Gloria pierde su casa
Gloria está a punto de ser desahuciada. La Caja Vital le cobra un alquiler desde que, hace dos años, renegoció el contrato por el que podría quedarse en su actual vivienda, que había pasado a ser propiedad de la entidad. Pero la entidad quiere ahora cobrarle 25.500 euros por la liquidación del anterior préstamo, que […]
Gloria está a punto de ser desahuciada. La Caja Vital le cobra un alquiler desde que, hace dos años, renegoció el contrato por el que podría quedarse en su actual vivienda, que había pasado a ser propiedad de la entidad. Pero la entidad quiere ahora cobrarle 25.500 euros por la liquidación del anterior préstamo, que no pudo pagar tras negarse su ex marido a ingresar la parte proporcional del crédito.
Cada historia de un desahucio conlleva miles de análisis, y no se puede hablar de situaciones sencillas. El de Gloria es un caso que empezó a torcerse tras el divorcio de su marido. Ambos mantenían un crédito para el pago de su piso en Vitoria, al que se unía otro piso en Pancorbo. Con la separación, ambas partes acordaron pagar a medias el resto de su piso en la Calle F. J. Landaburu, pero Gloria seguiría viviendo en él con sus dos hijos.
Sin embargo, un mes después, su marido dejó de ingresar su cuota de 550 euros, lo que motivó que la Caja Vital rechazase también los pagos de Gloria por considerarlos insuficientes. Desde entonces, y dado que era un crédito solidario, la Caja Vital optó por embargar el piso, ante la imposibilidad de Gloria de pagar 1.100 euros al mes. El piso de Pancorbo también fue posteriormente embargado.
Sin embargo, desde la entidad se concedió una nueva oportunidad. En 2009, tras quedarse la entidad con la casa, se redactó un contrato de alquiler por cinco años con posterior derecho a compra. Dicho acuerdo alcanzaba los 500 euros al mes, de los cuales, según Gloria, la mitad irían destinados al derecho a compra.
Sin embargo, ahora la Caja Vital exige 19.000 euros a Gloria para pagar el crédito que no pudo liquidar en su día, a los que hay que sumar otros 6.000 euros en concepto de intereses. Con su sueldo de 1.300 euros al mes, Gloria asegura que no podría hacer frente a ese préstamo al tiempo que paga el alquiler. Y es que a los 511 euros del alquiler se debería unir los 535 del préstamo.
En el caso de no pagar ese préstamo, sería su madre quien debería responder de las deudas como avalista. Por ello, Gloria ha optado por pagar el préstamo y dejar de pagar el alquiler, lo que acabará llevándole a la calle, o a volver de nuevo a casa de sus padres.
El desahucio del piso, ubicado en el número ocho de la calle Francisco Javier Landáburu, se producirá en principio a las 11 de la mañana del próximo lunes. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha convocado una protesta para ese día en ese lugar. Pese a todo, parece complicado que se pueda alcanzar un acuerdo y se pueda frenar el desahucio.
En la actualidad, existen en Álava 147 procesos judiciales de embargo. La mayoría tienen a la Caja Vital como entidad denunciante. Los procesos se irán solucionando en los próximos días. En algunos casos no se llega a ejecutar la orden de embargo debido a algún acuerdo in extremis. Y es que, realmente, las entidades financieras tienen cada vez más urgencias para alcanzar acuerdos y no quedarse con pisos que, en la actualidad, no valen mucho.
Aquí podéis escuchar una entrevista realizada a Gloria en Radio Vitoria:
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