Las Iglesia de los Ángeles: un templo adelantado a su tiempo

7 octubre, 2013

El Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro en Álava ha celebrado este lunes el Día Mundial de la Arquitectura en uno de los edificios más destacados de la arquitectura moderna en Vitoria: la Iglesia de los Ángeles. La celebración ha unido la distinción del templo vitoriano como una de las edificaciones registradas de la Fundación DOCOMOMO Ibérico […]

losangelesEl Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro en Álava ha celebrado este lunes el Día Mundial de la Arquitectura en uno de los edificios más destacados de la arquitectura moderna en Vitoria: la Iglesia de los Ángeles. La celebración ha unido la distinción del templo vitoriano como una de las edificaciones registradas de la Fundación DOCOMOMO Ibérico y el homenaje al autor de este proyecto, el arquitecto Javier Carvajal (Barcelona, 1926- Madrid, 2013).

En 1957 el obispado de Vitoria se quiso adelantar a la reforma que planteó el Concilio Vaticano II con la construcción de nuevas parroquias con las que se pretendía buscar nuevas expresiones arquitectónicas. De esta iniciativa surgen dos iglesias que son un referente de la arquitectura moderna: la Coronación, de Miguel Fisac y Los Ángeles, de Javier Carvajal y José María García de Paredes.

El diseño de la iglesia de Los Ángeles estuvo condicionado por la geometría del solar y de ahí que la nave se proyecte como una flecha dirigida hacia el punto focal constituido por el único altar de la iglesia. Los materiales –vigas de hierro en homenaje a Forjas Alavesas, el ladrillo, la pizarra de la cubierta y el hormigón- poco empleados con anterioridad en edificios religiosos, simbolizan la vinculación del mundo del trabajo y de la fe. Sin ningún tipo de abertura en la fachada de la nave, los ventanales que bordean al arranque del tejado y las vertientes altas consiguen la sensación de que la cubierta está suspendida en el aire. La iglesia tiene una única nave dedicada a la asamblea y a su derecha una capilla que sirve de apoyo para los sacramentos de bautismo, perdón y eucaristía, esmeradamente reflejados en el color de las vidrieras. En el exterior se crea un espacio abierto delimitado por un edificio destinado a la casa parroquial y servicios sociales y una torre campanario adosada a la última casa de vecindad.