Heraclio Fournier: el visionario que lleva Vitoria por el mundo
Heraclio Fournier compró el negocio a su cuñado y convirtió Vitoria en una referencia del mundo de los naipes
Heraclio Fournier González: 1849 Burgos – 1916 Vichy (Francia). Empresario impresor, emprendedor y visionario. Marta Extramiana repasa su vida en este relato:
-¡Arrastro! - el ocho de oros mira indiferente desde el centro de la mesa donde ha sido arrojado.
-¡Cagüen…! amigo, hemos perdido las 40. – Un caballo de oros cae sobre la primera carta.
-¡A llorar al muro de las lamentaciones! – El tres del mismo palo monta sobre caballo y jinete.
-No cantes victoria guapetón, ¡Toma! – Un gesto casi violento al dejar con fuerza el as de oros sobre las otras cartas. – Y 20 en copas, por listos.
La pareja que se lleva la baza disfruta escuchando las quejas de sus contrarios:
-¿Cómo se te ocurre arrastrar sin tener el as?
-Y a ti ¿Quién te manda echar un tres de triunfo sin que haya salido el as?
-Pues arrastrando era lógico pensar que lo tuvieras tú… además tenía que poder.
-Por lo menos les hemos quitado las cuarenta….
El perfil clásico de la dama enmarcada en el círculo de oro permanece impasible. Está por encima de puntos y estrategias desde hace mucho tiempo. Concretamente desde 1877. Orgullosamente escoltado por dos cartelas que anuncian a su progenitor y su lugar de nacimiento. Heraclio Fournier, Vitoria.
Esa cartulina impresa con el nombre de nuestra ciudad podemos encontrarla sobre la mesa desgastada de cualquier bar en un pueblecito perdido o sobre el tapete verde del más glamuroso casino. Los naipes de Fournier han sido sinónimo de calidad en todo el mundo y por ello lo conquistaron. Pero, ¿conocemos a su artífice?
¿Quién fue Heraclio Fournier?
La mayoría de los vitorianos saben, más o menos, quien fue. Casi todos dirán que fue el dueño de una imprenta. Algunos incluso añadirán que hay una calle que lleva su nombre en el penúltimo lugar en el que estuvo instalada su fábrica. Quizás unos cuantos agreguen más datos y no será difícil encontrarse con alguien que trabajó o trabaja en la empresa Fournier, asociada en los 80 a un grupo americano, y en manos de la belga Cartamundi desde 2020.
Para conocerlo mejor viajemos hasta el siglo XVIII, cuando Francisco Fournier de Bernia deja Limoges y llega a Burgos. Podemos imaginarlo allí, sonriente y gentil, quizás la cara con alguna mancha de harina, aprovechando el despacho de pan para cortejar a María del Reoyo.
Tuvieron 10 hijos, pero nosotros seguiremos al segundo, a Lázaro. Nacido en 1803 le veremos crecer y trabajar en la panadería junto a su padre hasta que con 21 años se case con Paula González y cambie de negocio. Entonces, en el lugar que ocupaba la panadería instala una fábrica de naipes. Lázaro y Paula tienen diez hijos, la primera, Rita en 1827, el último en 1849, Heraclio, nuestro protagonista.
Saltamos a 1852. Ahí está nuestro Heraclio, un niño de dos años mirando con ojos sorprendidos la boda de su hermana María, una mujer de 22 años, con Lorenzo Lacau Bessade, un litógrafo llegado de Limoges un par de años antes. La familia Fournier está satisfecha, Lorenzo será una baza importante para el negocio. Demetrio y Braulio, los hermanos mayores de Heraclio, aprenderán con él.
Su cuñado Lorenzo montó una empresa de litografía en Vitoria, que Heraclio le compró años después
Pasa tiempo y viene tiempo. Heraclio tiene 11 años cuando Lorenzo se marcha a Vitoria y deja su empresa de Burgos en manos de sus cuñados. Podemos imaginarlo cómo pasa de ser un niño, correteando entre planchas, las manos tiznadas de tinta, impregnándose del oficio, a ser un adolescente desgarbado atento a las explicaciones y consejos, y por fin un muchacho de mirada inteligente que comprende los entresijos del negocio.
