Los vitorianos y alaveses no consideran la inmigración como un problema

Un 6 sobre 10. Ni suspenso ni sobresaliente. Ese es el grado de convivencia que los vitorianos y alaveses tienen con los inmigrantes según un estudio de Ikuspegi. El Observatorio de Inmigración del País Vasco ha revelado la actitud de los vitorianos y los alaveses respecto a la inmigración. Lo ha hecho con una muestra de 1.200 personas: 600 vitorianos encuestados (100 por cada distrito) y 600 alaveses (100 por cada comarca).

La conclusión principal del estudio es que la población alavesa y vitoriana no considera a los inmigrantes como un problema, si se remite a los datos de la encuesta. Los resultados generales son muy similares tanto en la provincia como en la capital. Tampoco difieren mucho del resto de la Comunidad Autónoma Vasca, aunque sí hay ligeras variaciones en determinados aspectos.

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El estudio también demuestra que la población es más tolerante con la inmigración si hay una buena situación económica y de bienestar. En tiempos de crisis económica hay mucho más recelo a la hora de acoger gente de otros países. El índice de tolerancia en Álava y Vitoria está en torno al 6 sobre 10, pero bajó hasta el 5,3 en 2012, con la crisis.

Los datos permiten descubrir el perfil de las personas más tolerantes, y de las que menos. Normalmente, las personas con más edad, menos estudios, menos ingresos 0 de entorno rural son menos tolerantes con los inmigrantes. En el otro lado de la balanza están las personas jóvenes (18-29 años), con estudios universitarios, ingresos altos y de ámbito urbano, entre otras características, que son más partidarios a la convivencia con gente de otros países.

• ¿Es positiva o negativa la inmigración?

Tanto vitorianos como alaveses niegan que la inmigración sea un problema. Solo el 10% de ellos lo considera así. Es más, el 50% de la población cree que favorecen la economía porque ocupan puestos de trabajo que la población autóctona no desea. El 25% tiene la opinión contraria, y alrededor de un 15-19% duda de su impacto.

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Sin embargo, la impresión de los locales sobre los efectos positivos y negativos de la inmigración está más igualada. La puntuación de estos efectos está en tierra de nadie, con un 5,3 sobre 10.

• ¿Los inmigrantes deben tener los mismos derechos que las personas autóctonas?

Según el estudio, depende de cuáles sean esos derechos. La gran mayoría piensa que todos los inmigrantes tienen derecho a la escuela y sanidad públicas. Sin embargo, la opinión va cambiando en otros aspectos. Por ejemplo, alrededor del 50-60% de personas cree que la RGI, la asistencia jurídica y las VPO solo deben tenerlas aquellos inmigrantes que estén regularizados. Igual que el derecho a voto: el 65% piensa que deben votar los que tengan papeles, y un 11% es más radical: no debería votar ningún inmigrante.

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• Aceptación de los vitorianos y alaveses respecto a la inmigración

Un pequeño porcentaje (sobre el 13%) piensa que la población es más permisiva respecto a la llegada de inmigrantes que hace un año. El 10% piensa que la situación ha empeorado, y el 65-66% opina que se mantiene igual.

Aún hay más consenso en el siguiente aspecto: un 70-73% piensa que los inmigrantes deben abandonar las partes de su cultura que entran en conflicto con la legislación vasca. Sin embargo, 6 de cada 10 vitorianos y alaveses no creen que los autóctonos deban aprender sus costumbres para facilitar la adaptación de los que vienen de fuera.

Las opiniones sobre la convivencia varían en función de dónde se desarrolle. Un 80-86% de las personas no tiene problema en trabajar o estudiar con inmigrantes, que su hijo los lleve a casa o incluso que uno de ellos sea su jefe. Sin embargo, el porcentaje baja al 55% si se trata de convivir en el mismo barrio o bloque con ellos, o a la hora de apuntar a su hijo en un colegio donde predominen los inmigrantes.

El grado de aceptación también cambia en función de la vestimenta que lleven. Alrededor del 70% no tiene problema en que lleven prendas más discretas como el Kipá (sombrero judío) o el hiyab (velo musulmán). Una opinión que cambia drásticamente con prendas que tapan todo el cuerpo o incluso el rostro, como son el nicab o el burka. Solo el 15% de la gente acepta esas ropas en la sociedad alavesa y vitoriana.

• ¿Qué inmigrantes tienen mejor aceptación en Vitoria-Gasteiz y Álava?

Lógicamente, los que menos diferencias culturales tienen respecto a la cultural y sociedad local. Los europeos occidentales, los argentinos y los estadounidenses son los mejor recibidos, con una valoración superior al 6 sobre 10. Los peor recibidos son los pakistaníes, los rumanos y los magrebíes. Los dos primeros aprueban por los pelos, mientras que los últimos suspenden con una puntuación de 4,79.

• Estereotipos sobre la inmigración

La sociedad alavesa y vitoriana tiene una serie de estereotipos que, a juicio de Ikuspegi, son incorrectos. Prácticamente el 50% de los autóctonos cree que los inmigrantes se aprovechan de la RGI, que se benefician del sistema de protección social y que viven de las ayudas sociales, abusando de ellas.

En el lado opuesto están los estereotipos que ya no tienen casi validez: un 70% aproximadamente cree que no vienen a quitarles el trabajo, que tienen civismo y que no ponen en peligro el estilo de vida predominante.

• ¿Qué inmigrantes deben entrar en el País Vasco?

Casi un 20% de vitorianos y alaveses creen que deberían entrar al país cualquier tipo de persona, tenga papeles o no. Un porcentaje mayor (38%) piensa que solo deben venir quienes tengan contrato de trabajo. Por último, un 17-20% opina que solo deberían entrar unas personas que cumplan determinados requisitos legales, como ser refugiados, estudiantes u otra característica. El porcentaje de gente que no debería entrar ningún inmigrante es muy pequeño (2%), y un 20% está indeciso sobre cuáles deberían entrar.

Además, un 25% es partidario de dar papeles a todos los que vengan, y un 30-35% de dárselos solo a los que tengan trabajo. Un 10% opina que lo mejor es darles medios para que puedan volver a su país, y un 5-6% que habría que expulsarlos a todos. Un 40% también cree que deberían acoger a cualquier refugiado, y un 32-35% solo a los que verdaderamente estén perseguidos.