Imanol Estévez: de ciclista profesional a pilotar un Boeing 737

12 agosto, 2019

El gasteiztarra dejó el ciclismo con 24 años para dedicarse a la aviación

¿En qué se parecen una bici y un avión? En nada, salvo que ambos tienen ruedas. Y que las dos han sido las pasiones de Imanol Estévez, primero ciclista profesional y ahora piloto comercial con solo 26 años. Este vitoriano pilotará en octubre un Boeing 737-800 por primera vez, como parte de un vuelo de línea para la compañía aérea en la que trabaja.

imanol estevez

Imanol Estévez (derecha) en la cabina de un Boeing 747-800. Foto: Imanol Estévez

Estévez ha completado hace unos meses la parte final de una larga (y cara) formación para cumplir su verdadero sueño. Porque aunque haya logrado vivir de la bici, su verdadera vocación siempre ha sido la de volar. Nada más retirarse del ciclismo, en abril de 2017, comenzó a formarse como piloto.

"Lo bueno de la aviación es que no es muy difícil, cualquiera puede estudiarlo. Pero es un proceso largo y con mucha dedicación. Por ejemplo: hay exámenes para los que tienes que estudiar unas 2.200 preguntas, de las que luego entran 80. De esas 80 tienes que tener el 75% de ellas bien para aprobar", explica.

  • Qué hay que hacer para ser piloto?

El primer paso es obtener la licencia de piloto privado, con la que se puede pilotar avionetas y aviones ligeros, pero únicamente por afición. Es decir, los pilotos privados no pueden cobrar por pilotar aviones. El siguiente paso, como cuenta Estévez, es lograr la licencia de piloto comercial; algo que se consigue con más estudio y horas de vuelo. Lo que hizo el vitoriano para conseguirlas es practicar en el Aeroclub Vitoria, dado que es una entidad sin ánimo de lucro.

Pero la formación de un piloto no termina siquiera al lograr la licencia de piloto comercial. Cada vez que un piloto vaya a pilotar un tipo de avión de línea diferente (como el mencionado Boeing o el Airbus) debe completar un curso de habilitación.

Estos cursos tienen un precio que va de 20.000 a 30.000 euros, y en ocasiones deben abonarlos los propios pilotos. "Hay aerolíneas que te pagan todo o casi todo el precio del curso, pero a cambio de que te quedes unos cinco años con ellas. Si te vas antes a otra compañía tienes que abonarles un porcentaje de lo que te han pagado", precisa el gasteiztarra.

Me habría gustado correr una gran vuelta, pero no me arrepiento; estoy haciendo lo que me gusta

Por lo tanto, el proceso de ser piloto es largo y sobre todo costoso, pero una vez se completa, la mayor parte de ellos lo consigue amortizar encontrando trabajo de manera fácil. "Ahora hay mucha demanda de pilotos porque la gente viaja mucho", añade Imanol. Esto, sin embargo, no fue siempre así: "Tras el 11-S la gente no se atrevía a volar. Los pilotos recién formados no encontraban trabajo y algunos de los que ya trabajaban lo perdieron. La situación todavía estaba complicada cuando yo acabé Bachillerato, por 2011. Supongo que eso también hizo que me decantara por la bici".

Estévez ya prometía sobre una bicicleta en juvenil y en categorías más inferiores, pero también en el momento de su retirada, con solo 24 años. Justo antes de dar el paso al profesionalismo, en el Mundial sub-23, sonó incluso para alguno de los grandes equipos, como el Sky: "Todo dependía de mi papel en ese Mundial, pero no me fue muy bien. Si lo hubiera hecho mejor sí hubiera tenido opciones de fichar por alguno de estos".

Aun así, al corredor alavés no le fue nada mal: ingresó primero en el Euskaltel, donde estuvo dos años y medio, hasta su desaparición. Después formó parte del Zirauna-Infisport y ya en su última etapa corrió como miembro del Euskadi-Murias.

imanol estevez

Estévez en su última etapa como ciclista. Foto: Euskadi Murias

  • El adiós al ciclismo

En su corta trayectoria pudo lograr una victoria de etapa como profesional en la Vuelta al Alentejo, en marzo de 2016. Pero poco después comenzó el principio del fin para su afición de dos ruedas: "Fui perdiendo la motivación. No acabé bien 2016 psicológicamente y en el inicio de 2017 tuve unas lesiones que no ayudaron. También coincidió con el repunte que tiene ahora la aviación, con lo que tendría un puesto de piloto prácticamente asegurado. Por todo esto decidí dejar la bici".

Anunció su decisión en un comunicado en el que especificaba que había "perdido la ilusión" por el ciclismo. Una decisión que no toman muchos deportistas hoy en día, y menos a su edad. Imanol lo sabía, y pese a no ser muy conocido según sus propias palabras, también esperaba alguna crítica, que llegó.

"Al ser deportista estás expuesto a la opinión pública, pero muchas veces se habla sin saber. Lo que la gente lee en prensa no es ni el 10% de lo que realmente está pasando esta persona. El aspecto psicológico es muy importante, y muchas veces no se tiene piedad con ellos. Es cierto que algunos cobran un sueldazo, pero hay que tener siempre en cuenta el lado personal; estás sometido a mucha presión y es complicado estar al máximo nivel. Mis padres se dieron cuenta de que no estaba disfrutando y me apoyaron en la decisión, al igual que mi entorno", se sincera el exciclista.

A día de hoy, Imanol Estévez no se arrepiente de su decisión. Únicamente se la quedado una espinita de su pasado sobre las dos ruedas: "Me habría gustado correr una gran vuelta, que es la aspiración de todo ciclista. Pero no me arrepiento; siempre he querido hacer lo que me gusta y es lo que estoy haciendo". Ya en su mejor época sobre la bici gastaba parte de su tiempo libre con un simulador de vuelo que tenía en casa. En octubre, tras incontables horas de vuelo en avionetas, pilotará su primer avión comercial.