Gipuzkoa engaña a los conductores
Hace tres años que se inauguró la Eibar-Vitoria, una carretera de peaje que costó más de dos décadas realizar y que supuso más de 300 millones de euros para las haciendas forales de Álava y Guipúzcoa, gestoras del peaje de la vía. Sin embargo la rentabilidad de la carretera no parece viable, a juzgar por […]
Hace tres años que se inauguró la Eibar-Vitoria, una carretera de peaje que costó más de dos décadas realizar y que supuso más de 300 millones de euros para las haciendas forales de Álava y Guipúzcoa, gestoras del peaje de la vía. Sin embargo la rentabilidad de la carretera no parece viable, a juzgar por el escaso tráfico que soportó en sus inicios.
Los departamentos de tráfico de ambas provincias estudiaron posibles alternativas para aumentar la afluencia de vehículos en la AP-1. Se llegó a hablar, entre otras cosas, de implantar un peaje a camiones en Etxegarate. Por ahí pasa la Nacional 1 y es una carretera de doble sentido rehabilitada hace menos de una década.
Esas obras de Etxegárate, donde se desdobló la circulación, mejoraron notablemente la circulación en el punto más negro de Euskadi y parecían hace innecesaria la construcción de la Vitoria-Eibar. Pero se siguió adelante.
Desde Gipuzkoa han optado ahora por la decisión más fácil y sencilla, pero la más éticamente reprobable. Todos los carteles ubicados en el entorno de Donosti omiten las referencias a la posibilidad de tomar la N-1 -gratuita- para llegar a Vitoria y Burgos. En su lugar, te dirigen directamente hacia la AP-8, hacia Zarautz, desde donde luego conectar con la AP-1.
Los carteles que indican la desviación, en la entrada a Lasarte-Oria, omiten señalizar Vitoria-Gasteiz, Burgos o, incluso, Altsasu. Tan sólo mencionan Lasarte-Oria y Pamplona -a través de la A-15. Ni siquiera se menciona el recorrido internacional E-5 (Reino Unido-Algeciras) y E-80 (Lisboa-Irán), que pasan por Etxegarate y no por Eibar. En cualquier caso, la de Lasarte es la salida que debes tomar para llegar a Vitoria sin pagar.
Pero los conductores no acostumbrados a esta vía se ven obligados, de esta forma, a pasar, sí o sí, por las cabinas de peaje y desembolsar más de 10 euros por trayecto. Amén de las colas que, en plena operación salida y puentes se forman en el peaje de Etxabarri, haciendo inútil el tiempo ganado por utilizar la autopista. En realidad, el acceso por autopista tiene 13 kilómetros menos, aunque también muchas menos curvas. De hecho, el trazado entre Vitoria y la conexión con la A-8 es prácticamente recto.
Esta señalización engañosa se está intentando imponer también, aunque más tímidamente, en territorio alavés. En la circunvalación de Vitoria, la señalización hacia Francia te encamina directamente hacia el peaje de Etxabarri Viña. Sin embargo, en este caso, la diputación sigue trabajando en fórmulas para conectar y encauzar el tráfico desde el peaje de Armiñón hasta el de Etxabarri. El anterior gabinete foral presentó varias propuestas y trazados que pasaban por construir una nueva autovía entre Treviño y el extremo norte de la llanada. Una medida que tendría un importantísimo coste económico y medioambiental, pero que permitiría rentabilizar una autopista que se llevó por el camino una parte importante de los presupuestos forales de Gipuzkoa y Álava.
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