Maider Etxebarria: una alcaldesa casi invisible

17 diciembre, 2023

Maider Etxebarria cumple seis meses como alcaldesa con perfil comunicativo bajo, y compartiendo espacio con sus concejales y los del PNV

Maider Etxebarria cumple este domingo medio año al frente del Ayuntamiento vitoriano. Fue un 17 de junio cuando la primera regidora de Vitoria-Gasteiz tomó el bastón de mando. Seis meses en los que Etxebarria ha sido una alcaldesa invisible y, sobre todo, silenciosa.

En contra de lo que suele ser habitual, hasta ahora su mandato no se ha caracterizado por una gran exposición pública. Por su perfil tecnócrata, ella es más de gestión y de trabajar el día a día. Prefiere estar en el despacho en distintas reuniones, y rehúye los debates políticos e incluso las entrevistas con los medios de comunicación.

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Maider Etxebarría nunca se ha mostrado cómoda en debates, entrevistas ni otras comparecencias en las que puede ser cuestionada. Es una persona expresiva y cercana, pero su comunicación en público (que ha pulido mucho desde su llegada al Ayuntamiento en 2019) transmite "un punto de nerviosismo y cierta inseguridad". Así lo valoró Inma Espizua, consultora de imagen y comunicación, cuando analizó para Gasteiz Hoy el estilo y discurso de las aspirantes a dirigir el Consistorio vitoriano.

Quienes la conocen aseguran que se maneja muy bien en esa gestión, administración y organización. Habilidades y logros que, sin embargo, siguen más en la sombra y no se trasladan a la ciudadanía. Porque en estos tiempos, guste o no, lo que no se ve, parece que no existe. Aunque, eso sí, hay que tener en cuenta que esta estrategia que mantiene ahora como alcaldesa es la que le llevó a ser segunda fuerza en 2019 y repetirlo en 2023, mientras su socio de gobierno caía de la primera a la cuarta posición.

En casi 6 meses, ha dado 7 ruedas de prensa. Lo normal es comparecer todos los viernes antes los medios

En este riesgo calculado, sus apariciones mediáticas son con cuentagotas, más si lo comparamos con sus predecesores.

En la capital alavesa, es usual que el primer edil dé ruedas de prensa ante los medios de comunicación todos los viernes. Salvo uno al mes, que dedica al pleno mensual. Así la gente sabe qué ocurre en Vitoria-Gasteiz. Es una oportunidad de dar a conocer de primera mano los acuerdos semanales que ha aprobado la Junta de Gobierno local. Momento de presentar nuevos proyectos o iniciativas destacadas para la ciudad, además de valorar la actualidad municipal. También es de los pocos momentos en que se somete al cuestionamiento público. Para bien o para mal.

Pocas, muy pocas, ruedas de prensa

En todas estas semanas, y dentro de ese contexto, Etxebarria tan solo ha dado 7 ruedas de prensa en el Ayuntamiento. Y han sido cerca de 20 los viernes disponibles. Teniendo en cuenta que agosto es un mes inhábil en la actividad municipal, y restando los días de pleno mensual.

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Etxebarria, con Gurtubai (PNV), en la rueda de prensa extraordinaria sobre la granizada de julio.

Además de estas, también hubo comparecencias extraordinarias los días  7 de julio y 10 de agosto. En ambas para exponer la gestión de dos acontecimientos muy diferentes. La granizada histórica de Vitoria-Gasteiz en la primera, y las fiestas de La Blanca en la segunda.

Entre las 7 ruedas de prensa no excepcionales, la más importante fue la del pasado 1 de diciembre, en la presentación de los presupuestos municipales. El resto fueron el 14 de julio, 8 y 15 de septiembre, 27 de octubre y 3 y 24 de noviembre. En ellas ha expuesto temas como el cheque autónomos, la negociación del convenio de la plantilla municipal, la reforma de la plaza de El Corte Inglés o el aval al colegio Marianistas para construir viviendas.

Temas que no carecen de interés, cierto. Pero no ha aprovechado la oportunidad de presentar iniciativas de relieve para la mayoría de la ciudad. Salvo el plan de limpieza anti pintadas. Aunque es verdad que, sin las cuentas claras para 2024, aún falta mucho por desarrollar.

Sin agenda institucional pública

El riesgo debe ser calculado, porque una visibilidad limitada puede entenderse como falta de acción. Por no haber, no hay ni agenda institucional pública de la alcaldesa, para saber en qué actos participará. Con Urtaran sí existía una agenda institucional que detallaba su día a día de forma pública, pero con Etxebarria ha desaparecido.

