Joseba Elorza: el poeta visual del collage surrealista
El artista vitoriano ha realizado proyectos para National Geographic, Amazon Studios, The Wall Street Journal y Warner Music, entre otros
Lo llaman el jefe del collage, aunque también es conocido como MiraRuido. El ilustrador vitoriano Joseba Elorza es ilustrador, y su talento para crear composiciones surrealistas con un aire retro es innato. Nació en la capital alavesa, pero las oportunidades le han llegado desde el otro lado del charco.

El ilustrador vitoriano Joseba Elorza
Ha creado ilustraciones para publicaciones como The Wall Street Journal, la mítica revista Esquire o la discográfica Warner Music, entre otros. Su pasión por el arte se ha convertido en su profesión, pero después de 20 años en el mundillo, todavía le cuesta asimilar lo que está viviendo: “Nunca pensé que iba a trabajar para empresas tan importantes, mi principal objetivo al principio era divertirme haciendo collage”.

Cosmos, de MiraRuido
De técnico de sonido a poeta visual
Se formó como técnico de sonido, pero fue ampliando su universo creativo de manera autodidacta. “Aprendí gracias a tutoriales y vídeos, practicando muchas horas frente al Photoshop para ganar destreza”, expresa Elorza.
Aunque siempre le ha gustado dibujar, el lápiz no satisfacía sus necesidades creativas: “Si supiera dibujar lo suficientemente bien, intentaría expresarme por ahí, pero no se me da tan bien como para dedicarme a ello profesionalmente”. Por eso, este joven artista encontró en el collage un “salvoconducto” para exprimir la creatividad que siempre ha tenido.

Serie "Inside Worlds", de MiraRuido
De su trabajo como técnico de sonido y su afición por los collages nació MiraRuido. Pero poco a poco, la vista fue ganando terreno al oído y los primeros encargos fueron llegando. “Cuando contactaban conmigo de EE.UU para un trabajo yo era el primer sorprendido, me acojonaba mucho porque no tenía ni idea de la industria”, confiesa el artista.
Elorza admite que nunca ha sido bueno vendiéndose, pero tampoco ha tenido que hacerlo; las oportunidades le han llegado solas. Empezó hace 20 años subiendo sus ilustraciones a un “blog cutre” de internet. “De vez en cuando recibía comentarios o algún tipo de feedback, y eso me divertía, pero dedicarme a ello no era un objetivo”, explica.
“Cuando contactaban conmigo de EE.UU para un trabajo yo era el primer sorprendido”
Sin embargo, su creatividad no pasó desapercibida. A partir de ahí, apareció en un par de webs de diseño e ilustración y le empezaron a llegar más encargos: “Tuve que dejar mi trabajo como técnico de sonido para dedicarse a la ilustración a tiempo completo”.

Monolith, MiraRuido
"Me enamoré del collage hace 20 años"
Desde entonces, los collages han sido una vía de escape a su creatividad. Se enamoró de esta técnica hace 20 años y, a día de hoy, sigue disfrutando del proceso de creación. “Me atrae mucho la idea de coger fotografías, cosas que ya existen y reconstruirlas para crear nuevos mundos”, indica. Para él, es “muy divertido” contextualizar las fotos, elegir un personaje, cambiarle el entorno y crear situaciones irreales.
El resultado son ilustraciones surrealistas y minimalistas, donde se crean universos oníricos en los que todo es posible. Este estilo de collages gustó a Esquire, la revista norteamericana que solicitó al artista vitoriano su primer encargo “más potente”.

Daughter, 2021
A raíz de ahí, le fueron llegando nuevas oportunidades. Y la bola de nieve, como dice Elorza, se fue haciendo más grande. “Apareces en un sitio y te ve un director de arte, luego te conocen en más sitios y te llaman para más y más encargos”.
Ofertas internacionales
Así, en su currículum destacan clientes como National Geografhic, Amazon Studios o la discográfica Warner Music para el videoclip de la banda Green Day. Pese a las dudas iniciales, Elorza ha afrontado con entusiasmo cada uno de sus trabajos, pero siempre con algo de miedo. “Cuando contactan conmigo de EE.UU impacta, me entra el canguelo y siempre pienso: '¿Qué hago yo aquí?’”, comenta.
Además, el joven artista cuenta que tiene el síndrome del impostor: “Yo no he estudiado nada relacionado con esto, siempre me pregunto si estaré a la altura o si seré capaz; hay artistas muy buenos que no tienen encargos”. Pero la humildad de Elorza y su don para crear, le han llevado a ganarse la confianza de clientes “muy tochos”.

Running Away, MiraRuido
Videoclip animado para Green Day
Entre ellos, destaca Warner Music, quien le encargó hacer el videoclip para Too dumb to die, de la banda estadounidense Green Day. “En este caso me dejaron total libertad a la hora de crearlo, el único requisito era que apareciera la letra en la pantalla, pero hice mi propia interpretación”, explica.
El encargo lo hizo con gran rapidez. Solo tuvo cinco semanas desde que comenzó a idear la secuencia hasta que entregó el vídeo final. Eso sí, la carga de trabajo fue considerable: diez horas diarias y sin librar prácticamente ningún día.
El resultado supuso un escalón de notoriedad en la vida profesional del ilustrador. El vídeo acumula más de 10 millones de reproducciones, y ha sido una “oportunidad única” para llegar a miles de personas.
Elorza quedó satisfecho con el vídeo, pero expresa, con autocrítica, que a día de hoy cambiaría algunas cosas: “He evolucionado, si lo volviese a hacer lo haría diferente, pero el trabajo es hijo de su tiempo y ahí está, no me puedo quejar”.
Como le ha sucedido con ese primer encargo, la mayoría de las ofertas que le llegan proceden del extranjero. Aquí ha realizado videoclips como 'Zerbait Asmatuko Dugu' de Berri Txarrak, pero expresa que la industria de fuera es mucho mayor: “En EE.UU y en otros países de Europa están dispuestos a pagar más por algo creativo, pero aquí los presupuestos son más ajustados”.
Ya ha tenido que rechazar alguna oferta donde le pagaban muy poco.“Los videoclips que hago son, mínimo, dos meses de trabajo, y no sale a cuentas”, comenta. Por eso, a lo largo del año, Elorza tiene que ser muy selectivo con los trabajos que acepta, ya que son muy pocos los proyectos que puede realizar.
“En EE.UU y en otros países de Europa están dispuestos a pagar más por algo creativo, pero aquí los presupuestos son más ajustados”.
Además, su formación es continua. Para él, aprender nuevas técnicas y nuevos programas es una cuestión de supervivencia: “Las cosas no son sencillas en el mundo creativo, y menos con la irrupción de la inteligencia artificial. Hay mucha gente que va a perder el trabajo, por desgracia”.
Elorza se considera un afortunado y, desde 2020, está enfocado en su obra personal.“He conseguido vender obra personal mía, para galerías, coleccionistas… Eso es como el sueño de muchos artistas, el no depender de un cliente ni de un briefing, sino de tu proprio trabajo”, comenta con humildad.
De momento, va a seguir explorando este camino. Para enero ya tiene pactado un nuevo proyecto del que todavía no puede desvelar nada. “Por suerte, la bola de nieve que te decía al principio, empezó a girar hace años y todavía sigue girando”, expresa con satisfacción.