema Ocio llegó al mundo del guion casi por casualidad. Durante su etapa universitaria vio un cartel que anunciaba un curso de teatro escolar y "ya la cagué para toda la vida", comenta entre risas. Así comenzó su incursión en el mundo del teatro. Primero como actor en compañías como Trapu Zaharra y la cooperativa Denok donde, además de actuar, se encargaba también de dirigir, escribir guiones y realizar tareas técnicas.

El el teatro descubrió su verdadera pasión: escribir historias

Fue en ese entorno donde descubrió su verdadera pasión: escribir historias. De manera gradual y autodidacta, comenzó a formarse como guionista en los años 90 cuando no existían escuelas especializadas en esta disciplina.

Su carrera profesional despegó cuando empezó a trabajar en la animación de la mano de la productora de Myriam Ballesteros (MB) de Vitoria-Gasteiz con la que lleva trabajando más de 30 años. Su primera gran creación de animación fue 'Memé y el señor Bobo', una serie coproducida con TVE y vendida en más de 35 países. La trama sigue las aventuras de una niña y su pandilla, que ponen su ciudad patas arriba.

Éxito global con 'Lola & Virginia' y 'Sandra, detective de cuentos'

Después de la emisión de 'Memé y el señor Bobo' llegaron otros éxitos. Uno de los mayores hitos de Txema fue 'Lola & Virginia', una serie animada que marcó a toda una generación de niños de los 2000. La historia relata las vivencias de dos niñas de distintas clases sociales que no se llevan especialmente bien.

Imira, TV3, ETB y France 3, entre otros, coprodujeron la serie y llegó a plataformas y canales como Disney Channel, TVE, Nickelodeon, Netflix, ETB y Filmin. Además, su éxito no solo se limitó a España: la serie se emitió en más de 95 países de África, América, Asia y Europa, llegando a lugares como Finlandia, Turquía, Argentina, Estados Unidos, India, Corea del Sur, Malasia y Mauritania.

'Lola & Virginia' se ha emitido en más de 95 países como Argentina, Estados Unidos o India

Entre los numerosos premios que recibió destaca el galardón a Mejor Animación en el Festival Cartoon on the Bay, un festival internacional de animación televisiva, cinematográfica y transmedia de Italia.

Otro gran éxito fue 'Sandra, detective de cuentos'. Serie que mantuvo a los niños enganchados para descubrir en qué cuento clásico se adentraría Sandra para resolver misterios como la desaparición del zapato de La Cenicienta. Fue un fenómeno global y ganó premios como mejor serie de animación en Zapping 2010 y mejor serie animación Nueva Mirada International Festival 2011.

Además, se emitió en países como Suiza, Hungría, República Checa, Hong Kong, México, Angola y Mozambique. Incluso podía disfrutarse en los vuelos de Iberia y Kenya Airlines.

El impacto de la detective Sandra trascendió la televisión y generó 'merchandising'. Artículos como pegatinas, cuentos infantiles y juegos de mesa llegaron a casa de los más txikis por Reyes y cumpleaños.

'Sandra, detective de cuentos' se podía disfrutar en los vuelos de las compañías Iberia y Kenya Airlines

Sin embargo, no todos los proyectos acaban siendo un éxito global. Txema destaca que la mayoría de sus trabajos no llegan a ver la luz y terminan guardados en un cajón. Esto suele ocurrir por falta de presupuesto, de tiempo o simplemente cambios de moda.

Un ejemplo es el de un largometraje que iba a producirse en 2D y quedó paralizado por el auge del 3D. "Eso también es parte del trabajo de un guionista: mantener los proyectos vivos el mayor tiempo posible y si hay suerte llevarlos a cabo", puntualiza.

"La vida de un guionista no es emocionante"

Txema describe su rutina diaria como la de un 'ermitaño': "La vida de un guionista no es emocionante", comenta entre risas. "Pasas mucho tiempo solo", explica. Aunque el trabajo en equipo es esencial, gran parte de su labor se realiza frente a un ordenador. Las reuniones y las comunicaciones suelen hacerse a través de un correo electrónico o videollamadas, lo que refuerza esa sensación de aislamiento.

Antes los guiones se enviaban por correo postal y ahora todo es online

Y es que las nuevas tecnologías han cambiado la manera de trabajar en el mundo audiovisual. Cuando Txema empezó en la industria, usaba un viejo ordenador en una época en la que el correo electrónico aún no existía y el Internet era lento. Los guiones se enviaban por correo postal y la respuesta tardaba semanas. Además, para avanzar en los proyectos era necesario desplazarse físicamente a Madrid y reunirse con el resto del equipo.

