Un joven de 20 años patenta un componente que revoluciona la seguridad de las bicicletas

1 diciembre, 2024

Iñigo Moreno, estudiante de CIFP Mendizabala, patenta su invento y recibe apoyo económico para su desarrollo

Imagina un componente que mejora el control y la estabilidad de tu bicicleta, incluso en los terrenos más difíciles. A sus 20 años, el vitoriano Iñigo Moreno, estudiante de Construcciones Metálicas en el CIFP Mendizabala, lo ha hecho posible. Ha creado un sistema que une el manillar con la horquilla de manera innovadora, garantizando un manejo más preciso y seguro. Su invención ya está registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).

Iñigo Moreno invento componente bicicleta

¿Qué hace especial a este invento?

El componente tiene un avance mínimo que permite un control más preciso en condiciones extremas. Esto significa que los ciclistas podrán enfrentarse a terrenos irregulares con mayor confianza, manteniendo una mejor estabilidad. Su idea no solo aporta seguridad, sino que también optimiza la experiencia de conducción.

Todo surgió cuando Iñigo se enfrentó a un problema con su propia bicicleta: "Utilizando componentes de medidas comerciales veía que no se solucionaba el problema", explica. "Un día, en clase de diseño, me di cuenta de que podía aplicar lo que estábamos aprendiendo para resolverlo. Se lo comenté al profesor y me empezó a ayudar. Ahí empezó todo", explica.

El resultado es un diseño que mejora la posición del manillar respecto a la horquilla: "El componente en sí tiene un avance muy corto. Esto hace que la posición del manillar esté encima de la horquilla. De esta manera, los codos quedan un poco más flexionados que con otras potencias, y conseguimos mayor control y velocidad en la entrada y salida de las curvas".

¿Qué implica tener una patente?

Registrar una patente no es tarea sencilla. La OEPM exige que los inventos sean completamente nuevos, resuelvan un problema técnico y puedan aplicarse industrialmente. Iñigo ha cumplido con todos estos requisitos. De esta forma, asegura la protección de su creación durante los próximos 10 años.

Gracias a esta patente, este joven gasteiztarra tiene el derecho exclusivo de fabricar, vender o autorizar el uso de su invención. Este monopolio, otorgado por el Estado, le abre puertas al mundo del emprendimiento, pero también le exige explotar su idea comercialmente.

Gracias a la patente, este joven gasteiztarra tiene el derecho exclusivo de fabricar, vender o autorizar el uso de su invención

"La parte más gratificante de todo el proceso fue cuando me llegó el primer componente en aluminio", recuerda Iñigo emocionado. "Ya se podía usar en una bicicleta. Lo monté, hice las primeras salidas en bici y fue una explosión de emociones. No me lo podía creer", añade.

Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil: "Los mayores retos fueron fabricar el primer prototipo y encontrar contactos que me ayudaran a seguir desarrollando el producto. Ahí es donde agradezco mucho a BIC Araba, que son los que me han guiado en todo este desarrollo del componente".

Premios y apoyos para seguir creciendo

Iñigo ya está cosechando los frutos de su esfuerzo. Su proyecto ha sido premiado y respaldado por diversas iniciativas:

  • Premio de 1.000 € al ganar el certamen Araba Ekin, organizado por Tknika y Bic Araba.
  • Ayuda Ekintzaile de SPRI, que ofrece hasta 30.000 € para apoyar económicamente proyectos innovadores.
  • Participación en las Jornadas de Inmersión de Emprendimiento Tecnológico en Tknika, donde podrá trabajar con mentores profesionales para seguir desarrollando su idea.

Del boceto al prototipo

Hace apenas un año, el componente era solo un dibujo en papel. Hoy, gracias al esfuerzo de Iñigo y al apoyo recibido, se ha convertido en un prototipo listo para su fabricación.

El joven reconoce que este logro no hubiera sido posible sin la ayuda de sus profesores. Olga Bengoetxea y, especialmente, Ángel Dordio, fueron fundamentales en el proceso. "Ángel me dedicó muchas horas, incluso los viernes por la tarde o durante los recreos. Estoy profundamente agradecido", señala.

Un futuro prometedor para el invento

Iñigo tiene claro cuál es su objetivo a medio y largo plazo: "Dentro de 5 años me encantaría ver a gente utilizando mi componente. Mi mayor objetivo es que este proyecto se visibilice un poco más y que haya gente que lo use", afirma con ilusión.

Además, le gustaría formalizar una empresa y vender algún producto. "Pero, sobre todo, me gustaría que las personas que se compren bicicletas nuevas y tengan estos problemas puedan solucionarlos con mi invención", indica.

Con la protección de la patente, premios y ayudas económicas para continuar desarrollando su proyecto, el futuro de su invención parece brillante. ¿Será este componente el próximo gran avance en el ciclismo? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: este joven vitoriano, a sus 20 años, ya ha hecho una contribución importante al sector.