Maroto y López llevan su disputa a las urnas

9 septiembre, 2012

El alcalde y Lehendakari son las estrellas de sus candidaturas por Álava

El anuncio de que Patxi López iba a ser el número uno por Álava ha sido foco de críticas desde numeroso partidos en los últimos días. Un anuncio que ha sido rápidamente contestado desde el Partido Popular con un golpe de efecto: Maroto será el número dos por Álava en la candidatura al Parlamento Vasco. Lehendakari y Alcalde dan un nuevo giro a sus disputas y las llevan directamente a las urnas.

El PP alavés vuelve de esta forma a activar el 'orgullo vitoriano', insistiendo en el carácter vizcaíno de López y en su escasa relación con Vitoria, más allá de residir en Ajuria-Enea. Su conocido forofismo por el Bilbao Basket y el Athletic (en un grado, por cierto, muy similar al de Basagoiti) ha llegado a ser usado por Maroto como crítica en una entrevista publicada este domingo. Y es que es cierto que los aficionados baskonistas le han echado a menudo en falta en el Buesa Arena, y tan sólo se ha dejado ver en derbys con el equipo de la araña.

Pero las críticas también le han llegado al PP con la decisión del alcalde de duplicar su ocupación. Maroto dejará de ser sólo alcalde para ocupar también un escaño en La Florida. No cobrará por ello (la ley lo impide), pero hay quien se cuestiona si un alcalde puede tener tiempo para otras ocupaciones.

Maroto asegura que su objetivo es defender, como lo hizo en su día José Ángel Cuerda, Vitoria en el Parlamento de primera mano: " Es una oportunidad para defender nuestra ciudad en primera persona y con toda la fuerza".  Pero no son pocas las personas que piensan que Maroto está buscando mejorar su posición política, ante la remota posibilidad de que, tras las elecciones, algún giro o acuerdo electoral le deje fuera de la alcaldía. En los tiempos de Alonso, el ahora portavoz del PP en el Congreso también compaginó su cargo con la de parlamentario en Madrid.

Sea como fuere, el movimiento estratégico de ambos partidos supone el punto y final a la relación de amor y posterior odio establecida entre Maroto y López. Porque lo que empezó como una relación de convivencia mutua acabó saltando por los aires con la ruptura del pacto de gobierno autonómico y con el veto de Maroto al fracking.

La decisión de Maroto de anteponer en ese asunto los intereses de Vitoria sobre los económicos del Gobierno Vasco  supuso el inicio de una sucesión de broncas entre ambas instituciones, que el alcalde ha aprovechado para enarbolar la bandera del orgullo vitoriano.

Y eso que, después de todo, tan mal no se ha portado Patxi López con Vitoria en este último año. Con Javier Maroto, la ciudad ha recibido importantes partidas económicas para inversiones, logrando más beneficios que lo que pudo conseguir Patxi Lazcoz.

Algo, por otra parte habitual en la política española. Cuando quien grita es alguien del mismo partido, en pocas ocasiones se le contenta. Pero cuando el que aprieta es el partido que sustenta su gobierno, entonces aparece el caviar, las angulas y hasta la carne de Kobe sobre la mesa. De esta forma, Maroto consiguió en la negociación presupuestaria lo que Patxi López le había negado a Patxi Lazcoz.

PSE y PP se disputan ahora los votos conscientes de que es en Álava donde tienen su mayor granero de votos. Y los nombres aquí pueden tener su importancia. López se consolida como el referente institucional que pone freno a los recortes que se acometen en Madrid. Maroto, por su parte, abandera el nuevo Partido Popular vasco que busca alejarse de la imagen ofrecida por predecesores como Mayor Oreja o María San Gil. Todo ello pese a que, según todas las encuestas, ambas formaciones parecen relegadas a luchar por el tercer puesto.