Heraclio Alfaro: una vida dedicada a la aviación

24 diciembre, 2020

Una biografía recuerda la figura de Heraclio Alfaro, un vitoriano pionero en el mundo del vuelo

El primer ingeniero aeronáutico de España fue vitoriano: Heraclio Alfaro Fournier. La carrera de ingeniería aeronáutica no existía en el estado, por lo que Heraclio se marchó al extranjero a aprender a volar. Incluso años después él mismo dio clases de ingeniería en varias universidades estadounidenses.

Él tiene, además, el honor de ser la única persona que da nombre a un Aeroclub: el de Vitoria. Este Aeroclub nació después de un homenaje a su persona en 1953. Entonces casi nadie sabía quién era Heraclio Alfaro. Hoy en día, incluso en Vitoria-Gasteiz y en Álava, aún hay mucha gente que no le conoce. Pero para que su figura no caiga en el olvido, ahora tiene ya su biografía.

heraclio alfaro avion

Heraclio Alfaro delante de un Bleriot XI. Foto: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

Esta biografía está escrita por José Luis Sáenz de Ugarte y Jesús Sagastuy, que han recopilado todo tipo de testimonios y documentos sobre la figura de este importante aviador vitoriano. La biografía está editada por la Diputación Foral de Álava, y narra toda una vida dedicada exclusivamente a la aviación, desde su juventud hasta su muerte.

Se trata de un libro lleno de fotos, recortes de prensa y libros, ilustraciones... en total más de 500 imágenes de todas las épocas de su vida que ayudan a imaginarse cómo era la vida de un aviador en la primera mitad del siglo 20. Se encuentra a la venta en las librerías Maynar, Ayala y Elkar, además de en Amazon.

Biografía detallada

Todo el mundo tiene en su casa el edificio donde nació Heraclio Alfaro. Se trata de la fachada que aparece en el sello de todas las fundas de cartas Fournier. No en vano, es nieto de Heraclio Fournier, el fundador de Naipes Fournier. Desde muy joven tuvo el apoyo de toda su familia para hacer realidad su sueño de volar.

heraclio alfaro vitoria

Heraclio en el centro, con los constructores del primer avión en 1914: Tomás López de Armentia y Joaquín Laprada (ebanista) a la derecha, Manuel Romero (mecánico) y Laureano Izarra. Foto: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

A los 17 años Heraclio Alfaro se fue a Francia para aprender a volar, y después, estudió dos años en Estados Unidos. Al volver, vio que aquí no había futuro para los aviadores, y decidió volver a América. Allí estuvo más de 20 años, y trabajó con los mejores aviadores. Incluso llegó a colaborar con uno de los hermanos Wright, los primeros en alzar al vuelo un avión en el mundo.

Heraclio Alfaro dedicó su vida en cuerpo y alma a la aviación. No tuvo parejas, ni hijos, ni más familia que sus padres y sus hermanos. Sin embargo, las cartas que se enviaba con muchas personas demuestra que sí que tuvo muchos amigos.

Heraclio Alfaro destacó por su ayuda al primer club de mujeres con los planeadores

Durante los años 30 y 40, viviendo en Estados Unidos, fabricó varios planeadores y motores. Hacía siempre trabajos individuales, y nunca dependió al 100% de una sola empresa. Tampoco trabajó en ninguna gran compañía, por lo que la gran mayoría de sus trabajos fueron como freelance.

Durante su estancia en Norteamérica también ayudó al primer club de mujeres con los planeadores. En aquellos tiempos, esta actividad estaba reservada completamente a los hombres. Por ello, nadie quiso ayudar a las primeras aviadoras que se adentraban en el mundillo del vuelo. Sin embargo, Heraclio Alfaro destacó, precisamente, por ayudar a que ese primer club de mujeres tuviera sus primeras herramientas.

heraclio alfaro vitoria

Heraclio Alfaro en su avión, el Alfaro 2. Foto: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

Homenajes

Los últimos años de su vida los pasó de nuevo en España, tras desarrollar parkinson. Siguió trabajando varios años como freelance, aunque con menos ritmo por su enfermedad. Además, seguía habiendo muy pocas oportunidades tanto en Vitoria-Gasteiz como en todo el estado, por lo que su carrera terminó, quizá, algo antes de lo esperado.

En el año 1953 recibió su mayor reconocimiento: la aviación española le dedicó un homenaje nacional, por ser el primer español constructor de aviones y uno de sus primeros pilotos. Ese mismo año se fundó el Aeroclub de Vitoria (Aeroclub Heraclio Alfaro). Aún así, no fue hasta dos años más tarde cuando el aeroclub alavés empezó a hacer más actividades con la compra de varios aviones.

Heraclio Alfaro murió en el 1962. Como última curiosidad, en aquel momento todavía era ciudadano norteamericano, ya que aún no existían las dobles nacionalidades. Precisamente en Estados Unidos también se le guarda un recuerdo: el museo Smotsoniano de Washington tiene una placa con su nombre, que le reconoce como una de los pioneros en el mundo del vuelo.