Y entonces, con 21 años, lo vemos con gesto preocupado. Una decisión importante y arriesgada. Su cuñado Lorenzo Lacau deja Vitoria para trasladarse a Valladolid. Sopesa pros y contras, unos le dicen que es demasiado joven, otros le dicen que una oportunidad así se presenta una vez en la vida… ¿dejar a su familia, a su ciudad…? Y está su novia…. la empresa está montada pero es un negocio pequeño, una ciudad nueva… puede ser la ruina… o el triunfo.
-Nieves, ¿A ti que te parece?
-Confío en ti, yo te apoyaré.
-Pues le digo a Lorenzo que le compro el negocio, nos casamos y nos vamos a Vitoria.
No fue una mala decisión. Solo disponía de un local no muy grande y de una modesta máquina de impresión, pero tenía sus conocimientos, su afán de trabajo y la capacidad de ver más allá. En 5 años se le quedó pequeño el taller de la Plaza Nueva.
Se traslada a la calle Ramón y Cajal, otra vez a la Plaza Nueva, luego a San Prudencio y a Manuel Iradier. No fueron solo cambios de local, también invirtió en mejores máquinas, mejores instalaciones… un hombre en busca de mejoras, abierto a la innovación y obsesionado con la búsqueda de la mayor calidad, esa podría ser la definición de su empresa. El primero en usar máquinas de vapor, las primeras encoladoras, el primer teléfono, impresión litográfica a 12 colores, preocupación por las condiciones de sus trabajadores con seguros sanitarios,…
Pero volvamos a viajar en el tiempo, está vez a 1877. Heraclio crea un diseño propio para la baraja española. Se lo encarga a Emilio Soubrier, un pintor de historia profesor en la escuela de Bellas Artes y al pintor Ignacio Díaz de Olano. Y nace el perfil clásico de la dama enmarcada en el círculo de oros, la copa rojo y oro, la espada con empuñadura en cruz, los bastos como cachiporras verdosas, el rey con su manto, el caballo con su jinete con boina, la jota como un cortesano medieval, imágenes que nos han acompañado desde…. desde siempre podríamos decir. ¡Nos son tan conocidas¡… Pero el premio de la Exposición Universal de París de 1878 no fue solo por la calidad del diseño, también pesó la calidad del papel, de la impresión, la cuidada trasera…
Cerremos los ojos, nuevo salto, 1889. Contemplemos la magnífica fábrica de naipes contigua a su nueva casa en la calle Manuel Iradier (Sí, reconocemos su cúpula porque persiste en nuestros días.). En la primera planta vive Heraclio con su esposa Nieves de Partearroyo y sus tres hijas solteras. En la segunda, su hija Mercedes y su esposo Juan Bautista Alfaro. Tanto Nieves como sus hijas demuestran la misma preocupación por lo social que su esposo, realizan donaciones tanto a organizaciones culturales como sanitarias. Su empresa funciona admirablemente, recibe varios premios internacionales. A su yerno también le van bien las cosas con su fábrica de tejidos de yute y sacos. Y mejor que le irá en la primera guerra mundial….

Foto de Enrique Guinea, Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz
La imagen cambia, estamos en 1916, en Vichy. Heraclio tiene 67 años, su salud flojea. Una angina de pecho acaba con su vida. Su nieto Félix Alfaro Fournier toma el relevo, solo tiene 21 años pero lleva años preparándose para ser el sucesor. Sigue la estela de su abuelo, inversión en maquinaria y tecnología y preocupación por el bienestar de sus trabajadores. Gracias a él podemos disfrutar del museo de armería y del de naipes, se embarcó en otros proyectos de mejoras culturales y sociales. La empresa está en buenas manos, el espíritu benéfico también.
Los restos de Heraclio reposan en el panteón de la familia en la calle San Jose número 69 del cementerio de Santa Isabel. Su esposa le acompaña desde 1932. Su nombre sigue vivo, visible cada vez que alguien, en cualquier idioma, dice: ¿Echamos una partida?.