"Los niños cada vez chillan más"

La logopedia se trabaja en personas de cualquier edad, desde bebés hasta ancianos, aunque Iratxe Palomino encuentra diferencias generacionales: “Los niños cada vez chillan más. Por tanto, cada vez hay más patología de voz”.

Esto tiene un componente educacional muy importante en cuanto a esperar el turno: “Los niños no saben esperar el turno y aplican la ley del más fuerte. Al que grita más, se le oye más. No hay más que ir a los colegios y patios para ver cómo hablan. Para mí eso es educacional, porque antes no era así”.

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Iratxe Palomino es la logopeda y encargada de Bizia, centro formado por una academia y servicios de salud con fisioterapeutas, una pedagoga, una psicóloga y una logopeda: “La idea es ofrecer a un mismo usuario diferentes servicios juntos y que no tenga que estar yendo a diferentes sitios”.

Iratxe trata todo lo que tiene que ver con la logopedia: “Trato problemas de voz en niños y adultos, problemas de lenguaje en niños que no hablan como deberían hablar, problemas de pronunciación, tartamudez, deglución atípica, problemas de disfagias, atragantamientos, problemas neurológicos, personas con daño cerebral, dislexias, lectoescritura... Cada vez el campo se abre mucho más”.

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En los aspectos de la voz y del habla, la conciencia hacia una atención temprana ha aumentado: “Ahora se tratan cosas a las que antes no se les daba importancia. Los padres estamos más alerta y no esperamos a ver si evoluciona”.

Sin embargo, Iratxe encuentra deficiencias en educación: “En logopedia hemos evolucionado un montón pero, en mi opinión, falta que se disparen los sensores de alerta en los colegios mucho antes. Yo animaría a los centros a que consultaran un poco más con un profesional”.

De hecho, Iratxe ha percibido el malestar de algunos padres: “Muchas veces los padres demandan que se les oriente y se les dé información. Yo recibo quejas de los padres porque en el colegio no se les ha informado antes. A los padres les tranquiliza más si consultan el problema y saben si es evolutivo o si necesita tratamiento. Por consultar no pasa nada”.

No hacer nada puede tener consecuencias en la duración del tratamiento: “La espera puede tener consecuencias. Que se necesite más o menos tiempo porque cuando se cogen antes, los pacientes evolucionan mucho más rápido”.

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El tratamiento de nódulos en la garganta es subvencionado por Osakidetza, durante un tiempo: “Osakidetza te concede un máximo de 37 sesiones. Esto es muy limitado porque los tratamientos de pedagogía son muy largos. A las familias les cuesta mucho que paguen por su cuenta si necesitan más sesiones. Por parte de Osakidetza hay un problema, aunque estamos bastante mejor que otras comunidades”.

La prevención es importante para las personas que utilizan su voz como herramienta de trabajo: “Siempre se hace un curso de prevención para las personas que trabajan con su voz, como profesores. Pero, en mi opinión, la logopedia debería ser una asignatura obligatoria de la carrera de magisterio, porque la prevención se queda muy corta”.

Tener una técnica vocal requiere mucho tiempo de práctica: “La gente aprende cuando tiene un problema y muchas veces se quedan en el conocimiento de lo que tienen que hacer pero no se lleva a la práctica de manera extensa como para que luego no te suponga una patología”.

En el tratamiento de logopedia debe ser continuo: “Necesitan que la práctica sea diaria, no sólo los 2 ó 3 días que vaya yo. Por eso, les mando deberes y les explico a los cuidadores o familiares qué deben hacer con ellos”. A los profesionales aún les cuesta prescribir: “Todavía les cuesta prescribir el tratamiento de logopedia dependiendo del profesional que les trate. Aunque tengan 90 años, si lo necesitan, hay que tratarles”.

La logopedia ha avanzado mucho, especialmente en las disfagias o problemas al tragar: “Este problema es común en personas mayores y en personas con daño neurológico. Antes no las trataba el logopeda, ahora sí. Sin embargo, falta por avanzar mucho”.

Uno de los puntos débiles está en las residencias: “Las residencias hacen una adaptación de la dieta y ya está. Debería haber logopedas en las residencias porque no hay tratamientos y a veces veo barbaridades. Las disfagias y deglución aún es un campo inmenso en el que avanzar”.

El día a día de Iratxe tiene sus ventajas e inconvenientes: “Lo más satisfactorio es cuando consigues una mejoría y supone un cambio en la vida de esa persona. Lo más ingrato y lo que peor llevo es la agenda, que cada familia piense que es la única familia a la que atiendes”.

Los cambios de citas a todas horas, anulaciones y 'whatsapp' a cualquier hora están a la orden del día: “Igual depende de mi forma de ser y de no poner límites. Intento estar muy cercana a la gente. Evidentemente, lo ideal sería una secretaria que me lo llevara. Como soy autónoma, pagar un sueldo a una persona para que me lleve la agenda es algo que no entra dentro de mis posibilidades”.

Para conciliar, Iratxe necesita hacer malabarismos: “La conciliación no existe, es una de las cosas con las que más rebote tengo. Como autónoma, te permite conciliar siempre que te comas el tarro y hagas malabarismos. Me supone un estrés horroroso”.

• AMPEA

Iratxe acaba de asociarse en AMPEA: “Conocí a la presidenta y me pareció interesante para estar informada de las cosas. Es una manera de estar informada y de tener una asociación que te responda”, concluye.