Irantzu García: la salvavidas del curling dice adiós
La 19 veces campeona de España se retira del curling y se enfocará en su carrera como médica
Vitoria-Gasteiz despide a una leyenda. Irantzu García, la representante del curling alavés más laureada de la historia, dice adiós a esta disciplina. Con 19 títulos nacionales y una medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de 2014, la ex jugadora del Club Iparpolo se retira. Ahora se volcará en su otra gran pasión y profesión: la medicina.
Y es que Irantzu es residente de medicina familiar. Ha sido muy difícil para ella compaginar dos trabajos de tanta exigencia: "Desde la pandemia llevo unos años meditando. El trabajo y el curling son difíciles de compaginar. Cuando no estás de guardia, entrenas. La balanza se ha decantado por la medicina. He estado 20 años en los que he disfrutado, pero empiezas a trabajar y ves que lo necesitas para vivir".
"Justo llegué con la pandemia ya empezada y ha sido una curva de aprendizaje enorme"
García comenzó a trabajar como médica en septiembre de 2020, en plena pandemia. Mientras ejercía, compaginaba con su otro trabajo, lo cual fue muy sacrificado. "Cada vez que había que competir, usaba mis días de vacaciones para hacerlo. Suspendieron los campeonatos, se jugó el de parejas y nada más. Al curling le afectó y fue un año de parón.", explica.
Además relata lo duro que fue ese año: "Justo llegué con la pandemia ya empezada y ha sido una curva de aprendizaje enorme. Es muy diferente llegar al hospital y ver a todos con la mascarilla puesta. Lo vivido ahí se queda y lo que nos queda por aprender". Actualmente reside en Barakaldo, donde trabaja en un hospital
.Más allá de la gloria
Para Irantzu el curling viene de familia. Jugó por primera vez con su primo y más tarde, con su hermano. De hecho, con él ganó el título nacional en 2015. De los 19 campeonatos, 10 han sido en dobles mixtos, mientras que los 9 restantes han sido por equipos.
"Es un deporte en el que haces muchos lazos. Conviertes a compañeras en amigas y te da la opción de viajar y conocer a mucha gente. Si no hubiese jugado a curling, me hubiera perdido estas cosas", destaca. Dentro del juego, siempre ha adoptado un rol de capitana y organizadora del juego: "Siempre he sido la capitana del equipo. Manejar el juego y pensar qué voy a hacer. Sobreponerte a tu rival siempre me ha gustado, ya que me parece interesante".

Irantzu y su hermano.
Por eso es que cuando alguien cuestiona si el curling es aburrido, la campeona es tajante: "Les digo que lo prueben una vez. Mis amigos, que casi les he obligado a probarlo, lo veían como algo aburrido y les ha gustado. Hasta que no lo pruebas no sabes la diversión que supone".
La espina de los Juegos Olímpicos
Cualquier deportista de esta disciplina firmaría tener el palmarés de Irantzu. La ex jugadora ha disfrutado de cada premio, pero reconoce tener dos espinas clavadas en su trayectoria: "La primera son los Juegos Olímpicos, donde solo se clasifican los 10 mejores. Sabía que era complicado, disputamos las rondas previas en su momento y lo intentamos. La segunda es que me da pena no haberme despedido con una medalla".
A pesar de despedirse sin medalla y sin Juegos, ha disfrutado de uno de los grandes privilegios de este deporte: viajar. Durante su etapa en la universidad, decidió darse un descanso y viajó a Escocia. "Lo vi bien para hacer un parón, siempre había querido vivir en un país extranjero. fui profesora de curling y fue una experiencia enriquecedora. Además, me dejaban entrenar y me volvía para jugar las competiciones", resalta.
No obstante, hay un lugar para Irantzu que es como su segunda casa: Vitoria-Gasteiz. "He vivido toda la vida en Vitoria. Se siente como mi casa, ya que es la ciudad que me vio crecer y me cuesta haberme vuelto porque tenía mi día a día allí. La verdad que ha sido una etapa larga que he compartido con mi familia y amigos. Ha sido muy bonita, con fases mejores y peores", añade.
Así es como García se despide de la ciudad que forjó una leyenda. Ahora centrará su cuerpo y mente a su otra profesión. Aunque admite que de alguna manera seguirá ligada, ya sea como árbitra o entrenadora, es el momento de dar paso a futuras estrellas. No es un adiós definitivo, simplemente es un hasta luego.
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