La estampa descuidada de la postal vitoriana

11 abril, 2012

Las fuentes y los focos de la Virgen Blanca no funcionan correctamente

Cada chorro alcanza una altura diferente

Vitoria no se caracteriza precisamente por cuidar de sus fuentes. No lo ha hecho nunca ninguna corporación desde hace décadas. Aunque sí ha adjudicado la limpieza y mantenimiento a diversas empresas (el verano pasado se encargó Euskogarden) son varios los casos en que el circuito no funciona o hay desperfectos que impiden disfrutar de ellas. Es el caso de las fuentes de la Virgen Blanca. En apenas cuatro años, las fuentes se han estropeado y la dejadez del Ayuntamiento ha llevado a que ahora mismo la estampa vitoriana se encuentre parcialmente amputada por el mal funcionamiento de estos chorros.

La Plaza de la Virgen Blanca es la postal vitoriana. Se inauguró en 2008 tras meses de polémica por el cambio de la fisonomía de la ciudad. Los partidarios del cambio aseguraban que se trataba de ganar espacio a la plaza. Sin embargo, los detractores insistían en que se iba a destruir la imagen que los vitorianos tenían de ésta. Pero tras la inauguración, incluso los más escépticos se rindieron a la belleza y originalidad de la plaza, con el principal atractivo de las fuentes que manaban del suelo

Focos apagados

Para empezar, la mayoría de los focos que desde el suelo iluminan las fuentes ya no funcionan. Tan sólo en los chorros superiores se aprecia la iluminación, que otorga una imagen distinta al agua. El resto de los chorros no están conectados, no se sabe si por problemas técnicos o porque, simplemente, se han roto.

Pero además hay varios de los grifos obstruidos. Cada una de las fuentes consta en realidad de 16 bocas por las que sale el agua en torno, precisamente, al foco. En varios de los casos se pueden ver cómo algunos de estos chorros están obstruidos. Una situación que provoca que el ascenso del agua sea desigual, y existan grandes contrastes en la altura que alcanzan.

Chorro junto a General Loma

No dejan de ser pequeños detalles, pero necesarios al fin y al cabo para hacer de la Plaza de la Virgen Blanca una postal de recuerdo para vitorianos y visitantes.