Los concejales también pían

7 diciembre, 2011

Vitoria ha crecido en apenas tres décadas de forma importante. La ciudad ha dejado de ser un lugar en el que "nos conocemos todos", como bien nos recuerdan nuestros padres. Es cierto que al final todo se sabe, pero la inercomunicación es más complicada. A ello hay que unir la densidad de población de los […]

Vitoria ha crecido en apenas tres décadas de forma importante. La ciudad ha dejado de ser un lugar en el que "nos conocemos todos", como bien nos recuerdan nuestros padres. Es cierto que al final todo se sabe, pero la inercomunicación es más complicada. A ello hay que unir la densidad de población de los nuevos barrios, muy baja y con pocas posibilidades para conocer a los vecinos del bloque de enfrente.

Este crecimiento conlleva inevitablemente una pérdida de interrelación con quienes gobiernan la ciudad. La comunicación que tenía José Ángel Cuerda con los vecinos cuando llegó al poder, difícilmente es imaginable ahora con Javier Maroto. Es posible, pero ¿se imaginan al actual alcalde, o al anterior, departiendo con los vecinos siempre que sale a tomar algo o a dar una vuelta?

Por suerte las nuevas tecnologías están posibilitando desde hace unos años un reencuentro de los políticos con la ciudadanía. Javier  Maroto fue uno de los primeros tuiteros políticos en Álava ( aunque casi dos años después de que lo hiciera Antxon Belakortu ), cuando esta red social ya empezaba a consolidarse. Desde entonces, ha utilizado la plataforma de forma habitual para atender las peticiones de los ciudadanos y responder personalmente a la mayoría de mensajes directos.

Sin embargo, tras las elecciones ha descendido levemente su actividad en la red, debido en parte a la mayor carga de trabajo administrativo e institucional. En las últimas horas numerosos tuiteros han reprochado al alcalde que haya optado por reducir  la nómina de followers suyos hasta los 93. No parece reprochable que el alcalde opte por hacer limpia de contactos en su perfil personal. Hay que tener en cuenta que Twitter permite interactuar entre todos los usuarios, independientemente de si se siguen o no. Y los usuarios de la red social podrán seguir "hablando" con el alcalde. Sí puede ser cuestionable esta limpieza desde el punto de vista del marketing. Y lo sería si hablásemos de perfiles gestionados por 'equipos'. Es el caso de los de Rajoy, Rubalcaba o Esperanza Aguirre. Pero al ser él quien escribe y gestiona es comprensible que la utilidad esté por encima del marketing. Habrá que ver, en cualquier caso, si mantiene en los próximos meses la interactividadd incluso con sus 'unfollowers'.

En cualquier caso Twitter sigue siendo la herramienta de interrelación más utilizada por los políticos, no sólo por el alcalde. Desde la oposición, Patxi Lazcoz, Maite Berrocal y Juan Carlos Alonso forman parte del triunvirato socialista en la red. Su actividad es intensa en las comisiones, en los plenos y en la calle, con notable interactividad. Y, cosa que se agradece, no sólo hablan de política. También en el Ayuntamiento Ane Aristi o Itziar Amestoy, aunque noveles, también cuentan con cuentas abiertas, apadrinadas probablemente por Antxon Belakortu.

Webs, asambleas y Gorkafes

Tanto PSE como Bildu tienen además otros medios de interrelación. Los socialistas acaban de renovar su web municipal, porvitoriagasteiz.com, con la que, según Patxi Lazcoz,  buscan hacer de "correa de transmisión entre la ciudadanía y elAyuntamiento, para que todos los vecinos puedan plantear cualquier iniciativa,sugerencia y crítica sin necesidad de tener que utilizar el tedioso procedimiento administrativo”.

Quien no parece tener interés por las nuevas tecnologías es Gorka Urtaran. El portavoz jeltzale mantiene abandonado su perfil en Twitter (el grupo jeltzale sí cuenta con una cuenta de fotodenuncia muy activa), y prefiere las citas tradicionales. Tras las elecciones ha organizado ya su primer Gorkafe. Una experiencia piloto que fue anterior incluso que la "Cita con el Alcalde". También Bildu ha organizado numerosas charlas para explicar algunas de sus propuestas e intercambiar opiniones con los políticos. Propuestas que algunos consideran populistas pero que para otros simplemente es una forma de volver a la cercanía entre la clase política y la calle.