Los trabajadores de Esmaltaciones piden al Ayuntamiento que reclame a la empresa

22 abril, 2015

El Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con Esmaltaciones para el traslado de la planta

esmaltaciones san ignacioLos trabajadores de Esmaltaciones San Ignacio reclamarán el próximo viernes al Ayuntamiento que se presente como parte ante el Ministerio Fiscal, por las continuas irregularidades que se habrían cometido en el proceso de cierre de la planta de Júndiz. Aunque la empresa cerró en Vitoria, otro entramado de empresas sigue fabricando en el extranjero sus productos.

El Ayuntamiento alcanzó hace una década un acuerdo con Esmaltaciones San Ignacio para el traslado de la planta desde Olarizu a Júndiz. En este acuerdo, firmado en la época de Alfonso Alonso, la empresa se comprometía a mantener el empleo y la actividad industrial, y el Ayuntamiento procedía a la recalificación de los terrenos de uso industrial a uso de vivienda.

La empresa cumplió dicho Acuerdo, hasta que 10 años después del traslado entró en concurso de acreedores, inciando un proceso que ha llevado a la total liquidación de la actividad industrial y del empleo, mientras se siguen fabricando los mismos productos en el exterior y por empresas hermanas de Esmaltaciones San Ignacio.

Paralelamente, la dirección de la empresa ha continuado con la actividad comercial a través de un entramado empresarial cuyo único objetivo es “eludir por parte de las sociedades y sus administradores sus obligaciones legales”, con los trabajadores, y con el resto de acreedores comerciales e institucionales.

Los trabajadores de Esmaltaciones quieren saber cuánto dinero debe la empresa al Ayuntamiento. Además instan al consistorio a "emprender todas las acciones legales e institucionales para poder cobrar dichas cantidades y perseguir a ese entramado empresarial que en palabras de la propia Inspección de Trabajo. Creen que el fin y los procedimientos de dicho entramado son presuntamente delictivos siendo las personas responsables los diferentes administradores de cada una de las sociedades".

Una empresa puntera en Adurza

Esmaltaciones San Ignacio se instaló en Vitoria en 1950, procedente de Oñati. Durante décadas la familia Emparanza mantuvo en Olarizu la planta para la elaboración de productos para la cocina. Unas instalaciones que funcionaron hasta 2005, cuando se llegó a un acuerdo con las instituciones para el traslado de la planta a Júndiz. Para entonces, la ciudad se había comido el polígono industrial en el que se encontraba, y el suelo que ocupaba la planta fue vendido para la construcción de viviendas, en un polígono que actualmente se está urbanizando.

Fue a partir de ese momento cuando comenzaron los problemas para los trabajadores. Ya en los últimos años de vida en Olarizu, la empresa estaba observando cómo sus competidores le iban comiendo terreno. La competencia de productos más baratos y con una calidad no muy inferior a la de San Ignacio hicieron daño también en la compañía, que veía cómo cada vez era menos rentable producir en las actuales condiciones en la planta de Vitoria. Por ello los Emparanza diseñaron una estrategia encaminada a abaratar la producción, con su traslado a países con mano de obra más barata.

Tras comprometerse con las instituciones a mantener el empleo en Álava (más de 200 trabajadores en aquel entonces), vendieron por 26 millones de euros los terrenos en los que estaba ubicada la planta y se trasladaron a un nuevo recinto en Jundiz. Una vez allí apostaron por la diferenciación a través de la calidad.

Esmaltaciones se comprometió en su día a mantener el empleo, pero sin embargo fue externalizando la producción, y en 2012 la empresa terminó decretando el cierre.