Así funciona Glovo en Vitoria-Gasteiz: precariedad u oportunidad laboral
Casi un año después de aterrizar en la capital alavesa Glovo es ya una de las principales opciones para pedir comida a domicilio... o cualquier otra cosa
Desde una hamburguesa hasta unos pantalones, pasando por cargadores de móvil o preservativos. Todo lo que quepa en una de sus características mochilas amarillas puede ser pedido y recogido por los repartidores de Glovo. Esta empresa de entrega a domicilio ya es conocida a nivel nacional y se está expandiendo a nivel internacional. Llegó a Vitoria-Gasteiz hace casi un año y cada vez hay más mochilas amarillas en sus calles.
Hay quien defiende este modelo de negocio como una nueva oportunidad para los jóvenes especialmente, que les permite generar unos ingresos extra. Otros lo ven como una forma de explotar a los glovers (repartidores) haciéndolos falsos autónomos y cobrando 2,5 euros de base por envío mientras recorren kilómetros en bici; haga frío, calor, llueva o nieve.
Gasteiz Hoy ha hablado con algunos glovers para comprobar qué perspectiva se ajusta más a la realidad. La mayoría no ha querido declarar, alegando que la empresa "no les deja" informar sobre su situación. Este periódico también se ha puesto en contacto con la empresa para conocer la cifra de trabajadores que tiene en Vitoria-Gasteiz, aunque aún no ha recibido respuesta.
Es difícil empezar: cuanta más puntuación tenga un repartidor más envíos podrá realizar
Uno de ellos, que no ha querido dar su identidad, lleva cuatro meses trabajando como autónomo para la plataforma. Manifiesta que es glover porque actualmente no ha encontrado un trabajo de otras características, pero también reconoce que tiene su "lado bueno".
Y es que el sistema de trabajo de Glovo tiene sus peculiaridades. Según los trabajadores consultados, es falso que trabajan las horas que ellos eligen. El sistema les abre una serie de horas al día en las que ellos pueden elegir trabajar. Sin embargo, si durante esas horas no reciben pedidos tampoco cobran nada. Y resulta difícil recibir pedidos si no tienes experiencia como glover.
Cada uno de los repartidores tiene una puntuación sobre la base de los envíos que realiza. Cuanta más puntuación tenga más envíos recibirá y más horas tendrá disponibles para trabajar. Esto lleva a la siguiente conclusión: los glovers que empiezan tienen pocos pedidos y pocas horas para trabajar, por lo que ganan poco dinero. "Tienes que estar como un mes trabajando antes de empezar a recibir muchos pedidos y ganar dinero de verdad", asegura uno de los repartidores.
- ¿Cuánto cobra un repartidor por envío?
Este actualmente trabaja unas 8 ó 10 horas diarias recogiendo y llevando pedidos, lo que se traduce en unos 50 kilómetros en bici y mucho, mucho tiempo de espera. "A veces tienes que esperar media hora o incluso una hora en las puertas de los restaurantes hasta que te dan tu pedido", añade.
Este tiempo sí que se paga: cinco céntimos por cada minuto que espere el glover desde que llega al restaurante hasta que le dan el pedido. Los cinco primeros minutos no cuentan, así que normalmente este cobro extra solo se atribuye en los pedidos de comida. Es decir: por media hora esperando cobra 1,5 euros. No es lo habitual esperar tanto, pero en restaurantes con poco personal y en fines de semana sí pueden observarse varios glovers esperando en las entradas.

Tarifa sacada de la página web de Glovo.
Además, el glover cobra 40 céntimos extra por cada kilómetro que recorre desde el punto donde recibió el pedido hasta el restaurante o local donde existe el producto demandando. Después, desde ese local hasta la dirección de entrega. Por ejemplo, por hacer un trayecto de 2 kilómetros cobraría 1,2 euros.
Conviene destacar que Glovo contabiliza los kilómetros recorridos a través de la ruta más corta que establezca Google Maps. Por lo tanto, si el repartidor va por una ruta de su elección, se equivoca en el trayecto o se pierde seguirá cobrando lo mismo que si hubiera ido directamente por la ruta más corta. Aquí sí que no cuenta el tiempo que tarda en llegar a su destino.
Un 'glover' cobraría unos 5 euros por un encargo de tres cuartos de hora, aproximadamente
También existen una serie de promociones en función del tiempo (pueden cobrar más si llueve especialmente fuerte) o por entregar un número de pedidos determinado en un tiempo concreto. Esto aparece en su página web, aunque no concreta exactamente la cantidad extra que reciben los repartidores ni las condiciones climatológicas, entre otros detalles.
Todas estas variables se añaden a la tarifa base que los repartidores cobran por envío: 2,5 euros. Con los datos sobre la mesa, esto habría cobrado un glover si acepta un envío en el que tiene que esperar media hora y recorrer 2 kilómetros: 2,5 euros + 1,2 euros por distancia + 1,5 por espera. Equivale a un envío de 5,2 euros, que tardaría en realizar aproximadamente tres cuartos de hora o 50 minutos. ¿Suficiente como para merecer la pena?
- ¿Moto o bici?
Lo que no parece merecer tanto la pena es usar la moto, según asegura uno de los repartidores consultados. Él se mueve tanto en bici (como la gran mayoría) como en moto. "Uso la moto cuando hace muy mal tiempo o cuando estoy muy cansado de pedalear, pero realmente no es muy rentable con lo que gastas en gasolina", añade. Hay algunos glovers que optan por este método para realizar sus envíos, aunque están en clara minoría frente a los pedales.
- ¿Qué piensan los locales hosteleros de Glovo?
Gasteiz Hoy también ha hablado con otros grandes beneficiados de la irrupción de Glovo en la ciudad: los locales hosteleros. Inicialmente algunos de ellos mostraron su recelo a la app porque les incluyó en su listado de opciones para pedidos sin ni siquiera contactar con ellos.
Casi un año después de su llegada algunos todavía no han establecido contacto con la empresa, aunque reconocen que su impacto ha sido positivo para su negocio. Es el caso del restaurante Nonabe. "Vendo bastante a Glovo, unos 5 ó 6 pedidos al día. No sé qué pasa el fin de semana porque la app impide pedir a mi restaurante, como si se colapsara. Pero entre semana me ha beneficiado mucho", asegura Nona, su propietaria.
Pero, al igual que con los glovers, también tiene su lado malo: "Llevo meses intentando comunicarme con ellos porque pusieron una carta de mi restaurante obsoleta, sin pedirla ni consultarme. Tiene precios y productos que no se corresponden con los actuales". No es el único local con este problema. Otros también se encuentran en una situación similar y tampoco han conseguido corregir precios o carta mediante la empresa. Incluso algunos han pedido directamente que eliminaran su restaurante de la aplicación, al no estar de acuerdo con la política de trabajo de Glovo.
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