Sin mascarillas transparentes homologadas para personas sordas

9 septiembre, 2020

Las personas sordas no pueden leer los labios a quienes llevan mascarilla, lo que genera una gran ansiedad

El uso obligatorio de mascarillas ha supuesto un grave problema para las relaciones de las personas sordas. Y esto lo sufre ahora el alumnado sordo. Las asociaciones de personas sordas de Álava (Aspasor) y Euskadi denuncian la falta de mascarillas transparentes homologadas y la falsa promesa del Gobierno Vasco de que iba a encontrar una solución.

Las mascarillas transparentes homologadas no estarían dirigidas a las personas sordas, sino a sus interlocutores: profesorado, compañeros, familia o sanitarios.

mascarilla transparente personas sordas

Las mascarillas quirúrgicas o de tela no permiten la comunicación de las personas sordas

Esta ausencia de mascarillas impide la "plena inclusión del alumnado sordo en el medio educativo, su accesibilidad, igualdad de oportunidades y pleno ejercicio de sus derechos". Una situación que afecta también a las personas adultas en cualquier ámbito de su vida.

El Departamento de Educación se comprometió a diseñar una mascarilla homologada transparente. Por ahora la alternativa es "la compra de mascarillas transparentes homologadas que no existen", denuncian las asociaciones. "Las que conocemos y hemos probado hasta ahora no funcionan: No son transpirables, se empañan muchísimo, no son barreras respiratorias, son de caucho, tienen escasa durabilidad y un alto coste…"

Las mascarillas "abocan a las personas sordas a una exclusión comunicativa que, una vez más, les aísla e impide interactuar, adecuadamente, con su entorno y la sociedad en general".

Insisten desde Aspasor y Euskal Gorrak que "el uso de la mascarilla disminuye de forma importante la intensidad de la señal auditiva e imposibilitan la lectura labial. Distorsiona los sonidos del habla, hay una pérdida de información terrible tanto con sus compañeros y compañeras como con el profesorado".

Además, ocultan la boca y gran parte de la cara. "Las personas sordas no pueden beneficiarse del apoyo en la lectura labial ni en la información aportada por la expresión facial y los componentes faciales de la lengua de signos". Una situación que genera una alta ansiedad en las personas sordas.