Furor en las tiendas textiles por las mascarillas de tela

Hace unas semanas las colas se formaban a la entrada de las farmacias. Ahora lo hacen frente a las tiendas de telas. Las mascarillas de tela están causando furor tanto en Vitoria-Gasteiz como en todas las partes del país. La mascarilla es un accesorio que no se quedará en el cajón durante los próximos meses, y menos ahora que es obligatoria. Por ello cada vez más gente se aburre de las quirúrgicas o de las FFP2 y prefiere lucir otros diseños y elementos en la cara.

Algunos ejemplos de las mascarillas de tela.

Mascarillas hay de todo tipo: la consejera Nekane Murga ya aclaró que las que tienen válvula no son recomendables. Muchas marcas y franquicias también han realizado las suyas propias, pero las más indicadas además de las de farmacia (según Osakidetza) son las de doble capa de algodón con espacio para colocar un filtro de un solo uso. De este tipo se venden en la mayoría de mercerías y tiendas de tela de Vitoria-Gasteiz.

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Uno de estos establecimientos es Entretelas, en la calle Gorbea. Aquí es habitual que haya cola de espera en la entrada. Además han establecido un sistema de turnos por recogida de número, como en la carnicería. "El 90% de las ventas están relacionadas con las mascarillas", asegura su dueña, Ana Cristina Aracama.

La posibilidad de estampados y dibujos es casi infinita en este tipo de tiendas.

Las venden tanto ya hechas (a un precio de 9 euros) como sin hacer, con los elementos necesarios para hacerlas en casa: "El material principal es tela de algodón, pero han salido tejidos más especiales con tratamientos antibacterianos e hidrófugos (evitan la humedad y filtraciones) que también añadimos a las mascarillas".

Tanto trabajo o más tienen en Textiles Samaniego, otro comercio de la calle Samaniego. En este no venden mascarillas hechas, únicamente la tela para hacerlas. "Tenemos muchos clientes con sus mercerías o tiendas de arreglos que fabrican mascarillas, y consideramos competencia desleal venderlas hechas por nosotros mismos", se justifica la propietaria, Inma Leria.

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Entre los niños triunfan las que llevan motivos sobre sus dibujos o personajes favoritos.

Además menciona las posibles ventajas de las mascarillas de tela sobre las que se venden en farmacias: "El algodón transpira más y, si la usas con filtro, es igual de segura que las de las farmacias. Además lo puedes lavar y es reutilizable. La piel sufre más con las mascarillas quirúrgicas".

Este negocio lleva abierto más de medio siglo, pero también ha reorientado casi toda su producción a las mascarillas. Pese a vender solo la materia prima para hacerlas, no han tenido ni un respiro desde su reapertura el 4 de mayo. "Esto es una locura. Intentamos controlar el aforo porque si no se nos llena la tienda", asegura su socio Jesús.

Son muchos más las mercerías y comercios que han encontrado un nuevo negocio en este complemento. Incluso algunas empresas e instituciones tienen ya sus mascarillas personalizadas, elaboradas con material homologado según la norma UNE para los equipos de protección respiratoria.

Smilemask es otro proyecto impulsado desde Vitoria-Gasteiz por Naroa y Jessica. Un proyecto nacido en el confinamiento, en un momento en el que las mascarillas quirúrgicas escaseaban. Hasta 150 costureras se unieron para crear mascarillas de tela. Cuando las mascarillas ya no eran tan necesarias decidieron darle un giro al proyecto, y hoy crean mascarillas únicas que están a la venta en la web Smilemask.

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Los filtros para estas mascarillas se pueden conseguir en los bazares y en algunas farmacias. No todas las farmacias cuentan con filtros para estas mascarillas.

Un nuevo hobby

Y es que cierto sector de la población ha adquirido la práctica de hacer mascarillas como un hobby. Con el desconfinamiento las máquinas de coser han dejado de coger polvo y han pasado a formar parte del día a día de muchas mujeres (y también hombres, aunque en menor medida). "Al principio venían clientas y se llevaban tela para hacer cuatro o cinco mascarillas. Ahora deben tener la casa llena de ellas", se ríe Leria.

Sofía, clienta de Entretelas, es una de las que ha convertido las mascarillas en afición. "Hacerlas es relajante y me encanta tenerlas de todos los colores para poder combinarlas con la ropa. Ahora estoy haciendo la de mi boda, que me caso el sábado y tengo que tener una especial preparada", asegura. Casarse entra también dentro de esta nueva normalidad. Pero con mascarilla.

¿Cómo usar la mascarilla?

La mascarilla no se debe tocar sin antes haberse lavado las manos. Para ponerla y quitarla tienes que coger desde el soporte de las orejas. Si la mascarilla es de tela deberás lavarla a diario, y si es de un solo uso tendrás que tirarla en la basura al llegar a casa.

La mascarilla debe cubrir desde la parte media del tabique nasal hasta el mentón.

Cómo lavar las mascarillas de tela

Hay varias opciones para lavar las mascarillas de tela, según el Ministerio de Sanidad:

• Con detergente normal y agua, a una temperatura entre 60º-90º.
• En una solución de agua y lejía: 1 de lejía por 50 de agua. Ten cuidado: tras sumergirla 30 minutos tendrás que lavarla con agua y jabón para eliminar todo resto de lejía.
• Un producto virucida siguiendo las indicaciones del fabricante. "Una vez desinfectadas las mascarillas, se lavaran con abundante agua y jabón para eliminar cualquier resto químico y se dejaran secar".

Para qué son las mascarillas

"Estas mascarillas las queremos para evitar que nosotros lancemos estas gotitas a zonas de contacto", ha insistido Murga. Hablar o la propia respiración puede hacer que se deje rastro del virus. Esto se evita con mascarillas de doble capa especialmente si tienen celulosa entre ellas. Existen materiales homologados que se utilizan entre capas de algodón.