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21 de abril
Centros Cívicos en Vitoria: historia de los 14 espacios sociales
Los Centros Cívicos son un símbolo de modelo de ciudad, imitados a lo largo de los años por otras localidades
Los Centros Cívicos son un elemento más de cualquier barrio en Vitoria-Gasteiz. En nuestra conciencia ciudadana local, es muy difícil entender que no exista uno cercano. Prueba de ello han sido las reivindicaciones de muchas asociaciones de vecinos por tener uno en su entorno más próximo.
Sin embargo, no hace falta irse muy lejos para comprobar que la realidad gasteiztarra no es habitual en la mayoría de las ciudades. Desde el primero inaugurado en 1989 hasta la actualidad, un total de 14 componen la red municipal de Centros Cívicos. Todo un símbolo de modelo de ciudad imitado a lo largo de los años por otras localidades.
Boletín Municipal de octubre de 1986. Hemeroteca Liburuklik.
Tras la dictadura, y pese al desarrollo ordenado que tuvo la capital alavesa, existían muchas deficiencias dotacionales y de servicios en la mayoría de los barrios. Con el objetivo de solucionar aquella realidad, las primeras corporaciones democráticas en 1979 pusieron en marcha diferentes iniciativas para acabar con aquellos déficits.
Los Centros Cívicos fueron, en cierta medida, el estandarte de estas nuevas políticas locales que pretendían tres objetivos:
- Prestar mejores servicios sociales y culturales a la ciudadanía.
- Dotar a los barrios de espacios para el ocio y la cultura.
- Facilitar lugares para la socialización a través del desarrollo comunitario y la participación.
Boletín Municipal de enero de 1986. Hemeroteca Liburuklik.
Inicio de los Centros Cívicos en Vitoria
Antes del primer Ayuntamiento democrático, tras la dictadura, hubo algunos antecedentes en acercar la gestión municipal a los barrios. En 1976 se crearon las primeras Oficinas Municipales de Barrio en Olarizu y Casco Viejo.
Dos años más tarde, en 1978, le llegó la hora a Abetxuko. Aquel primer embrión se transformó en lo que luego se conocerían como Centros Socioculturales. Estos espacios ampliaron la oferta que se ofrecía en los mismos. No solo a aspectos administrativos, sino también socioculturales.
Portada del Boletín Municipal de abril-junio de 1989. Hemeroteca Liburuklik.
Durante la década de los 80 se inauguraron los de Sansomendi (1985), Campillo (1986) y Abetxuko y Ariznabarra (1987).
Salto cualitativo
Pero es a finales de la década, en 1989, cuando cristaliza la trayectoria de diez años en un modelo de Centro Cívico que será el pilar sobre el que se asentará la futura red. La inauguración de los Centros Cívicos de Iparralde y el Europa suponen un salto cualitativo, donde se plasma la filosofía de estos lugares. Edificios en los que se integrarán en un mismo espacio servicios sociales, culturales, asistenciales, lúdicos y deportivos.
Aspecto del Centro Cívico Iparralde al poco de su inauguración en 1989. Boletín Municipal. Hemeroteca Liburuklik.
En abril de 1990 se inauguró el de Judimendi. Y, dos años más tarde el de Arriaga. Ya en 1993 se abrió al público la ampliación del de Ariznabarra. En 1994 el de Arana, tres años más tarde el de Lakua-Sansomendi, y en 1998 lo hicieron Hegoalde y Aldabe.
Portada de la Gaceta Municipal de abril de 1998. Hemeroteca Liburuklik.
En la década de los 2000 se unieron a la red los Centros Cívicos de El Pilar (2006), Ibaiondo (2010) y más recientemente los de Salburua (2015) y Zabalgana (2017).
Centros cívicos como espacio de interacción
Los Centros Cívicos, junto con los polideportivos municipales son el resultado de una apuesta de modelo de ciudad que, pese a los años y las diferentes corporaciones locales, ha logrado mantener espacios de interacción entre la ciudadanía. Lejos de modelos de ciudad segregada e individualista donde el espacio publico se reduce a lugares de tránsito y los espacios de ocio son exclusivamente privados.
Las investigadoras Ainhoa Altuna y Nuria Sampedro realizaron una exhaustiva investigación sobre la trayectoria de los Centros Cívicos y su repercusión en la ciudad accesible al público.
