La cabeza de plata que esconde la calavera de San Vítor
San Vítor celebra este 7 de septiembre el día de la cofradía en la ermita ubicada en Azazeta
La Ermita de San Vítor es un lugar de culto ubicado en Azazeta, entre la Llanada y la Montaña Alavesa. Un espacio en el que se venera desde hace 1000 años a San Vitor de Gauna, un labrador que nació supuestamente en Elorriaga. Este 7 de septiembre la Cofradía celebra su fiesta con una Romería. Habrá numerosos actos y una exposición de fotos.
Álava Medieval ha rescatado ahora su historia más fascinante, que muchos alaveses desconocen. En 1587, al derribar una pared de la ermita, emergió una caja “llena de una carne que daba suavísimos olores”. Esos restos se asociaron a San Vítor, y aún permanecen bajo la mesa del altar mayor la mayoría de ellos.
Sin embargo, en 1616 se construyó un busto de plata en el que se guardó la calavera. Desde entonces, hace más de 400 años, los vecinos de Gauna custodian este relicario. Pero no es un relicario cualquiera: tiene un agujero en la nuca y otro en la boca. ¿Para qué? Para que el agua pase por su interior y, al contacto con la calavera, quede bendecida.
"Este relicario portátil relegó a un segundo plano el resto de reliquias, y focalizó en la cabeza toda su ‘virtus’. Desde mediados del XVIII hay constancia de numerosos recorridos del relicario, buscando conjurar in situ diversos males (plagas, afecciones al campo o el ganado)", explica Álava Medieval.
Así, el agua filtrada se empleaba para mitigar los dolores de cabeza, oído o las afecciones nerviosas.
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