Leticia Sabater inaugura bar en Vitoria con sus ‘villancicos’

Mateo Moraza inaugura esta tarde un nuevo bar, que amplía todavía más la oferta hostelera de esta calle.

A La Comarca, Glass, Escuela de Calor, Arkupe, Gasteiz Bi, Zabala y Kobatxa se le une ahora la reapertura del antiguo Casa Paco con un nombre ya conocido en esta calle: 'Carajo!'. Un bar que vuelve con Leticia Sabater como estrella invitada de la inauguración.

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El bar abrirá sus puertas este viernes, 1 de diciembre, a las 20:00. Una inauguración en la que actuará Leticia Sabater. Tras su espectáculo, llegará el turno para Reno. El sábado, 'Carajo' también ofrecerá dos nuevas actuaciones con Thais y La Brava.

En un video en sus redes sociales, Leticia Sabater anima a todo el mundo a acudir a la inauguración de este bar "para todos los ambientes". Todo ello en un evento que anuncia como "especial tardeo".

 

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Con esta apertura, Mateo Moraza amplía aún más su oferta, tras la apertura de muchos locales en los últimos años. Esta calle se ha convertido en la referente de la vida nocturna de Vitoria-Gasteiz.

Nuevo villancico de Leticia Sabater

Leticia Sabater llega a Vitoria-Gasteiz pocos días después de estrenar su nuevo villancico: 'Esta Navidad me comeré un pibón'. Un tema que, tal y como ella misma anuncia en el video de presentación del evento, estará presente en el repertorio de esta tarde.

Esta nueva canción navideña llega tras otros villancicos como 'El polvorrón' o 'Papá Noel, lléname el tanke'. Un tema que puedes escuchar y ver su videoclip aquí. No te dejará indiferente:

Casa Paco

Muchos ni recuerdan que, hasta hace 20 años, en este punto hubo un restaurante mítico. Era Casa Paco. Su rótulo aún estuvo hasta 2016 colgado de la fachada. Este bar abrió en los años 20 en La Cuesta, y después llegó a esta covacha de Mateo de Moraza.

Francisco Sagastegui y Gregoria Gómez fueron los primeros propietarios de un negocio que luego heredaron sus hijas y nietas, hasta sumar cuatro generaciones. Los más nostálgicos recordarán el mostrador, revestido con baldosines que tenían dibujos de vestidos y costumbres tradicionales vascas. Este local fue referencia para blusas y para vitorianos de toda la vida, hasta su cierre a finales del siglo pasado.