Las bicicletas son para el verano

22 junio, 2011

Ya lo decía Antonio Mercero cuando estrenó Verano Azul. Una serie que muchos de los que acuden ahora a Mendizorrotza, Gamarra, el Bakh o el Estadio ni siquiera conocerán. Tito, Piraña o Desi se pasaban el verano de aquí para allá en bicicleta. Muy poco se parecen esos jóvenes de Nerja a los de ahora. Pero, sin […]

Ya lo decía Antonio Mercero cuando estrenó Verano Azul. Una serie que muchos de los que acuden ahora a Mendizorrotza, Gamarra, el Bakh o el Estadio ni siquiera conocerán. Tito, Piraña o Desi se pasaban el verano de aquí para allá en bicicleta.

Muy poco se parecen esos jóvenes de Nerja a los de ahora. Pero, sin embargo, les une la bicicleta. Cada vez es más común en Vitoria el uso de la bicicleta. Y cuando el calor aprieta, aún más. Durante todo el año cientos de personas se desplazan a diario en bici a sus lugares de trabajo o de estudio. Gente de todas las edades.

En verano aún apetece más. Por ello, los aparcamientos para bicis de los complejos de piscinas de Vitoria se llenan y no dan abasto. De ahí que se produzcan imágenes como ésta, en la que varias bicis sostienen un sólo árbol. Una farola, otro árbol o una barandilla es un buen sitio para atar el vehículo menos contaminante que existe.

Y es que el Ayuntamiento no da abasto con la cantidad de aparcabicis. Aunque a veces la comodidas puede a los ciclistas, que prefieren aparcar a la entrada de Mendizorrotza en lugar de hacerlo junto al frontón o en los aparcabicis ubicados junto al Paseo de Cervantes.

Eso sí, en estas fechas también se suele incrementar el robo de bicicletas. La guardia urbana debería incrementar la vigilancia en estos lugares, e intentar evitar presencias extrañas. El pasado año se registraron sólo en julio 97 robos, un número bastante inferior al de 2009. Por cierto que desde el ayuntamiento existe la posibilidad de registrar la bicicleta. En la práctica ésto no llega a servir de mucho, pero garantiza una mínima seguridad.

En cualquier caso, las miles de bicis que pasean estos días por Vitoria obligan a una convivencia aún mayor entre peatón, ciclista y conductores. Porque, al final, con ello ganamos todos.