El Caja Laboral de Zan Tabak se está acostumbrando a ganar se encuentre quien se encuentre en frente. En la tarde-noche de este jueves ha tomado el Nokia Arena en un partido vibrante y complicadísimo en el que logró templar los nervios y ganar en un final de infarto.
El partido comenzaba con buenas sensaciones. Heurtel y Lampe daban la iniciativa al Caja Laboral donde todo su quinteto (los dos comentados más Milko, San Emeterio y Oleson) rendía a gran nivel sin amilanarse ante el ambientazo que presentaba el Nokia Arena. Con el transcurso de los minutos el partido fue entrando en la dinámica que más interesaba a los macabeos, con mucha transición rápida, posesiones cortas y cierta locura donde la cantidad de jugones de las que dispone Blatt se sienten como pez en el agua. Así, tras comandar casi todo el cuarto Baskonia terminó tres abajo (23-20).
La entrada de la segunda unidad baskonista (Cook-Causeur-Nocioni-Nemanja-Pleiss) puso de manifiesto que Tabak cuenta con diez (once si contamos a Cabezas) piezas capaces de mantener un alto rendimiento. Se consiguió frenar el ritmo del partido y con acierto y mucha agresividad en el rebote ofensivo Baskonia endosó un parcial de 6-16 al Maccabi. Sólidos atrás y con buena circulación de balón, siempre se encontraba un jugador en buena posición para tirar. Un triple de Cook seguido de otro de Causeur pusieron la máxima (32-44) al descanso con el equipo macabeo atascado y superado por un gran Baskonia.
En el descanso se intercambiaron los papeles. El público entendió que tenía que jugar su papel y el Maccabi despertó. Baskonia perdió la fluidez a medida que veía al rival crecer. Los americanos del conjunto macabeo empezaron a ver aro desde 6,75 y las diferencias se fueron reduciendo como consecuencia de una sucesión de errores (tiros libres errados, pasos, tiros forzados por el final de la posesión) en el ataque vitoriano. Parcial de 24-6 y 56-50 en el electrónico con la "otrora" Mano de Elías en plena ebullición.
En el último cuarto comenzaron notándose los nervios. Costó anotar, mucho contacto y poco a poco Baskonia limando la diferencia. Una técnica a Lampe bien aprovechada por los locales puso en cinco la diferencia (65-60) y ahí emergió la figura de Nemanja Bjelica. El serbio asumió y clavó dos triplazos consecutivos que con otro de un Oleson sumándose a la causa voltearon el marcador (67-69). Los siguientes ataques no fueron acertados y una entrada a canasta de Ohayon puso el 70-69 en el marcador con 29 segundos por jugarse. Parecía que sería remar para morir en la orilla pero un ataque sin claridad terminó con una entrada a canasta en situación forzosa que San Emeterio, quién si no, logró convertir en dos puntos que a la postre dieron la victoria al Caja Laboral puesto que los israelís no lograron anotar en su última posesión.
Victoria de relumbrón, de esas que otorgan un plus de confianza y que permiten a un equipo hacerse grande. El Caja Laboral de Tabak, tras aquel partido aciago en Kaunas, sólo sabe ganar. El TOP16 de este año es eterno y durísimo pero este equipo ya va 2-0 y se muestra cada vez más serio, cada vez más sólido.
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