La justicia en Álava: obsoleta, menos juicios y una futura "avalancha"
El confinamiento paralizó el trabajo en los juzgados y la crisis económica amenaza con disparar el número de casos
La justicia se encuentra atascada. El confinamiento paralizó todos los trámites jurídicos, las condiciones sanitarias han reducido los juicios diarios y la crisis económica aumentará las demandas. Sin embargo, los medios y los juzgados existentes siguen siendo los mismos que antes de la pandemia: recursos insuficientes para atender todas las necesidades.
La situación en Álava no es la peor: hay juzgados en España con un colapso total y años de espera en la tramitación de procedimientos. Una situación que ya venía de antes, y que ahora ha agravado la pandemia.
Antón Etxebarrieta, decano del Colegio de Abogados de Álava, critica que la justicia no recibe fondos suficientes, e insiste en que una justicia eficiente "es rentable", ya que soluciona de forma rápida problemas de los ciudadanos. Pero lamenta que "ningún gobierno central en los últimos 20 años se ha tomado en serio la reforma estructural de la justicia, teniendo en cuenta lo que opinan los jueces".
En Vitoria-Gasteiz el juzgado de lo Mercantil es el más saturado habitualmente. Pero otros no se quedan atrás: en el Contencioso-Administrativo hay incluso señalamientos ya fijados para 2021. Los juzgados de lo Civil sí funcionan con más diligencia.
Administración obsoleta
El confinamiento paralizó por completo la administración de justicia. Los funcionarios no pudieron teletrabajar porque el sistema informático está obsoleto. En la Justicia el papel y la presencialidad son aún imprescindibles. Y el personal del Palacio de Justicia no acudió a sus puestos de trabajo durante todo el confinamiento, ante la imposibilidad de cumplir con las medidas de seguridad.
Entre marzo y mayo no hubo juicios, pero tampoco se avanzó en la tramitación de expedientes. "Si se hubiera trabajado, se hubiera avanzado muchísimo más. Pero estaba todo parado salvo las cuestiones urgentes", asegura Antón Etxebarrieta.
Estos tres meses generaron un cuello de botella en la administración de justicia. En junio se reabrieron los juzgados, y los abogados reclamaron diversas medidas para aligerar la cola existente en la justicia. Sin embargo, estas medidas no llegaron. Sería necesario aumentar el número de juzgados y reforzar el personal administrativo.
No llegó más personal y, sin embargo, se optó por otra medida que los abogados consideran "populista": declarar hábil agosto. "Los abogados pedíamos concentrar las vacaciones en agosto. Es mejor tener un juzgado al 100% 11 meses y agosto cerrado, que tenerlos al 40% 4 meses porque se reparten las vacaciones. Al declarar hábil agosto han conseguido que los abogados y procuradores tengamos que trabajar en procedimientos que no han avanzado".
Menos juicios cada día
La nueva normalidad también ha influido en el Palacio de Justicia. Las vistas que se celebran cada día se han reducido. La necesidad de desinfectar la sala tras cada juicio obliga a programar aproximadamente la mitad de los juicios que los habituales. Las medidas de seguridad se mantienen. "No afecta al funcionamiento de un procedimiento judicial, y se garantizan los derechos de todos los ciudadanos", matiza Etxebarrieta.
Desde los juzgados se intenta avanzar programando juicios por la tarde. Algo que los abogados aceptan porque "hay que arrimar el hombro". Pero reconocen que los juicios vespertinos complican su gestión: "Habitualmente dedicamos la tarde a estar con clientes y preparar los casos".
"Avalancha de procedimientos"
Hasta ahora se han visto las consecuencias del confinamiento y el cierre de la justicia ese tiempo. Pero lo peor está por venir. Antón Etxebarrieta advierte de la "avalancha de procedimientos judiciales" que llegarán con la crisis económica. "Una crisis económica siempre tiene impacto directo en la justicia. Hay problemas económicos que solo se pueden resolver con un procedimiento judicial".
Una crisis económica siempre tiene impacto directo en la justicia
"Va a haber concursos de acreedores, reclamación de cantidades, disputas en contratos, denuncias por cláusulas, demandas por despido... A ello hay que sumar reclamaciones por las sanciones impuestas en el Estado de Alarma y la posible responsabilidad patrimonial en algunas residencias sí así se determina".
Este aumento de reclamaciones judiciales podría llegar a final de año. Al margen de las cuestiones laborales están los recursos judiciales a las multas impuestas por desobediencia. Unos procedimientos que tienen antes unos plazos administrativos y que por eso tardarán en llegar a los tribunales.
Desde el Colegio de la Abogacía recuerdan que los letrados son "el primer filtro de los ciudadanos", y lamentan que no se les ha tenido en cuenta para analizar y buscar alternativas al colapso de la justicia.
- ¿Es la mediación la alternativa a este colapso?
La mediación es algo previo. Es una herramienta muy útil. Ahora bien, la gran mayoría de abogados van con el compañero contrario e intentan mediar antes de llegar a los juzgados.
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