Los 62 árboles de La Senda pasan el 'reconocimiento médico' para buscar su salvación
Los plátanos, algunos de los cuales presentan pudriciones, tienen una altura excesiva al haber crecido con poco espacio entre ambos
Los plátanos tienen más de 30 metros de altura, con 12 metros de tronco. La separación de 4 metros entre árboles "ha hecho que el árbol tienda a ir hacia arriba y de Este a Oeste: está desproporcionado en la relación altura-diámetro", aseguran Isabel García y Jerónimo Muñoz, encargados del trabajo de campo. Aunque llevan así cerca de 130 años, esta especie desarrolla una copa amplia y por eso requiere de espacios de plantación más amplios: "La copa y la raíz suelen ser proporcionales", por ello es necesario que tengan su espacio.
Cualquier actuación que se realice en el paseo tendrá que ser conjunta
El estudio busca conocer el estado real de cada ejemplar, pero cualquier actuación se tendrá que dar de forma conjunta: "Han crecido juntos: si yo modifico o retiro un árbol, esto puede afectar a los de alrededor", aclara Jerónimo. En el análisis se ha tenido en cuenta que los árboles presentan un alto riesgo de provocar daños en caso de fractura, al estar ubicados en una zona de máxima ocupación y tránsito continuo de vehículos y peatones.
El primer análisis ha detectado en algunos plátanos pudriciones en la base: "Cuanto más madera sana tenga un árbol mejor, pero un árbol con pudrición tampoco tiene por qué ser necesariamente un riesgo. Puede haber pudrición y el árbol ser estable". Al mismo tiempo la 'enfermedad' de un árbol puede ser invisible a los ojos humanos: "Muchos vecinos pasan diciendo que los árboles están sanos, pero ese árbol que parece vigoroso puede tener un peligro estructural".Cuando un árbol envejece es natural que se produzcan pudriciones. "Pero en las ciudades también se pueden producir heridas por podas inadecuadas, e incluso pueden aparecer virus o bacterias y otros tipos de insectos". En el Paseo de La Senda también hay árboles que tienen hongos en la base.
Los árboles pueden parecer sanos y vigorosos, pero tener un peligro estructural
Entre las posibles actuaciones están la poda controlada o la eliminación de la mitad de los árboles
- Riesgos de cada árbol
Con los análisis realizados Tecnigral ofrecerá al Ayuntamiento los riesgos que tiene cada árbol, según un índice existente a nivel mundial. La decisión del Ayuntamiento de mantener el paisaje complica las actuaciones, y también puede llevar a que, en ocasiones de fuerte viento, haya que impedir el paso a peatones e incluso vehículos.
La sustitución de los árboles enfermos parece descartada porque el nuevo árbol sería más pequeño, no tendría suficiente luz y acabaría muriendo. Una posibilidad es realizar una poda controlada de toda la senda para de esta forma reducir la 'vela' del árbol en casos de viento.
Otra opción es "abrir marcos de plantación" (eliminar un árbol sí y uno no). "Todo se está analizando: hay que ver qué actuación hacer, qué riesgos existen y hacia dónde dirigir la alineación". Pero siempre, insisten desde Tecnigral, hay que tratar a los 62 árboles como conjunto: "Actuar sólo sobre un árbol aumenta la exposición del siguiente a las cargas, las fuerzas o los vientos".
Para el estudio se han utilizado herramientas de última generación que analizan el interior de cada árbol
- Fases del estudio
El estudio realizado en el Paseo de La Senda ha pasado por tres fases. En primer lugar se ha realizado una evaluación visual: "Se analizan las medidas, la estructura, las alturas, los radios de copa, o las ramas que están más expuestas al viento. Pero también se analiza el suelo, el plano de plantación, la orientación del paseo o el régimen de riego".
Posteriormente se ha utilizado un tomógrafo picus: "A través del sonido y su velocidad de transmisión se conoce la calidad de la madera y se detectan posibles pudriciones o cavidades".Se ha colocado el tomógrafo en la base de cada árbol para ver si hay raíces o cuellos podridos. En los árboles en los que se ha detectado pudrición se ha realizado una nueva medición a un metro.
Además se utiliza el resistógrafo en aquellas zonas en las que se han detectado pudriciones. Se trata de una perforación con una aguja de 1 mm de grosor y 40 cm de longitud: "El daño al árbol es mínimo". Con esta herramienta se conoce el estado interno del árbol.
Finalmente con ambos métodos se calcula la pared residual (cuanta madera sana tiene un árbol) y, en última instancia se analizan las cargas que puede soportar el árbol para su supervivencia.
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