La pesadilla de una nueva vivienda
Gonzalo lleva un año sin acceder a su vivienda porque asegura que tiene defectos de construcción
Cuando uno se compra una casa aspira a que sea para toda la vida. En ello pone su empeño y busca la mejor elección para que el cambio sea el mejor posible.
El verano de 2011 iba a ser para Gonzalo y su esposa ese año del cambio. En agosto partieron para Etiopía en busca de un hijo y una hija que, desde entonces, forman parte de su familia. Al llegar en septiembre les esperaba su nueva vivienda en el paseo de la Illiada. Sin embargo, un año después, la familia sigue en su antigua vivienda, y aún no se ha trasladado. Y no lo han hecho porque, denuncia Gonzalo, es un piso con Tara. Es un piso que no cumple con la legalidad al tener unos techos más bajos de lo habitual y con unas formas irregulares que dejan una sensación de chapuza a quien lo ve. El salón y una de las habitaciones presentan unas rebajas del techo bastante curiosas y sorprendentes.
Rebajas que no aparecían en el plano y que se saltan la norma de que un piso no puede tener más del 5% del techo rebajado. El de Gonzalo es el último piso del edificio, y por encima sólo tiene la azotea. Por eso no entienden a qué se debe ese techo más bajo, dentro del cual sólo hay tuberías que podrían haber ido por otro lado. Pese a todo, Gonzalo intenta que desde la constructora le den una solución. El arquitecto ha propuesto una modificación que pasa por una pequeña obra y por el cambio de las denominaciones del piso, de forma que se adecue a la regulación. Porque el inmueble cuenta con cédula de habitabilidad. Sin embargo, Gonzalo no acepta esa propuesta.
Mientras tanto, acudirá a juicio contra la UTE Iruña, la promotora del inmueble que se encuentra en una complicada situación económica y que no ha logrado vender aún todos los pisos del inmueble.
¿Y no se ha planteado un cambio de piso?
"Por parte de la promotora nunca se ha planteado dicha posibilidad", aunque asegura que ahora mismo su objetivo es "romper el contrato firmado porque es un piso con tara". La idea de la familia era venirse a vivir a Arkaiate y poner en alquiler su vivienda actual, algo que por el momento no es posible mientras siguen pagando la hipoteca. Y ello pese a que tienen dado de alta luz, agua y gas y pagan la comunidad.
Las soluciones planteadas por ahora no convencen a Gonzalo, quien considera que la lucha contra la promotora ha acabado con la ilusión de un nuevo piso. Desde la promotora insisten en que Gonzalo visitó el piso, con esas taras presentes, antes de la firma. Algo que Gonzalo confirma pero, al mismo tiempo, asegura que esa visita "fue muy rápida y teníamos la cabeza en Etiopía, con lo que no nos dio tiempo a observar a fondo el piso".
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