El Laberinto de Olarizu "será una gran atracción que no va a traer problemas"

21 septiembre, 2023

Vecinos de Avenida de Olarizu no quieren el laberinto, que será un nuevo atractivo para quienes acuden a Avenida de Olarizu

El nuevo vecindario de Avenida de Olarizu se ha levantado en las últimas semanas contra la nueva infraestructura que se construirá en el Parque: el Laberinto Vegetal. Un laberinto anunciado ya en 2018, y concebido como una infraestructura verde que dará más vida a este parque del Anillo Verde. Esta estructura vegetal se suma a otros proyectos para la zona como el anfiteatro o las frustradas (de momento) tirolinas en los pinos de Avenida de Olarizu.


El laberinto de Olarizu se anunció en 2018, y desde entonces ha estado en stand-by, fruto de la pandemia. Aunque este 2023 ha cogido de nuevo vida y ya se ha licitado. Un proyecto que cuenta con fondos europeos y que pretende crear un nuevo atractivo natural en la zona. Sin embargo, el nuevo vecindario de Olarizu ( parte llegado cuando ya se conocía el proyecto) no quiere este juego vegetal. Una calle que en el último lustro ha aumentado sus habitantes de forma importante.

Las movilizaciones han comenzado este verano, cinco años después de conocerse el Plan Director de Olarizu. Los vecinos no quieren que la actual campa (¡OJO! no la campa principal, sino la ubicada en Avenida de Olarizu) pase a tener un laberinto. El laberinto estará en el extremo noreste de esa campa, y ocupará unos 5.000 metros cuadrados.

"Oportunidad para el entorno"

Este miércoles la concejala Beatriz Artolazabal explicó que se ha reunido con los vecinos y se les ha dado explicaciones: "Nos hemos reunido con ellos, han estado en el departamento y se les han dado explicaciones. No sé si hemos sido capaces de convencerles".

La concejala insistió en que el nuevo laberinto de Olarizu "es una oportunidad de mejorar el entorno y no va a traer esos problemas y afecciones que teme el vecindario".

"El proyecto está diseñado desde 2019 y nunca ha habido rechazo", asegura Artolazabal

Artolazabal insistía: "Venía ya diseñado desde 2019. Se ha hablado en numerosas ocasiones del laberinto y nunca ha habido rechazo". La concejala mantiene su apuesta, heredada del anterior equipo de Gobierno: "Va a llevar ventajas y va a ser una gran atracción para los vecinos y quienes nos podamos acercar".

La semana pasada vecinos de la zona instalaron una mesa informativa, en la que buscaban el apoyo de la ciudadanía contra este proyecto. Un proyecto que, aseguran, está muy cerca de sus viviendas y generará ruidos, mayor tráfico y creará zonas que "faciliten comportamiento incívicos o delictivos". Aunque hay que aclarar que el acceso al laberinto no estará abierto 24 horas.

Los vecinos críticos también cuestionan que el proyecto de laberinto vegetal supone "talar árboles, un mayor consumo de agua y energía y no implica una mejora evidente de los hábitats naturales". La mayoría de los árboles que se talarán son ejemplares jóvenes de unos 20 años. El impacto de la tala de estos árboles quedará compensado de sobra con los arbustos del propio laberinto y con nuevas plantaciones.

Así será el laberinto

El laberinto tendrá una sucesión de calles formadas por setos de poca altura (1,70 m). Contará con calles laberínticas llenas de encrucijadas de fácil acceso. Pero "no será tan fácil salir".

Así lo advertirá un cartel en su entrada con las palabras que escribió Séneca: "Tal sucede a los que corren deprisa en un laberinto: su misma velocidad les desconcierta". Una inscripción de Aristóteles despedirá a quienes hayan encontrado la salida: "El que ha superado sus miedos, será verdaderamente libre".