Ahora todo es online, rápido e inmediato. Aunque la tecnología ha simplificado ese proceso de comunicación y el envío de guiones, también tiene su lado negativo: "Se ha perdido algo de reflexión", lamenta Txema, señalando que el ritmo acelerado actual afecta al proceso creativo.

"La originalidad no es tan importante"

¿Cómo logra Txema tener buenas ideas? Según él, las ideas llegan de las maneras más inesperadas. "Pueden surgir de algo que lees, de una anécdota del día o incluso de otra idea", explica.

Las ideas llegan de las maneras más inesperadas

Así nació 'Sandra, una detective de cuentos'. Lo que comenzó como una historia sobre un lobo vegetariano que no quería hacer mal a nadie, evolucionó hasta convertirse en la historia de una niña que resolvía casos en el universo de los cuentos clásicos.

Sin embargo, Txema es consciente de que las ideas, por más originales que parezcan, pueden coincidir con las de otras personas en cualquier parte del mundo.

Litigio anglosajón

El vitoriano recuerda un litigio con una editorial anglosajona que aseguraba que 'Sandra, detective de cuentos' era una copia de un libro suyo. "Jamás en mi vida había leído ese libro y demostramos que nuestra serie estaba registrada mucho antes de que se publicara el texto", señala.

Una editorial anglosajona aseguraba que 'Sandra, detective de cuentos' era una copia de un libro suyo

Esta experiencia le sirve para afirmar que "la originalidad no es tan importante". "Los humanos somos inquietos y no paramos de inventar. Es muy posible que muchas cosas se hayan hecho en la otra punta del mundo".

Esto no resta valor a las ideas. Muchas veces proyectos que uno considera geniales no llegan a buen puerto, mientras que otros que parecen menos prometedores logran hacerse realidad. Por eso, para Txema el éxito no radica tanto en la originalidad como en saber llevar las ideas adelante.

El mayor miedo de un guionista: quedarse en blanco

Dentro de los desafíos que enfrenta un guionista está quedarse en blanco, sin ninguna idea para poder avanzar en el proyecto. Txema, dada su experiencia, conoce bien su proceso creativo y sabe qué medidas tomar ante un bloqueo. En su caso, su truco consiste en dejar el ordenador y realizar actividades que no requieran esfuerzo mental como andar o pedalear.

En esos momentos de reflexión fuera de su casa es donde consigue la inspiración para dar continuidad al proyecto, especialmente cuando está en una fase inicial o en un periodo de maduración.

Si Txema se queda en blanco, su truco es dejar el ordenador y pedalear

Plazos de entrega

Pero los guionistas no pueden permitirse pausas demasiado largas ya que los plazos de entrega son una constante en su trabajo. En el caso de las series, los tiempos son ajustados debido a la complejidad de la producción y la cantidad de personas involucradas.

En estos casos, la vida de un guionista es más acelerada. Cada temporada de una serie cuenta con 60 episodios y el guion de un capítulo debe terminarse en aproximadamente un mes. Aunque parezca un plazo amplio escribir un texto audiovisual es un proceso que se dilata en tres etapas.

En primer lugar, la idea inicial se presenta en una hoja con el resumen y la sinopsis del capítulo que debe ser aprobada por el director de guion. En la segunda fase se entrega un guion sin diálogos y en la última el capítulo completo. En el caso de los largometrajes, los plazos son más flexibles y el proceso creativo está más mimado: "A la hora de crear y guionizar las películas tengo un año para comerme el coco", puntualiza el guionista.

Mitología vasca y muchas aventuras: su nuevo proyecto

¿En qué proyecto anda ahora Txema? Actualmente está involucrado en una película de animación 2D llamada 'La profecía de Amalur'. Cuenta la historia de Eguzki, una niña con poderes que recibe una oportunidad única: resucitar a sus padres. Para lograrlo deberá enfrentarse a un viaje lleno de desafíos en un mundo inspirado en la mitología vasca.

"Eguzki es una especie de Harry Potter actualizada", explica con entusiasmo. Aunque prefiere no revelar demasiados detalles para no hacer spoilers, asegura que combina amistad, acción y mucha magia. Así, durante los próximos meses, Txema estará sumergido en ideas, frases y diálogos. No le faltan ideas y la ilusión con la que empezó en el mundo del guion sigue más viva que nunca.

Txema Ocio no busca fama ni ser un rostro conocido

No busca fama ni ser un rostro conocido, pero sí aspira a un reconocimiento profesional donde el público valore su trabajo y el de los guionistas en general. Y es que, sin ellos, las obras serían totalmente estáticas: personajes mudos, sin interacción ni tramas. El guion es el alma del cine y Txema lo sabe bien.