La Calle Dato: entre la crisis y la recuperación
La Calle Dato parece haber tocado fondo a nivel comercial, y llega el momento de resurgir. En las últimas semanas los cierres de comercios se cruzan con nuevas y futuras aperturas. Un cambio continuo, que al menos deja ver algún rayo de luz en el comercio. Eso sí, mezclado con sombras que siguen sin aclararse. […]
La Calle Dato parece haber tocado fondo a nivel comercial, y llega el momento de resurgir. En las últimas semanas los cierres de comercios se cruzan con nuevas y futuras aperturas. Un cambio continuo, que al menos deja ver algún rayo de luz en el comercio. Eso sí, mezclado con sombras que siguen sin aclararse. Sólo en diciembre han cerrado en la principal calle de Vitoria tres comercios: la cadena de ropa Max Mara echó la persiana recientemente en la esquina de San Prudencio con Dato, al igual que la tienda de Movistar ubicada en la antigua Ferretería Ezpeleta.
A ello hay que unir la presencia fugaz de una pizzería-crepería que no ha sobrevivido al frío del invierno. Una idea importada de otras zonas de Europa pero que parece que no estaba en la ubicación más acertada.
Tres cierres recientes, que se unen a los del Café Plaza y a los locales vacíos en el tramos final de la calle, ocupados anteriormente por entidades bancarias.
Sin embargo, en medio de este panorama gris empiezan a abrirse algunos claros.
Quien sabe si la decisión municipal de retirar mobiliario habrá influido en las decisiones empresariales, pero dos negocios abrirán en los próximos meses en dicha calle. En el inicio de la Calle Dato se observa ya la inminente apertura de una cadena de ropa, en el local ubicado bajo un edificio que acaba de ser remodelado íntegramente. El Ganso aterrizará de esta forma en Vitoria, aunque ya tiene presencia en 26 ciudades españolas.
También se aprecia movimiento de obras en el local que durante muchos años ocupó la Heladería Italiana y que hasta hace dos años ocupaba Pull&Bear. Las obras ya se están desarrollando en el amplio local.
El salón de estar de los vitorianos ha sufrido continuas y constantes transformaciones en las últimas décadas, aunque ya lleva dos décadas peatonalizado. La vía que une la Estación de Renfe con la Plaza de la Virgen Blanca ha vivido tiempos mejores, y son muchos los que aseguran que antes era una vía más señorial, con la presencia de numerosas cafeterías y tiendas de importancia. La entrada de grandes firmas provocó, como en todas las ciudades, cierta despersonalización. Aún así sigue siendo, junto a Postas y San Prudencio, una de las principales arterias de nuestra ciudad.
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