La actividad de Maider Etxebarría puede seguirse, algunos días, y no demasiado, por lo que publica en su Twitter (con poco más de 3.000 seguidores) e Instagram, con 1.461. Un evento puntual, alguna que otra acción solidaria, varios encuentros empresariales y corporativos por razón de su cargo…

El resto de ediles municipales tienen tanta, o más, visibilidad que la alcaldesa

Porque Maider Etxebarria sí acude de forma habitual a actos amables, en positivo, donde remarcar las 100 promesas del gobierno PSE-PNV hasta 2027 o estar con la ciudadanía, como este mismo domingo en el Centro de Protección Animal. Pero es una alcaldesa poco expuesta a medios.

Frente a los mandatos más personalistas de sus predecesores en el cargo, incluido el también socialista Patxi Lazcoz, ella no es tan amiga de los focos.

De hecho, el resto de concejales de su gobierno tienen tanta, o más, visibilidad que ella. Unos y otras se prodigan en cantidad de eventos, de los que dan cuenta abrumadora las plataformas sociales del Ayuntamiento. También, al contrario de lo que ocurría con Urtaran, tienen gran protagonismo en las ruedas de prensa en las que acompañan a la alcaldesa.

¿Y Beatriz Artolazabal?

Es el caso de Beatriz Artolazabal. La teniente de alcaldesa y líder del PNV maneja un discurso claro, directo al grano. Como prueba, su intervención en la rueda de prensa sobre los presupuestos municipales, donde Artolazabal tuvo más protagonismo que Etxebarría, especialmente en la ronda de preguntas.

Es un ejemplo de la bicefalia PSE-PNV que gobierna Vitoria-Gasteiz. La jeltzale, y por ende su equipo, están controlando buena parte de la comunicación municipal.

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En la portada de la web municipal, Artolazabal aparece habitualmente en alguna de las 4 noticias elegidas. Etxebarria, sin embargo, en menos ocasiones, aunque este domingo hay una noticia para cada una. Los nacionalistas, a través de mensajes en redes, notas de prensa y comparecencias continuas hacen valer sus concejalías y el trabajo que desarrollan en ellas. Recordemos que tanto PSE como PNV tienen seis concejales cada uno.

Los jeltzales no pierden ocasión de colgarse la medalla, como la reciente presentación de la reforma de la plaza Martin Ttipia y su tobogán en la muralla medieval. La teniente de alcaldesa del PNV aprovechó este jueves para adelantar algunos de los temas que el viernes aprobaría la Junta de Gobierno, algo muy difícil de ver en la época Urtaran en sentido contrario.

El PNV también lanzó en un domingo la puesta en marcha de la nueva Zona de Bajas Emisiones. Actuaciones ambas de calado que, en la anterior legislatura, Urtaran habría presentado en la rueda de prensa de los viernes a bombo y platillo.

Daba igual de qué departamento fuera. Él, como alcalde, asumía el liderazgo de la actuación. Para lo bueno y lo malo, al menos de cara al público. Etxebarria no quería disputárselo. De puertas afuera, la sensación era de unidad.

Lo contrario de Urtaran

Con Etxebarria al frente de la nave municipal, la gestión ha cambiado. Lógico. Pero su estrategia no. Es la misma que hasta ahora: no exponerse demasiado. Evitar quemarse rápido. No seguir el ejemplo de Gorka Urtaran, presente día sí y día también. Sobre todo antes de saber que no optaría a revalidar legislatura.

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El ahora diputado de Políticas Sociales no solo no faltaba casi ningún viernes a la rueda de prensa. También se prodigaba en presentaciones y actos durante la semana, así como en entrevistas varias con los diversos medios. No rehuía el debate ni temas espinosos como el BEI, el tráfico o la limpieza, que convirtieron gran parte de su gestión, más los 2 últimos años, en blanco continuo de las críticas.

Y eso que, como ahora, PNV y PSE eran socios de gobierno. Con Etxebarria como teniente de alcalde. Entonces, su apuesta por mantenerse en segundo plano le funcionó. El pasado mayo, revalidó sus 6 ediles y obtuvo más votos. El PNV, por el contrario, perdió un concejal y, en una debacle histórica, se hundió al cuarto puesto.

Corren nuevos tiempos para la Alcaldía vitoriana. ¿Funcionarán? Los próximos tres años y medio lo dirán.