Jorge Moro, el bailarín vitoriano que triunfa en Alemania
Formado en la Frankfurt University of Music and Performing Arts, el gasteiztarra trabaja como solista en el ballet de Wiesbaden, en Alemania
Jorge Moro tuvo su primer contacto con el mundo de la danza con apenas 6 años. "Había probado otras actividades pero ninguna me llenaba", recuerda. "Entonces mis padres me llevaron a ver una clase de danza al Conservatorio y me encantó. Mi madre siempre me recuerda que salí suplicando volver, así que me apuntaron a ballet".
Su pasión por la danza fue en aumento, pero nunca imaginó que se dedicaría a ello: "Hay muy poca información al respecto, y mucho menos para un chico" se lamenta. Pero Jorge recibió el empujón que necesitaba: "El último año en el Conservatorio de Danza José Uruñuela una profesora me dijo que me veía con muchas posibilidades y me alentó para que siguiera formándome".
- Hacer las maletas para estudiar
Sus ganas de seguir con la danza le obligaron a dejar Vitoria y probar suerte en Alemania. "Allí, en cada ciudad hay un teatro con su propia compañía de actores, de ballet, su orquesta y su ópera. La cultura tiene mucha calidad y está mucho más desarrollada que en España".
Realizó varias audiciones en el país bávaro y la Frankfurt University of Music and Performing Arts le seleccionó para seguir formándose en el grado universitario de danza clásica y contemporánea. "Fue muy duro al principio, nunca había salido de Vitoria, pero al hacer lo que te gusta se lleva mejor" cuenta.
- Solista en el Hessisches Staatsballett de Wiesbaden
Durante el último curso universitario, tras realizar una audición, le surgió la posibilidad de trabajar en el Hessisches Staatsballett de Wiesbaden. Lo que en un principio fue un contrato parcial para algunas producciones, ha acabado con un contrato indefinido como solista.
Trabaja seis días a la semana, dos de ellos con actuaciones. Por la mañana tiene clase de ballet durante hora y media para calentar y preparar al cuerpo para la jornada, que la dedica a ensayar diferentes producciones y piezas. Los días de actuación la rutina es prácticamente la misma: calentamiento, ensayo, pausa para comer,... y sobre las 17:00 acude al teatro para el maquillaje, vestuario y realizar la actuación.
"Todavía hay gente que me pregunta cómo me gano la vida realmente" cuenta. "No está generalizado que, haciendo algo artístico, puedas vivir. Es un trabajo como cualquier otro. De hecho, requiere de mucho esfuerzo y sacrificio y es una carrera muy corta" afirma Jorge.
- Sin salida profesional en Euskadi
La parte negativa para Jorge es la "obligación" de emigrar para trabajar. "En Euskadi no hay ninguna compañía profesional de danza en la que desarrollarse. El ballet de Euskadi desapareció y creo que debería formarse otra vez. La única salida en Vitoria es ser profesor, pero yo con mi edad quiero bailar" reivindica.
Tras siete años en Alemania, echa de menos su casa. "Lo más duro es la soledad, no tener a tu familia cerca, pero me llena tanto lo que hago que merece la pena". Entre sus planes de futuro no descarta volver a Vitoria-Gasteiz. "No pienso mucho en lo que pasará en los próximo años, ahora mismo estoy feliz como solista. He empezado a coreografiar para otros bailarines y es algo que también me gusta mucho. Tampoco descarto volver a Vitoria y dar clases".